Semejante crecimiento contrasta con los cálculos privados que anticiparon una retracción de 1,1%, por efecto de la contracción del comercio, la industria y la construcción. Además, informó el organismo oficial de estadística que por tercer mes consecutivo el indicador de "tendencia ciclo", que depura la serie original de los factores estacionales y aleatorios, acusó estancamiento respecto del mes previo, cuando un año antes se expandía a un ritmo de 0,6% mensual.
Sin duda, la crisis internacional está afectando tanto la demanda agregada, como son el consumo interno, las exportaciones y consecuentemente la inversión, según detectó el Indec en el relevamiento de expectativas de los empresarios de la industria, lo cual afecta la producción, el comercio y el transporte de bienes y servicios.
Cambio de escenario
Si bien, en las mediciones del Indec aún no aparecen las variaciones negativas respecto de un año antes, como ocurre desde noviembre último en el caso del Indice General de Actividad de Orlando Ferreres y Asociados (OJF), al menos se advierte una abrupta desaceleración en la tasa de aumento interanual.
La diferencia no es menor: en sólo doce meses, se pasó de un ritmo de más de 9% anual a menos de 3%, por efecto de la crisis internacional, pero también de algunos "desaciertos de política interna, como es el prolongado enfrentamiento con el campo, las limitaciones que prevalecen sobre algunos rubros de exportación, como los lácteos y carnes, y el sostenido aumento de la presión fiscal, entre otros", como advierte el consenso de los economistas de las consultoras privadas.
El Indec no desagrega la información por rama de actividad, pero los datos aportados por OJF muestran que los sectores que se mantienen en la senda positiva son los productores de servicios financieros y el transporte y comunicaciones, mientras exhiben estancamiento la actividad gubernamental, los servicios sociales y personales y la construcción.
Por el contrario, ya ingresaron claramente en terrritorio negativo la generación de energía, gas y agua, la producción del campo, el comercio en general y la actividad manufacturera.
Según el análisis del Banco Central en su Informe de Inflación, "el menor dinamismo de la producción de bienes se vincula con la acumulación de stocks industriales por encima de lo deseado por las empresas y a una menor inversión en nuevas construcciones, que se combinan con una producción agropecuaria que resultó afectada por la sequía".