Como ya es un clásico, entre el jueves y el viernes de la semana pasada, algunas empresas proveedoras decidieron poner en suspenso las entregas a las grandes cadenas de supermercados, con el argumento de que lo mejor era esperar a conocer los resultados de la elección del domingo. Por lo general, este tipo de decisiones solo implican una demora de 24 o 48 horas, y con el comienzo de la semana postelectoral se normalizan las entregas. Sin embargo, la devaluación del 22% que se conoció a primera hora del día provocó un verdadero cimbronazo en las góndolas.
“Ni bien se conoció la medida del Banco Central empezaron a llamar los proveedores para decirnos que las ventas estaban suspendidas y que en los próximos días van a llegar las nuevas listas de precios”, explicaron en una cadena de supermercados.
La suspensión de las entregas coincidió con el aumento del 5% que ya había autorizado la Secretaría de Comercio para las empresas de consumo masivo (alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza) en el marco del acuerdo de Precios Justos y que en teoría iba a comenzar a regir de las próximas horas.
“Esta semana empezaba a regir el aumento del 5% que viene autorizando Comercio a partir del 15 de cada mes, pero muchas empresas ya nos informaron que el 5% se quedó corto. Ahora empieza la verdadera pelea, porque muchos proveedores ya nos están mandando las listas nuevas que van a llegar con subas de entre 10% y 15%”, señalaron en otra cadena.
En el Gobierno confían en que lograrán aplacar el afán remarcador de las empresas y ya adelantaron que en las próximas horas se iniciará una nueva ronda de encuentro con las grandes compañías de los principales rubros. “Se está trabajando en la renovación de Precios Justos, seguramente en estos días comiencen reuniones”, explicaron fuentes del Ministerio de Economía.
Sin redes de contención
El panorama es peor para los comercios más chicos, que no tienen el poder de negociación que da el volumen y tampoco cuentan con una línea directa con la Secretaría de Comercio para denunciar un intento de los proveedores para aumentar sus listas de precios.
Apenas se conoció la devaluación del 22% en el tipo de cambio oficial, las empresas fabricantes de alimentos empezaron a informar a sus grandes clientes que las ventas quedaban suspendidas hasta nuevo aviso.
“Lo primero que hicieron la mayoría de las empresas proveedoras fue avisarnos de la suspensión de las entregas. Y en el mejor de los casos, lo que te aceptaban eran los pedidos ‘tipo’. Es decir, solo te tomaban los pedidos similares a los de la semana anterior”, explicó el dueño de una distribuidora de alimentos que trabaja abasteciendo a comedores.
Fuente: La Nación
