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Cómo viajar ayudando a las comunidades locales y sin perjudicar al planeta

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Tal vez porque registraba un verdadero auge al momento del cierre de fronteras ocasionado por la pandemia, que paralizó casi totalmente la industria durante 2020, la vuelta a la actividad de viajes y turismo se ha transformado en una verdadera reinvención del sector, cada vez más alineado con parámetros de triple impacto.

Cuestionada por sus costos medioambientales -en su versión de masas- y afectada por la crisis económica y financiera sufrida, la actividad hoy busca la eficiencia y responder a clientes que tienen como valor el cuidado del del medio ambiente.

Desde las terminales aéreas hasta los operadores turísticos deben dar respuesta a un viajero exigente que les impone nuevas reglas de juego, como realizar viajes flexibles o cuidar su huella de carbono, entre otras demandas.

Según una encuesta de Booking.com, para 78% de los 1000 argentinos consultados, los viajes contribuyen a su bienestar mental y emocional, aunque la mayoría de ellos (65%) no se dio cuenta de la importancia de viajar para su bienestar hasta que no pudo hacerlo por la pandemia.

Pero ahora, además del bienestar emocional, los viajeros buscan más y la industria de turismo dice que sus valores cambiaron en la transición hacia la pospandemia. “Se volvieron más conscientes del efecto que los seres humanos tenemos sobre el medioambiente”, dice Luiz Cegato, gerente de Comunicación de Booking Latam.

De acuerdo con la investigación de la firma, 71% de los argentinos quieren viajar de manera más sustentable y un 63% admite que la pandemia provocó en ellos cambios de actitudes: ahora reciclan o reducen su desperdicio de comida.

Respecto de sus viajes, buscarán alojamientos que apliquen prácticas sustentables (92%) y reducirán su consumo de energía en el mismo, por ejemplo, apagando el aire acondicionado y las luces cuando no estén en la habitación (82%) y utilizarán medios de transporte más ecológicos como caminar, bicicleta o transporte público en vez de taxis o autos alquilados (85%).

La flexibilidad también es un valor muy importante en las reservas de servicios y sus prioridades son la garantía de que no van a perder dinero (44%), poder cancelar (26%) y reprogramar sin cargo (34%).

“Nuestros planes debieron adaptarse a la nueva realidad”, dice Cegato, que considera a la industria como “resiliente”. Para él la capacidad de adaptabilidad y de desarrollo de nuevos productos será clave para la supervivencia del sector.

 “Construir una industria de viajes verdaderamente sustentable requerirá tiempo, coordinación y esfuerzo”, reconoce Cegato.

A pesar de que los alojamientos representan solo el 10% de las emisiones anuales totales de la industria del turismo -según EY Parthenon y Booking.com- y emite el equivalente a 264 millones de tn. métricas de CO2 por año, es el sector que tiene la oportunidad de liderar el camino para transformar los viajes.

Ahí se enfocó la firma para obtener resultados en el corto plazo. Lanzaron el Sello de Viajes Sustentables en 2021, una iniciativa que se basa en las etiquetas ecológicas y certificaciones. Las prácticas ponen el foco en cinco áreas: residuos, energía y gases de efecto invernadero, cuidado del agua, apoyo a las comunidades locales y protección de la naturaleza. En la Argentina, más de 650 propiedades cuentan con el sello.

EL TRIPLE IMPACTO

Para Gastón D’Angelo, especialista en Turismo y Hotelería, docente de UADE, el desafío es trabajar el triple impacto: atender a las necesidades humanas se torna tan imperante como proteger los recursos naturales y culturales y mantener la rentabilidad económica y financiera de la empresa.

“Según el BID, el 79% de las empresas consideró el tema ambiental como prioritario o muy prioritario y el 22% analiza profundizar su compromiso con la sostenibilidad. Hay un interés en las organizaciones por implementar buenas prácticas y programas que las posicione en el mercado verde y las hagan más competitivas; los nuevos clientes ponen en jaque a las empresas”, explica.

El sostenible es uno de los segmentos de la actividad que crece más rápido en todo el mundo, según informe de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y lo hace a un ritmo de más del 20 por ciento anual, dos o tres veces más rápido que la industria turística en general, según cifras de 2016. En la actualidad, el segmento representa más del 7% de la demanda turística global y mueve casi 108 billones de euros anualmente.

Una de las modalidades que más se adecúa a este nuevo panorama de postpandemia es el ecoturismo. Algunos de sus principios son minimizar los impactos ambientales y sociales; aumentar la conciencia y el respeto por el ambiente y la cultura; ofrecer experiencias positivas tanto para los visitantes como para los anfitriones; ofrecer beneficios financieros directos para la conservación; proveer beneficios financieros y participación real para la población local.

“Los beneficios del ecoturismo que permean a los negocios locales son drásticamente más altos que los del turismo de masas, del 20 a 95%”, dice D’Angelo.

VOLVER A LA NATURALEZA

Los productos basados en la naturaleza y el turismo rural son algunas de las principales tendencias que configuran la demanda actual y futura.

La reintroducción de especies en los ecosistemas que alguna vez habitaron conserva la biodiversidad, es vital para enfrentar mejor la crisis climática y proveer servicios ambientales a las actividades productivas de la región. Y también son fundamentales para sostener las economías de los pobladores locales. Ahora esos lugares cobraron mucho interés para el turismo.

“Lo constatamos tanto en Iberá como en El Impenetrable y en Patagonia. La pandemia hizo que los turistas empiecen a elegir en mayor medida destinos de conexión con la naturaleza”, explica Marisi López, coordinadora del Proyecto Iberá y referente de la Fundación Rewilding Argentina. “Se recorren y disfrutan en grupos pequeños porque las actividades se pueden adaptar”, dice López.

Rewilding Experience es la empresa social que junto a la Fundación desarrolla los programas de ecoturismo en los distintos parques nacionales que han creado y donde realizan el trabajo de reinserción de especies en peligro y se trabaja en su infraestructura para que las comunidades puedan desarrollar sus proyectos turísticos. Así, diferentes programas -“Iberá”, “El Impenetrable”, “Patagonia”, – sirven de sostenimiento y restauración en beneficio de la fauna y la flora, los valores culturales y las poblaciones autóctonas de cada región.

El ecoturismo genera una economía local sostenible, asegurando la cultura y evitando la extinción de especies”, dicen en Rewilding, donde se aseguran de que cada viaje genere conciencia y cree movimiento social y económico en las localidades. Los beneficios se vuelcan en el trabajo de restauración del ecosistema y en la protección y reintroducción de especies.

Mater Sustentable es una agencia de turismo que nació con una gestión de triple impacto y también busca conjugar la soluciones a problemas sociales y ambientales con la creación de valor económico. La empresa fundada por los primos Hervé y Virginia Landetcheverry trabaja con comunidades rurales, comercializa sus propuestas y busca concretar un modelo de turismo sustentable y regenerativo e instalarlo como modelo de gestión en todos los actores, capacitando a prestadores turísticos locales a municipios y entes gubernamentales.

Buscan hoteles certificados por su gestión ambiental, ofrecen experiencias de viajes genuinas, apoyan a las comunidades locales, promueven el intercambio cultural, protegiendo el medio ambiente -colaboran con proyectos de reforestación en Chubut y Misiones- y compensan su huella de carbono adquiriendo bonos verdes. “Trabajamos con prestadores turísticos que ofrecen servicios creados bajo estándares de comercio justo y damos prioridad a servicios comprometidos en minimizar el impacto ambiental, aplicar políticas de economía social y proteger las tradiciones culturales autóctonas”, explican.

Por ejemplo, ofrecen alojamientos en hogares de familias rurales, campesinas o indígenas para que se dé un intercambio auténtico con los pobladores. “Además de los ingresos económicos que se generan en las comunidades, está el de la preservación de su patrimonio cultural y natural y la revalorización de sus costumbres y la oportunidad de trabajo para los jóvenes, desalentando la migración a la ciudad”, explican.

CAPACIDAD DE RESILIENCIA

A pesar de la crisis sufrida, la industria se ha mostrado resiliente. Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, la contribución del sector a la economía mundial podría alcanzar los 8,6 billones de dólares durante 2022, solo un 6,4% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.

Gonzalo Pérez Corral, gerente general de JetSMART, compañía aérea low cost con operaciones en Chile y Argentina, concuerda en que uno de los principales desafíos del negocio es recuperar la industria aerocomercial para alcanzar y superar los niveles pre pandemia, a la vez que se contribuye a la reactivación económica y turística del país. “Nuestro modelo de negocio parte de una premisa sostenible: trabajamos con una estructura de bajo costo, basados en una alta eficiencia operacional y preocupados por el medio ambiente”, explica.

Su nuevo cliente está familiarizado con la tecnología debido al aislamiento, busca lo digital y lo simple, valora la flexibilidad -porque los planes pueden cambiar- y quiere pagar solo por lo utilizará.

“Analizamos nuestros procesos comerciales para que cada vez sea más sencillo comprar pasajes y llegar con puntualidad en aviones nuevos. Los bajos costos permiten ofrecer precios accesibles, que más personas puedan viajar en avión y cuidar la salud económica de la empresa”, explica.

La empresa implementó programas de cuidados y concientización sobre la bioseguridad como “Compromiso SMART“, centrado en estrictos protocolos de higiene y bio-seguridad y cuentan con una flota de aviones nuevos con tecnología de avanzada que reducen 50% la huella acústica y ahorran un 20% de combustible, lo que reduce las emisiones de CO2. “Y sumamos a la flota el primer avión con combustible ecológico que reduce hasta un 80% la emisión de CO2”, explica Pérez Corral cuya firma lanzó recientemente su programa de reciclaje a bordo.

Junto a la cooperativa El Ceibo y AA2000 identifican, separan y tratan los residuos reciclables generados durante cada vuelo de las 17 rutas.

Uno de los desafíos que enfrenta la industria de aviación es lograr la descarbonización para 2050. Según analistas como MarketsandMarkets, se espera que el mercado de combustible de aviación sostenible crezca de u$s 219 millones a u$s 15.716 millones para 2030, a una tasa de crecimiento anual compuesta de más de 60% en ese período.

ADAPTARSE PARA CRECER

Para Despegar el panorama del sector es positivo y a pesar del gran incremento de la actividad todavía no se llegó al nivel anterior a la pandemia. “Trabajamos para reactivar los números del sector, pero de una manera comprometida con el entorno”, dicen en la firma que durante la pandemia presentó su primer informe de sustentabilidad corporativa adoptando el abordaje ESG.

Además de la preferencia por destinos de naturaleza, la operadora registra la opción de sus clientes por estadías más largas en alquileres temporarios, debido a la posibilidad del teletrabajo y de comprar viajes con flexibilidad para cambios. “Nos adaptamos rápidamente a esta realidad”, dice Josefina Schaer, gerente de Asuntos Públicos.

Lanzaron un decálogo para ayudar a sus clientes a ser sustentables, con consejos que van desde el manejo de los residuos hasta las formas de transporte para concientizar acerca de tomar decisiones responsables. Y trabajan para ampliar la identificación de alojamientos con certificación de sustentabilidad: ya se pueden encontrar en su sitio más de 10.000 propiedades con la etiqueta de “Alojamiento Responsable”.

Fuente: El Cronista


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