Anclada en el corazón de Cafayate, parte fundamental de la tan visitada ruta del vino, se encuentra la Bodega Nanni, fundada en 1890 se dedica a la elaboración de vinos orgánicos siendo la primera bodega del país en conseguir la certificación y abrir su producción al mercado internacional, con las nuevas aperturas al turismo anunciadas por el gobierno nacional avizoran una buena temporada de verano.
José Nanni, su administrador contó en diálogo con Dossier Web que la pandemia del coronavirus les abrió las puertas al turismo nacional con una mayor profundidad, la imposibilidad de recibir turistas extranjeros fue paliada por la gran cantidad de visitantes de argentinos de todos el país.
“Este año fue positivo, desde enero a semana santa fue una muy buena temporada, después desde esa fecha hasta comienzos de julio muy mala y hasta ahora de nuevo muy buena, recibimos una gran cantidad de visitantes”.
Las expectativas crecen con la inminente llegada del turismo internacional, “estamos manteniendo un muy buen flujo de turistas que nos visitan, esperamos y calculamos que hasta fin de año va a ser así, ahora con la apertura de fronteras para recibir visitas de otros países, esperamos que sea mucho mejor”.
Paradójicamente cuenta que este año ha sido mejor que el 2019 en cuanto a ventas, “del 2020 no podemos ni hablar, la pandemia no nos permitió hacer nada, pero este año ha sido muy bueno y nos hemos recuperado”, sostiene.
Muchos argentinos imposibilitados de viajar al extranjero decidieron recorrer el país, y Salta fue una de las provincias más visitadas, esto los ayudó a consolidarse y volver a su actividad.
Actualmente la bodega ofrece una visita, que es totalmente gratuita, “tenemos degustaciones, se puede probar la línea jóvenes y otra es la reserva, que son un poquito más caros, sin embargo manejamos precios accesibles. Tenemos también un restaurante que funciona tanto al mediodía como a la noche”.
Un poco de historia
“La bodega fue fundada por mi bisabuelo, yo soy la cuarta generación, comenzó con la producción de vinos alrededor de 1890, si bien no comenzó en la bodega donde estamos actualmente dio el puntapié”.
El bisabuelo Nanni, llegó desde Italia, de un pueblo pequeño, y se instaló en Cafayate donde comenzó a trabajar en la elaboración de los vinos y “ese legado fue continuado por mi abuelo y su hermano, ellos son quienes construyeron la bodega en la que actualmente estamos”.
“Mi abuelo murió muy joven y mi papá tenía solo cinco años, tras la división de bienes la bodega quedó para mi abuela y mi papá la terminó comprando, ahora nosotros la trabajamos”.
Pensando siempre en actualizarse dentro del mercado fueron unos visionarios, porque en 1996 nosotros comenzaron la producción de vinos orgánicos, “fuimos la primera bodega del país en certificar la producción como orgánica, de hecho, en esa época los productos de esas características no eran tan conocidos ni valorados como lo son ahora”.
Fueron ellos quienes sentaron las bases de lo que es la certificación de vinos orgánicos y esa medida les permitió acceder al mercado internacional donde esos productos con ampliamente valorados.
“Esta realidad cambió y hoy son productos muy valorados tanto adentro como afuera del país, pero gracias a esta acción comenzamos a exportar en el año 2000 y para nosotros no solo fue importante sino un gran desafío, somos una bodega familiar y exportar es un reto muy complicado”.
Recuerda que para ellos el cuidado al medioambiente es uno de sus pilares fundamentales, es por eso que “apostamos a la producción orgánica, manteniendo la tradición”.
Hoy se encuentran ubicados dentro de una zona privilegiada, sobre la calle Silverio Chavarría 151 a una cuadra y media de la plaza, “cuando esto comenzó estábamos en las afueras del pueblo, pero con el correr de los años Cafayate fue creciendo tanto que quedamos adentro”.
Finalmente detalló que tienen grandes expectativas para la temporada de verano y esperan poder recibir muchos turistas.
