“Quedó caliente, a tal punto que no había precio de postcierre”, revelan en las mesas, acerca de la suba del blue, de $ 205,50 a $ 212,50, lo que representa un 3,5%. La diferencia es prácticamente lo mismo que el 3,8% que rinde un plazo fijo en pesos a lo largo de 30 días.
DÓLAR BLUE
En las cuevas dicen que “quedó caliente” porque sigue el mismo precio que el contado con liquidación, una suerte de hermano mayor del blue, ya que movió u$s 68 millones diarios, contra los apenas u$s 4 millones del billete informal, que suele estar más caro al ser negro.
El CCL, que es el dólar que usan las empresas y grandes inversores para dolarizarse en cuentas del exterior, saltó a $ 213, mientras el MEP, que se utiliza para dolarizarse por la Bolsa en el país, cerró en $ 211, con un volumen operado de u$s 58 millones.
DÓLAR IFE
La suba del billete tiene varias explicaciones. Por un lado, lo que llaman en la jerga el efecto dólar IFE, en alusión al bono que otorgará el Gobierno y que colocará $ 200.000 millones en la calle. Mayor emisión y más pesos en la calle equivalen a una depreciación de la moneda.
Por otro lado, como el nivel de actividad está bien, hay quienes estiman que parte del IFE puede volcarse al blue, por lo cual las grandes manos quieren anticiparse a la potencial suba.
NUEVO PURÉ
Además, se dio la particularidad de que el informal cerró el viernes $ 5 por debajo del MEP, por lo cual muchos empezaron a comprar blue para ver si podían hacer un “puré” revendiendo en la Bolsa, lo que hizo subir el precio.
Pero, como ya lo contó El Cronista, el puntapié inicial lo dieron los dos monstruos de la City: Pimco y Templeton, dos de los fondos de inversión más grandes del mundo que tienen el equivalente a u$s 3000 millones en bonos CER, empezaron a llamar por teléfono para pedir precios de CCL.
Si bien las ventas fueron pocas, el sólo hecho de pedir precio provocó alarmas en los fondos locales, que se deshicieron del carry trade y prefirieron dolarizar las carteras.
HOT LINE
“Al salir a cubrirse fondos fuertes del exterior, se activaron las alarmas de otros fondos y empresas locales que tenían mucho colocado en pesos apalancados y se tuvieron que dar vuelta”, reveló el director de un banco.
La pregunta que se hacen todos es si el Gobierno saldrá a intervenir de alguna forma, ya sea vendiendo bonos en dólares de su cartera o intimidando a los brokers para que no operen, como ha sucedido en el pasado.
“El FMI no vería con buenos ojos aprietes para controlar el dólar”, asegura Javier Timerman, socio de AdCap y más conocido por ser el financista que más WhatsAppea con Cristina Kirchner.
PEDIR PERMISO
“Sería incapaz el BCRA de intervenir sin permiso del FMI que audita a diario y semanalmente al Central. El FMI podría recién dar la orden de intervenir con un dólar bastante más alto que el actual. Fue un desarme CER. En el año le venían haciendo 35% en dólares”, comentan en las mesas.
“La fuerte presión inflacionaria, aceleración del crawling peg y un contado con liquidación que tocó mínimos en términos reales en los últimos años, el rebote fue algo esperable en el mercado, donde observamos ciertas tomas de ganancias en activos en moneda local”, observa Lucas Yatche, Head of Strategy and Investments de Liebre Capital.
CHAU CARRY TRADE
Timerman agrega que “fue una reacción a que de repente estuvo en boca de todos las bondades del carry trade y con un contexto horrible afuera donde cayeron todas las monedas de emergentes (caso Sudáfrica ) y todos los activos de riesgo, están dadas las condiciones para un short squeeze del carry”.
El short squeeze es cuando algo que se encontraba bajo, de un momento a otro sube de valor, lo que obliga a comprarlo mucho más alto.
Por Mariano Gorodisch
fuente: El Cronista