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Números en rojo: dos nuevos indicadores muestran la frágil situación de la economía

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Lo que se temía se hizo realidad: el primer mes de 2021 afectado por las nuevas restricciones derivadas de la segunda ola de coronavirus arrojó malos números para la industria y la construcción, que cayeron en la comparación desestacionalizada con abril 5% y 3%, respectivamente.

En tanto, como cabía esperar, debido a que la base de referencia coincide con los peores meses de 2020, el dato interanual mostró un crecimiento de 30,2% y 70,9%, en cada caso.

Estos datos surgen del Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) y del Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) que difundió hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), de los que también surge que en el acumulado de 2021 la industria creció 23% respecto de igual período del año anterior, y que la construcción avanzó 70,9% en el mismo lapso.

La caída intermensual de la producción industrial no es menor, puesto que lo que se volvió a ver fue un retroceso que se inscribe entre los más profundos desde el piso de la pandemia en abril de 2020 y la peor performance entre las mediciones de mayo de la última década.

Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de la consultora Equilibra, dijo que lo importante para ver no es la variación interanual, dado que tanto abril como mayo se compararon con la cuarentena más estricta de 2020. “Pero sí es interesante el dato desestacionalizado, que arrojó una caída por segunda vez consecutiva y en mayo un retroceso fuerte. Mayo fue uno de los meses más complicados por las restricciones de la segunda ola, que en la industria afectó por problemas de presentismo o la necesidad de aislamientos”, comentó el economista.

En tanto, Natalia Motyl, economista de la fundación Libertad & Progreso, la marcha de la industria evidencia la falta de un plan económico integral que permita levantar cabeza al sector. “En un mes retrocedimos a los niveles de mediados del año pasado cuando comenzaron a flexibilizarse ciertas actividades luego de las fuertes restricciones que se observaron desde la segunda quincena de marzo. Esto quiere decir que la situación del sector es muy crítica. Los fuertes avances que se observaron en la primera parte del año no era más que suba de la producción para recomponer los stocks del año pasado”, señaló.

Motyl hizo hincapié en que la economía no va a recuperarse en tanto y en cuanto el diagnóstico del oficialismo sea errado: no se crece por el lado de la demanda. “Toda la artillería del actual plan económico se encuentra puesta en reactivar el consumo; no obstante, no habrá nada que consumir si no se reactiva primero la producción. Esto solo podría ocurrir con una serie de reformas estructurales que permitan al sector productivo recuperarse, empezar a generar puestos de trabajo, incorporar nuevas tecnologías y subir los salarios reales de los argentinos”, subrayó la economista.

En tanto, fuentes del Ministerio de Economía destacaron el crecimiento interanual, pero reconocieron que se debió en gran parte a la baja base de comparación. Asimismo, explicaron que la dinámica del mes estuvo afectada por las restricciones a la movilidad de la última semana de mayo, además de problemas logísticos con el personal derivados del aumento de contagios de Covid.

En Economía también destacaron que la caída de 5% en la serie desestacionalizada es la segunda consecutiva después de la baja de -1,9% sin estacionalidad de abril, ubicándose debajo del nivel precovid de febrero de 2020 por primera vez en los últimos siete meses (-1,8%).

Para Matías De Luca, economista de LCG, no es casual que el dato coincida con el período de confinamiento estricto que el Poder Ejecutivo Nacional instauró hacia finales de mes. “Así, la contracción de la industria sumerge al sector casi un 6% por debajo de fines del año pasado. De este modo, el sector se encontró operando en los mismos niveles que el último cuatrimestre de 2019 coincidentes con los meses más recesivos de aquel entonces”, indicó.

Respecto de la construcción, la comparación interanual también sigue arrojando crecimientos importantes, pero nuevamente el dato más importante, para Sigaut Gravina, es la serie desestacionalizada. “Con esta caída de 3% en mayo se hilvanan cuatro meses consecutivos de retroceso. Es decir que está por arriba de los niveles previos a la pandemia, pero se viene frenando bastante. Es probable que en junio esta medición desestacionalizada muestre un leve repunte, debido a que se alivianaron las restricciones a la movilidad”, opinó el economista.

Motyl subrayó que en el caso de la construcción sucede algo similar a lo que ocurre en la industria, ya que se apostaba a principio de año que la actividad iba a ser fogoneada con obra pública, pero eso no se concretó. “El rojo fiscal y la falta de dinero en medio de una escasez de capitales locales y externos, la incertidumbre propia de un año electoral y la renegociación de la deuda pateada hacia adelante, hizo imposible una política muy expansiva. No hay margen fiscal para incrementar obra pública y peligran las iniciadas hace meses. A esto se suma que hay una crisis de liquidez en el sector privado”, agregó.

Camilo Tiscornia, director de C&T Consultores, dijo que se confirmó lo que se esperaba: que mayo fuera muy malo, porque hubo un cierre tipo fase 1 que empezó a regir en la última semana de ese mes. “La explicación de la caída de 3% en la construcción está básicamente en ese cierre. Es interesante analizar los datos desestacionalizados en el ISAC, porque ahí surge que uno de los dos componentes que no cayó fue el asfalto, que acumuló dos meses de crecimiento mensual bastante fuerte. Esto implica que el Gobierno va a empezar a poner fichas en la obra pública antes de las elecciones”, opinó el economista.

Por su parte, De Luca subrayó que, luego de cuatro meses de contracción acumulada, la construcción se encuentra operando en niveles similares a los de agosto de 2020 y un 7% por debajo de lo que lo hacía a fin de año. “La evolución del sector quedará también supeditada a eventuales políticas de estímulo fiscal de cara a los comicios, lo cual podría favorecerla al tratarse de una actividad clave”, acotó el economista.

Los datos publicados hoy por el Indec son preocupantes, porque, tanto la producción industrial como el sector de la construcción, generan los mayores puestos de trabajo del país. Ya en abril, último dato disponible, la corrosión del nivel de vida de los trabajadores fue del 6,6% comparado con abril del año pasado. Esto quiere decir que mes a mes, año a año hay más gente en situación de pobreza en una economía con dos dígitos de desempleo e inflación. No es para nada alentador el panorama socioeconómico de éste año.

Por: Carlos Manzoni
Fuente: La Nación


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