El “Santo grial” de los autos eléctricos es, sin lugar a ninguna duda, la velocidad de recarga de sus baterías. Los estudios y encuestas que se hacen frecuentemente entre los automovilistas de todas partes del mundo, indican que si no tuvieran que perder valiosos minutos de sus días en esperar a que los cargadores le den a los vehículos la electricidad suficiente para llegar a destino, la mayoría optaría por esta tecnología en el futuro.
Una vez más, estudiantes de la Universidad tecnológica de Eindhoven (TU/e), en Países Bajos, han sido noticia por superar otra barrera en el campo de la electromovilidad. Su equipo llamado InMotion, ha tomado un auto de carreras de endurance de la categoría LMP3 al que denominaron “Revolution”, para desarrollar sobre él una tecnología de batería y recarga que lo convierte en el vehículo eléctrico con la recuperación de energía más rápida del mundo, equiparable al tiempo que demora llenar el depósito de gasolina de un auto convencional con motor térmico.
Lo que verdaderamente ha sorprendido de este desarrollo tecnológico, es que se trata de una batería de 29,9 kWh, que tiene una autonomía de aproximadamente 250 kilómetros, y han conseguido que alcance le carga completa con una potencia de carga máxima de 322 kW, para lo que demoró 3 minutos y 56 segundos.
Y el secreto está en la temperatura. Normalmente, en los autos eléctricos, la potencia de carga está limitada por el calor que genera tanto en el cable como en las propias celdas de la batería. InMotion hizo un primer desarrollo en el que colocaron abundante líquido refrigerante en los módulos que soportan las celdas, dentro de la batería misma. Sin embargo, a pesar de poder extraer mucho calor, el resultado arrojó que no era suficiente como para que la velocidad de recarga fuera lo suficientemente rápida.
Así, en un segundo desarrollo, diseñaron un método para permitir el enfriamiento a nivel de celda, con refrigerante fluyendo entre cada una. Según explicó Julia Niemeijer, Directora de InMotion, el espacio entre las celdas del módulo solo mide unos pocos milímetros y fue un gran desafío implementar esta tecnología de enfriamiento porque “requería que fuéramos extremadamente precisos en nuestro trabajo. Estamos encantados de haber encontrado un método que lo hace posible”.
Una prueba de 24 horas de la configuración dio como resultado un efecto tremendamente positivo en la vida útil y la carga rápida repetida, con una degradación mínima de la batería, lo que motivó que se instalara sobre un auto de carreras que habitualmente compite, por ejemplo, en las clásicas 24 horas de Le Mans.
La idea de TU/e InMotion es tomar parte de la edición 2024 de la clásica carrera de resistencia con un auto de la categoría menor de prototipos, donde los jóvenes pilotos toman sus primeras experiencias antes de llegar a los Hypercars, los autos de la categoría mayor. Aunque la serie podría desaparecer, y obligarlos a competir en una clase reservada para autos experimentales, llamada Garage 56, en la que este año compitió, por ejemplo, un auto de Nascar adaptado a Le Mans.
Stijn van de Werken, gerente técnico de InMotion, dijo que “a menudo existe la idea errónea de que los paquetes de baterías más pequeños se cargan más rápido que los más grandes. Sin embargo, este no es el caso. No importa cuán grande sea el paquete, el tiempo de carga seguirá siendo el mismo, siempre y cuando la estación de carga pueda suministrar suficiente energía”.
“Los equipos de estudiantes como InMotion son importantes para superar los límites y probar nuevas tecnologías en la práctica, desencadenadas por aplicaciones desafiantes como un auto de carrera eléctrico”, dijo Henk Jan Bergveld, profesor a tiempo parcial de Ingeniería Eléctrica en TU/e. “Ciertamente, la carga más rápida de la batería en un automóvil eléctrico no es trivial. Es crucial para una aceptación más rápida del mercado, donde las innovaciones, como un paquete de baterías con enfriamiento altamente optimizado, desempeñarán un papel importante”.
Fuente: Infobae