El último mes de este 2018 ya está jugado. Con el cierre del calendario, se sellará para el sector automotor uno de los peores semestres de la última década, no solamente por la caída estrepitosa del número de patentamientos, sino también por el impacto brusco en la industria.
Después de un período enero-abril que fue récord en ventas, las marcas -que deben anticipar sus stocks por lo menos con cuatro meses de anticipación-, se habían preparado para continuar el año con el mismo ritmo. Incluso se había pronosticado que se llegaría al récord del millón de autos vendidos en 2018.
Sin embargo, hubo un cambio de tendencia dramático: entre mayo y julio los sorprendió una devaluación que comenzó a acelerarse e impactó de lleno en el precio de los autos. De un incremento del 2% mensual promedio, los valores de venta al público pasaron a ajustarse a un ritmo del 20% también promedio cada 30 días. La consecuencia fue una suba anual estimada de los precios de los 0 km que llega a ser de hasta el 90% según marca y modelo, la cual terminó afectando las ventas, con caídas que recuerdan a los peores meses de crisis del sector.
Según las proyecciones en base a los primeros 20 días de diciembre, el sector apunta a culminar diciembre con unas 27.000 unidades patentadas.
De confirmares, esto implicará un derrumbe interanual del 43%, dado que en el mismo mes de 2017 se habían comercializado unos 47.500 vehículos.
No solo eso: sería el peor registro desde 2009. En este contexto, ¿cómo culminarán las ventas en 2018? En base a los datos proyectados de diciembre, se espera que el año termine con unas 800.000 unidades comercializadas, un 11% menos que en 2017.
Para 2019 se espera que la situación se mantenga: se comercializarían de 680.000 unidades. Esto implicaría una caída de 15% frente a 2018. En ACARA, las proyecciones son más pesimistas: hoy por hoy prevén que las ventas llegarán sólo a 600.000 unidades.