La crisis financiera que se desató en Wall Street logró lo que ningún político pudo antes (ni siquiera con los anuncios de canje de deuda o pagos al Club de París): que un rapto de patriotismo invadiera a los inversores argentinos en cuestión de días.
Y es que hoy, en la city reconocen que no hay casi inversores locales buscando sacar sus ahorros del país –pese a que el índice de riesgo país, otro indicador de pánico, ya se encuentra muy cerca de los alarmantes 1.000 puntos–. Por lo contrario, cada vez se evidencia una tendencia mayor entre los ahorristas a repatriar fondos. Tanto que el costo para traer dinero desde los EE.UU. o Europa alcanzaba ayer los u$s 3,5 por cada u$s 100, un 75 % más que hace sólo una semana, cuando ya en plena crisis financiera algunos bancos y casas de cambio habían empezado a subir sus comisiones por repatriar fondos del exterior del 1,5% habitual, al 2%.
Paradójicamente, considerando el historial argentino, hace semanas que la operación de enviar fondos al extranjero es cien por ciento gratuita. Esto se explica por una simple de necesidad, ya que en la city, sobre todo en jornadas como ayer en la que el pánico incrementa el volumen de operaciones, reconocen que está registrándose una gran escasez de dólares billete. Porque la mayoría de los flujos de divisas que corresponden a la banca privada –el segmento de clientes de alto patrimonio– no pasan por el mercado cambiario formal, sino que se mueven por el circuito informal o blue, como se conoce en la city. Y, por lo general, una casa de cambio no realiza físicamente la transferencia de los billetes cuando alguien quiere “sacar” o “entrar” dinero , sino que compensa con los dólares de quien quiere salir del país con las divisas de quien quiere repatriarlos.
Entre quienes conocen el negocio, advierten que son sobre todo los inversores medios, esto es los que manejan entre u$s 100.000 y u$s 400.000, los que están fogoneando la tendencia. Son aquellos individuos adversos al riesgo, probablemente que buscaron un refugio para sus ahorros después del corralito bancario del 2001 o durante la reciente crisis del campo, y que tienen su dinero depositado en bancos internacionales en Nueva York o Miami, pero que no son lo suficientemente grandes como para contar con un asesoramiento exhaustivo de sus oficiales de cuenta, por lo que están eligiendo volver a las fuentes, eso sí, a la más básica de todas: la caja de seguridad.
Consultados al respecto, no obstante, en varios bancos reconocieron que no notaron todavía un salto en la demanda de este producto, aunque, en muchos casos, reconocieron que hace tiempo ya que la oferta se encuentra colapsada. “La caja de seguridad es uno de los productos más demandados por nuestros clientes. Nosotros ya ampliamos en los últimos 3 años, la capacidad de nuestras sucursales de Catalinas, Casa Central y Martínez, pero no damos abasto”, reconocieron en BNP Paribas. El costo de una caja en BNP va desde los $348 por año, en el caso de la más chica, hasta los $1.300 la más grande. En el Nación, en tanto, tienen ocho tipos diferentes de cajas que van desde los $287 anuales (la medida más pequeña de 10cm x15cmx 60cm) a $ 950 (la de 65x60x60), mientras que en el Francés cobran por la estándar $ 31 + IVA por mes, y en el Patagonia entre $40 y $60 mensuales, pero poseen diversas bonificaciones según el paquete de productos.
Fuente: El Cronista