“Necesitamos tener tasas de interés razonables con el contexto económico de un inflación que baja, que acompañen la capacidad real de repago de las empresas y que no sea un salvavidas de plomo”, precisó el empresario cordobés. En ese sentido, agregó que las empresas “necesitan instrumentos de financiamiento específicos para invertir en bienes de capital, reconversión tecnológica y en exportaciones”. En otro aspecto, consideró que “un país no se construye desde la imposición, sino desde el consenso”.
Por su parte, el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, quien compartió una mesa con Rappallini, en cambio, insistió en la necesidad de resolver los problemas de los caminos rurales. Dijo que en la provincia de Buenos Aires, “hay 700.000 hectáreas bajo el agua”. Al rechazar la idea de una dicotomía entre campo e industria, Pino dijo que coincide con su par de la UIA en relación a las propuestas para la economía.
Al igual que otros empresarios, Pino también uso foco sobre los impuestos. “Pensamos en la gran cantidad de kilómetros en caminos rurales, que son responsabilidad sobre provincias e intendencias que cobran sus tasas por un servicio que no existe”, se quejó. El titular de la SRA reclamó una “reforma laboral para dar tranquilidad a los dadores de trabajo, terminar con los juicios laborales”.
Los desafíos de los empresarios
En tanto, Daniel Herrero, CEO de Prestige-Auto, afirmó, al hablar sobre la industria automotriz y la innovación del sector para los próximos años que “la Argentina tiene todo el potencial, talento técnico, vocación industrial, capacidades exportadora, recursos fundamentales para la electrificación, como puede ser el litio, pero con eso solo no alcanza”.
“Para la Argentina industrial que viene necesitamos un modelo previsible en donde la industria sea una cuestión de Estado. Necesitamos trabajar en infraestructuras para poder ser competitivos a lo que viene”, señaló. Herrero insistió en que se requiere “una matriz impositiva que se adecue a ser parejos con quien tenemos que competir”. “La matriz impositiva de la industria automotriz en Argentina está cargada en la producción y en Brasil está cargada en la comercialización”.
“Si queremos competir, tenemos que entender que Latinoamérica invierte en promedio será 0,3% del producto bruto en investigación y desarrollo. Si comparamos los gigantes, invierten 5% del producto en investigación y desarrollo”, agregó el ex Toyota.
Una diplomacia comercial
Por su lado, Marisa Bircher, exsecretaria de Comercio Exterior y actual consultora manifestó que resulta necesario a los intereses de la Argentina que la diplomacia se enfoque más allá de la relación con los Estados Unidos.
“Necesitamos una diplomacia sin tanto sesgo político. Esta agenda de inserción requiere de un diálogo con muchos mercados de manera simultánea”, explicó Bircher. La consultora consideró que “hay que correr lo político y enfocarse en negociaciones de largo plazo y con reglas claras”.