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¿Cuál será el impacto macroeconómico de la sequía en la cosecha 2023?

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La economía de nuestro país está sufriendo nuevamente una importante baja en la cosecha del agro pampeano fruto de la sequía en el campo. Los efectos macroeconómicos de este fenómeno no son novedosos para los argentinos ya que no es la primera vez que el país enfrenta este tipo de shock adverso”, reza en el inicio del análisis del informe coyuntural del IERAL, al que accedió Dossier Web.

Un antecedente válido para tener en cuenta es lo sucedido durante los años 2008 y 2009, donde también se registró una importante sequía e incluso estuvo agravada por la caída de los precios internacionales de los granos fruto, entre otras causas, de la crisis financiera internacional y la fortaleza del dólar en el mundo durante aquellos años.

A este difícil shock, la macroeconomía argentina respondió en aquella oportunidad con una fuerte contracción de las exportaciones y de las importaciones, con una caída interanual del nivel de actividad durante 4 trimestres consecutivos (IV trimestre de 2008 a III de 2009) junto con una importante pérdida en las reservas del Banco Central que desaceleró fuertemente la emisión monetaria y redujo la tasa de inflación.

La pregunta del millón es si la evolución de las variables mencionadas será igual en 2023. La respuesta es afirmativa para gran parte de las mismas salvo para la tasa de inflación. A lo largo de la editorial se desarrollan los argumentos de tal dinámica.

Sequía 2009 versus 2023:

A favor del actual escenario juegan los precios internacionales de las commodities, que a diferencia del 2009, se mantienen (afortunadamente) sin grandes cambios. En contra, está la contracción de la cosecha que resultaría más severa que la del 2008/09. De la interacción de ambas variables (precio y cantidad) surge el valor de la cosecha, que como puede observarse en los siguientes gráficos, se espera que en 2023 experimente una contracción superior a la del 2009.

Efectos Macroeconómicos:

Contracción de Exportaciones e Importaciones: Al igual que en el período 2008/09, tanto las exportaciones como las importaciones en Argentina están cayendo desde el IV trimestre del 2022.

La principal contracción en las exportaciones está dada por la caída en las ventas de productos commodities relacionados con la mala cosecha. No obstante, dado que también están disminuyendo las ventas al exterior de productos agro-industriales e industriales, otros fenómenos también estarían afectando la dinámica agregada de las exportaciones. Entre estos otros factores se pueden citar la desaceleración del comercio internacional del mundo (menor crecimiento económico), la caída del tipo de cambio real y la enorme brecha cambiaria.

Pérdida de Reservas e Inflación:

Al igual que en la sequía 2008/09, el BCRA, previo a la instrumentación del dólar Soja III, estaba perdiendo reservas internacionales como puede observarse en el siguiente gráfico.

No obstante, a diferencia de la sequía en 2008/09, actualmente el ritmo de inflación se ha acelerado y de acuerdo a las expectativas de mercado (REM), es poco probable que pueda bajar significativamente de los niveles actuales

Las bajas expectativas para que en 2023 no se desacelere la inflación (como sucedió en 2008/09) se explican por varios factores. Por un lado, el ritmo de expansión de la Base Monetaria se ha desacelerado pero bastante más lentamente que en 2008/09 mientras que la demanda de dinero continúa cayendo. Por otro lado, más allá de los factores monetarios, las otras variables que afectan a la inflación difícilmente puedan desacelerarse en el contexto actual: o la devaluación del tipo de cambio seguirá alta ya que el dólar oficial se encuentra atrasado respecto de la inflación y el Banco Central cuenta con muy pocas reservas para defender un precio bajo en el dólar oficial, o la inflación de precios regulados probablemente se mantenega elevada debido al ajuste en las tarifas públicas, o seguramente las actuales paritarias tratarán de recomponer parte de lo perdido por los salarios respecto de la inflación y por lo tanto, difícilmente se desaceleren, o el gasto público, a pocos meses de las elecciones generales, es poco probable que reduzca su ritmo de expansión actual.

Conclusiones:

A pesar de los relativamente altos precios internacionales, la actual sequía probablemente tendrá efectos más severos que los registrados entre 2008 y 2009. En esta ocasión, además de reducir las exportaciones e importaciones, profundizar la recesión en el nivel de actividad económica, deteriorar las cuentas fiscales y generar pérdidas de reservas en el Banco Central; no ayudará a bajar la inflación como sucedió 14 años atrás.

De esta forma, Argentina enfrenta en 2023 un enorme desafió ya que la sequía ha agudizado la mayoría de sus tradicionales problemas macroeconómicos y potenciado la instabilidad de su economía.

La buena noticia es que en 2024, Dios mediante, la cosecha del agro debería resultar más elevada y, junto con las mejores perspectivas energéticas, podrían potenciar las alicaídas cuentas externas comerciales que observaremos en 2023. Aprovechar esta nueva oportunidad dependerá también del lanzamiento de un plan económico que genere un verdadero cambio de régimen en la economía y comience a solucionar los enormes problemas macroeconómicos que Argentina arrastra desde hace mucho tiempo. Ojalá no desperdiciemos nuevamente esta oportunidad.

Dossier Web


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