Con poco más de dos años en el mercado local, esta pyme con ambiente familiar ya se perfila a expandir sus fronteras. Dossier Web dialogó con su fundador, quien supo encontrar en la adversidad una estrategia hasta ahora exitosa.
Santiago de la Cuesta, tiene 27 años, y fundó Atacopampa en septiembre de 2017. Comenta que lo hizo más por una necesidad personal de procurarse un trabajo, que por otro motivo. Tras un accidente perdió la vista a los 20 y confrontó luego la realidad de no poder insertarse al campo laboral. Pero de ese contratiempo pudo sacar una fortaleza, que aplicó a su diario vivir: “siempre tuve el espíritu emprendedor, y lo que nosotros aprendemos es a usar mucho el pensamiento lateral, y desde ese lugar comencé a ver todas las posibilidades de cómo salir adelante”, comenta a Dossier Web. Luego detalla: “barajé varias opciones, pero en el sector público o privado no me daban trabajo y comencé mi propia empresa”. Así y con poco capital arrancó a producir conservas, una actividad que aprendió de sus padres y perfeccionó con otros cursos ya más profesionalizados.
Las primeras producciones de conservas Atacopampa fueron vendidas entre familiares y amigos, luego ese círculo se fue expandiendo hacia otros ámbitos, hasta llegar a los negocios minoristas de la ciudad. Así pasaron de producir 20 frascos para vender al mes, a tener una producción que ronda los 750 frascos mensuales, y son repartidos en diversos locales, además de las ventas por internet y en su propia tienda, ubicada sobre calle Rivadavia al 800, de Salta Capital.
“Nos dedicamos a producir, comercializar y distribuir alimentos en conserva sin aditivos Ni químicos agregados, de la manera más amigable con el medio ambiente. Hacemos escabeche de hongos, ají locoto, porotos blancos, porotos negros y berenjenas. Estos son productos artesanales que representan positivamente a la provincia de Salta”, promocionan en sus redes sociales.
Entre los planes a futuro, según señala nuestro entrevistado, está el incremento de la producción para abrirse al mercado nacional. “Tenemos propuestas para envíos a Buenos Aires, Córdoba, Rosario de Santa Fe”, comenta Santiago, pero se lamenta porque la situación actual les complica concretar las encomiendas.
Actualmente, Atacompampa funciona con un equipo de 5 personas, entre familiares y amistades como un núcleo que trabaja a diario. “La idea es seguir ampliando la capacidad de empleos dignos y verdaderos, pero creo que es algo que se va a ir dando en el transcurso del tiempo y a medida que vayamos creciendo”, explica.
Conservas durante la cuarentena
Al igual que sucedió con otros comercios, las ventas de Atacopampa se vieron perjudicadas. Una menor afluencia de personas al centro de la ciudad impidió que las ventas fueran normales, incluso en los otros locales donde posicionan sus productos, como tiendas de artículos regionales, vinerías, fiambrerías, etc. Entonces hallaron en las redes sociales y encargos por internet, una de las salidas. El saldo fue positivo. Precisamente mediante Facebook e Instagram lograron hacer contactos que proliferaron durante los últimos meses. “Las cosas tenían que seguir, por lo cual nos reinventamos un poco para seguir produciendo. La pandemia no ha terminado, pero sí es un avance el que la economía por lo menos interna, salteña, empiece a funcionar”, reconoce Santiago respecto a la reactivación de las actividades comerciales.
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