La actividad agropecuaria es uno de los motores económicos de la Argentina, hoy en medio de la pandemia, con altas cargas impositivas, hechos de inseguridad y condiciones climáticas adversas, atraviesan serias dificultades, aunque sostienen que no son el sector más golpeado teniendo en cuenta la crisis económica global. Ignacio del Río, titular de la Sociedad Rural Salteña contó a Dossier Web cómo están trabajando.
Consultado sobre el impacto económico que vive el sector tras la paralización y ralentización de la economía durante la pandemia por el SARS-CoV2, reflexiona en que el saldo es negativo en todos los sectores en general, y que también afectó al campo salteño.
Aunque reconoce que el efecto negativo no es de gran magnitud si se lo compara con el comercio, el turismo y otras actividades mucho más afectadas porque se han visto paralizadas en un 100%. De todos modos, el panorama general, el distanciamiento social, la limitación para moverse entre provincias están teniendo efectos graves sobre el desempeño del sector con complicaciones en logística, traslado de los insumos, manejo del personal, lo cual genera un aumento de los costos y pérdidas en las eficiencias de producción, lo que hace que el negocio sea cada vez más ajustado.
A las dificultades que afrontan se les suma la presión tributaria que considera hoy es altísima y se convirtió, desde hace mucho tiempo, en uno de los mayores reclamos que realiza el sector tanto a nivel nacional como provincial.
“El campo vive una situación muy compleja ante el incremento de los derechos de exportación y de la enorme carga impositiva”
A esa situación se les suma el incremento de costos que genera la distancia a los puertos lo que hace que muchas actividades se hagan inviables para los productores salteños.
La inseguridad de los campos es otro de los desafíos que han tenido que afrontar y donde consideran que la justicia debería actuar de forma implacable.
Bajo la premisa de que en épocas de crisis, los hechos de inseguridad se incrementan. En los últimos meses, Salta al igual que otras provincias, ha sufrido ataques en los campos, principalmente hechos de vandalismo rural y el robo de la producción agropecuaria.
Han sido recurrentes los delitos de abigeato y a pesar de las denuncias no se redujeron, asegura del Río. Muchos productores consideran que esto último se debe a la impunidad y la falta de condena a estos hechos.
“No hay duda que todos los hechos de violencia generan indignación y frustración pero estas sensaciones se incrementan cuando el delito recae sobre ganado cuya genética es el producto de un enorme esfuerzo de recursos y tiempo”
La tecnología también ha llegado al campo salteño para traer profundas transformaciones, y asegura que probablemente es uno de los sectores que más tecnología incorporó; la cual permitió disminuir costos de producción, generar un aumento en la productividad y, bien aplicada, permite eficientizar procesos. Estos avances a no muy largo plazo tendrán una enorme importancia respecto a la demanda internacional.
Sin poder quedarse en el tiempo son conscientes de que la sustentabilidad productiva conlleva necesariamente la innovación e incorporación tecnológica, ya que el uso racional de la tierra necesita e implica actualmente incorporar tecnología.
Hoy, afectados por las inclemencias climáticas deben buscar el modo de aprovechar al máximo sus recursos, debido a que la campaña 19-20 no fue como se esperaba, climáticamente fue un año con lluvias por debajo del promedio en general, lo que produjo que se perdieran hectáreas de producción.
El otoño no tuvo las lluvias necesarias para lograr cultivos de invierno, sumado a que es un invierno crudo en cuanto a cantidad e intensidad de heladas tempranas.
En lo que es ganadería, la producción forrajera fue mala durante el verano, dado a las lluvias escasas, por lo cual se descargaron muchos campos, se realizaron destetes con menor peso a los promedios, y se está recriando menos que años anteriores por falta de forraje.
Explica que productivamente fue un año malo, sumado a un atraso cambiario que afecta principalmente a los números agrícolas, y a la gran incertidumbre que vivimos en estos tiempos, lo cual hace que el productor agropecuario salteño hoy este golpeado.
En un contexto difícil asegura que analizar y cuantificar la crisis post pandemia es complejo, el campo espera que el gobierno nacional tenga un plan económico claro que les permita trabajar y producir con reglas claras.
“Las crisis generan enormes dificultades pero también algunas oportunidades. Debemos estar a la altura de las circunstancias para sacar algo bueno de todo lo malo que dejará la pandemia”
Finalmente y en un contexto con demasiadas variaciones como entidad gremial buscan estar presentes y poder mantener a los socios al tanto de las diferentes normativas que se fueron y van dando ante la situación de pandemia para agilizar protocolos y que los productores salteños puedan seguir trabajando.
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