El precio de los combustibles, en el mundo y en Argentina, es político. Aunque en el país no está regulado formalmente, el Gobierno influye a través de la participación estatal en YPF. Y como medida para contener la inflación y no espiralizar la crisis económica, el atraso de los valores de la nafta y el gasoil es tan grande que si se quisiera corregir podrían triplicarse los precios en un período corto de tiempo, dentro de menos de un año.