Javier Milei dio su primer discurso como Presidente de la Nación. Fue en las escalinatas del Congreso, con jefes de Estado y líderes políticos a sus espaldas y una multitud en frente. Tal y como se preveía en la previa, el nuevo mandatario enfocó su alocución en la herencia del mandato pasado y las duras variables macroeconómicas y sociales con la que asumirá. “Será difícil, pero vamos a salir”, remarcó.
El flamante presidente comenzó su discurso enfatizando en la legitimidad de la “voluntad de cambio” que “han expresado los argentinos” en las urnas el pasado mes de noviembre, cuando Milei se impuso a Sergio Massa por más del 56% de los votos. “Hoy enterramos décadas de fracaso, peleas intestinas y disputas sin sentido. Hoy comienza una era de paz y prosperidad, de libertad y Progreso”, afirmó.
Además, insistió que “durante más de 100 años los políticos insistieron en defender un modelo que genera pobreza, estancamiento y miseria”, un “modelo que ha fracasado en todo el mundo, pero en especial en nuestro país”.
Para enfatizar en ese punto, Milei se dispuso a describir brevemente el estado de situación en distintas áreas, siendo la económica la más enfática: “Haber emitido por 20 puntos del PBI no es gratis, lo vamos a pagar en inflación”, para luego ahondar en que la administración saliente deja “una inflación plantada de 15 mil por ciento anual, que vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla”.
Por eso reiteró que el ajuste que pondrá en marcha “impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, empleo, salarios reales y cantidad de pobres e indigentes”. “Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto a lo que pasó en los últimos 12 años, cuando el PBI per cápita cayó 15% en un contexto donde acumulamos 5 mil por ciento de inflación“, dijo, pero aclaró que se tratará del “último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina”.
Para ello, Milei marcó que no hay alternativa posible al ajuste. “Tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo. Todos los programas gradualistas terminaron mal, mientras que todos los de shock menos el de 1959 fueron exitosos”, afirmó.
“No hay plata. No hay alternativa al ajuste y al shock. Impactará de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes”, pero indicó que “habrá luz hacia el final del camino“, dijo.
Entre las medidas, Milei anunció que aplicará un drástico recorte del gasto público equivalente al 15 por ciento del Producto Bruto. Explicó que cinco puntos de ese recorte se recortarán sobre los cargos políticos, mientras que los otros diez puntos provendrán de terminar con la deuda del Banco Central. “El kirchnerismo que se jactaba de tener superávits gemelos, ahora nos deja un 17% del Producto Bruto de déficit gemelos”, señaló.
Dijo que, de esos 17 puntos, “15 corresponden al déficit consolidado: 5 al Tesoro y 10 al BCRA“. Además, anticipó que se aplicará un “ajuste fiscal en el sector público de 5 puntos del PBI, que “caerá sobre el Estado y no sobre el sector privado”. Confió en que de esta manera se pondría fin a la emisión de dinero y alertó que “haber emitido por 20 puntos del PBI no es gratis, lo vamos a pagar en inflación”.
Al igual que en su discurso posterior a ganar las elecciones, Milei no hizo mención ni a la dolarización ni al presunto cierre del Banco Central.
“No va a ser fácil: 100 años de fracaso no se deshacen en un día, pero hoy es ese día; terminamos el camino de la decadencia y comenzamos a transitar el camino de la prosperidad. Tenemos la resiliencia para salir adelante”, afirmó el flamante mandatario en su primer discurso, pronunciado en las escalinatas desde el Congreso, en el que propuso un “nuevo contrato social en el que el Estado no dirija nuestras vidas, sino que vele por nuestros derechos” y en el que advirtió que, “quien corta las calles, no recibirá asistencia de la sociedad: el que corta no cobra”.
Julián Alvez: El Cronista