Desde el próximo jueves los pasajes internacionales, los regionales y también los de cabotaje se volverán a encarecer porque empezará a regir una nueva tasa de seguridad de la aviación que será recaudada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Esta tasa había sido incluida en el proyecto de ley de presupuesto 2023 aprobado el 16 de noviembre pasado y finalmente empezará a aplicarse por la publicación en el Boletín Oficial de la resolución 3/2023 del Ministerio de Seguridad, el viernes pasado.
Según la resolución, la tasa -que es un monto fijo cuyo valor no podrá superar el equivalente al 0,25% del sueldo básico del grado jerárquico de Oficial Principal de la PSA- se estableció en US$1,40 para los vuelos internacionales y regionales (que equivalen a $260,05, porque se toma el tipo de cambio oficial) y en $260 para los vuelos de cabotaje.
De esta forma, un ticket aéreo internacional tendría incluidos los impuestos PAIS, del 30%; la percepción a cuenta del impuesto a las ganancias, del 45%; la percepción a cuenta de Bienes Personales, del 25%; el impuesto del 7% de turismo, y cuatro tasas: la del concesionario Aeropuertos Argentina 2000, de US$57; la de Migraciones, de US$10; la de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), de US$8, y la de la PSA, de US$1,40.
Por ejemplo, un ticket entre Buenos Aires y Cancún que hoy tiene una tarifa sin impuestos de $314.272 con todos los impuestos y tasas se iría a $667.997 (+112%).
Por el lado de los pasajes de cabotaje, los cargos serían el impuesto al valor agregado (IVA), del 10,5%; Ingresos Brutos, y tres tasas: la del concesionario, la de la ANAC y la de la PSA. Es decir que un ticket a Iguazú sin impuestos de $27.111 quedaría en $32.328 (+19%).
La tasa de seguridad siempre existió, pero antes la aviación estaba a cargo de la Fuerza Aérea, que además tenía su policía de seguridad. Con el escándalo de las narcovalijas se disolvió esa policía, se creó la PSA y se le quitó la aviación a la Fuerza Aérea. También se creó la ANAC, que es el organismo que siguió cobrando la tasa.
Según la PSA, la ANAC cobra por el servicio de seguridad operacional (safety) que brinda, pero no se cobra por la seguridad preventiva (security) que presta desde 2005 la nueva fuerza, que destina el 96% de su presupuesto al pago de salarios.
En 2017, el Ministerio de Seguridad planteó esta cuestión al Ministerio de Transporte para intentar subsanar la situación y se firmó un convenio entre el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) y la PSA, que nunca llegó a ejecutarse.
Más allá de esto, fuentes del sector aerocomercial consultadas por LA NACION dijeron que no habría diferencias entre la tasa de seguridad que cobra la ANAC, que fue rebautizada de seguridad operacional, y la nueva tasa de seguridad de la aviación que cobra la PSA, con lo cual habría una doble imposición sobre el mismo hecho, que es el servicio de seguridad a los pasajeros. Por otro lado, también cuestionaron que la prestación se cobre en dólares o en pesos, según el destino a dónde se viaje, ya que se basa en un sueldo de la PSA que se paga en pesos.
“¿Cuál sería la seguridad diferenciada entre un pasajero del exterior y uno del interior del país? En la tasa de uso aeroportuario sí tiene sentido, porque un pasajero del interior del país no hace migraciones y uno del exterior sí debería pagar la tasa de migraciones, pero en este caso no está muy claro. Hay unos principios de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) que indican que debería ser en moneda dura para proteger el valor de las tasas, pero, en este caso, habría una discriminación”, opinaron.
Fuente: lanacion.com.ar
