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Fin de la neutralidad de Internet: desde ahora no será considerada un servicio público

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Ayer dejó de tener vigencia la Ley aprobada por Obama en 2015, que establecía que Internet sería tratado como un servicio público. Se trata del primer paso de Estados Unidos para que las grandes proveedores de acceso a la web tengan el poder de influir sobre contenidos.

El espíritu de Internet está a punto de cambiar en los Estados Unidos y tendrá impacto internacional. La Comisión Federal de Comunicaciones puso en vigor este lunes 11 de junio una nueva regulación federal que elimina el principio de neutralidad de la red, por lo cual ahora los proveedores de acceso podrán bloquear o exigir pagos adicionales para acceder a cierto tipo de contenido que no se ajuste con sus objetivos comerciales.

Todavía nadie dio el primer paso. La neutralidad de la red ha sido un principio rector en la vida de Internet en los últimos 20 años, cuando sus creadores imaginaron que sería un espacio totalmente para el intercambio de información. Según este principio, ningún proveedor puede cobrar tarifas diferenciadas por acceder a determinados contenidos, páginas o aplicaciones ni discriminar por tipo de dispositivo.

Esta idea había sido garantizada por ley en los Estados Unidos a través de una regulación impulsada por el ex presidente Barack Obama. Pero su sucesor consideró que es una regulación “demasiado onerosa” como para imponerla a las empresas.

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Los grandes proveedores de video, como Netflix o Youtube, podrían ser los perjudicados más inmediatos.

Una pelea de negocios y dinero

Todo comenzó como un reclamo del lobby de los proveedores a partir de los cambios que se registraron en su negocio en los últimos cinco años especialmente. De acuerdo con estimaciones de Cisco, el 70% del material que circula por Internet es video -que al ir incrementando su calidad y demanda- cada vez representa una mayor presión sobre los servidores.

Desde hace dos años, el tráfico de Internet se expande al 24% interanual protagonizado por tipos de contenidos cada vez más pesados. En este sentido, grandes proveedores de streaming como Netflix y Youtube son los actores que más tienen por qué preocuparse.

Las empresas de telecomunicaciones plantearon que cada vez deben realizar mayores inversiones para garantizar con el cumplimiento de su servicio pero no tienen forma de trasladar esos costos al precio para garantizar sus niveles de rentabilidad. Por otra parte todas coinciden que en 2021, el peso del video en la web será del 80%.

El gobierno de Donald Trump fue influenciado por esta idea y tomó la decisión de impulsar una nueva regulación para, básicamente, quitar regulaciones federales y entregar el control del acceso a la web a las leyes del libre mercado.

Empresas más poderosas

La principal preocupación de los defensores de la neutralidad en la red es que los proveedores (que a nivel mayorista son siempre pocos) tengan margen de acción para cartelizar condiciones comerciales. Por otra parte, ahora tienen un altísimo poder sobre qué tipo de contenido se entrega a los usuarios.

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Por ejemplo: si un proveedor de acceso a Internet en Nueva York desea cobrar un extra para que sus clientes disfruten del servicio de Netflix, ahora podrán hacerlo. O bien, los proveedores podrán acceder “carriles rápidos” o “carriles lentos”, según lo que se pague, para ver determinado tipo de contenidos, como videos en Youtube.

En términos reales, los grandes Internet Service Providers (ISP) tendrán una enorme capacidad de injerencia potencial en los negocios de empresas tales como Google, Spotify, Netflix o cualquier cosa que pueda ser apuntada discrecionalmente.

El escenario se complejiza ante cualquier hipótesis de conflicto. El gigante de las telecomunicaciones Comcast es dueña de NBC Universal. Y AT&T está a punto de comprar Time Warner. ¿Podría Comcast desarrollar alguna política comercial para perjudicar a su competidor bloqueando accesos a sus contenidos? Sí.

Actualmente los defensores de la neutralidad concentran sus esfuerzos en el lobby legislativo (AFP)

La neutralidad argentina

En la República Argentina, la Ley 27.078 -sancionada en 2014- protege especialmente al principio la neutralidad de la red. El artículo 57 prohíbe a los prestadores “bloquear, interferir, discriminar, entorpecer, degradar o restringir la utilización, envío, recepción, ofrecimiento o acceso a cualquier contenido, aplicación, servicio o protocolo salvo orden judicial o expresa solicitud del usuario”.

El primer país del mundo es ordenar por ley este país fue Chile, en 2010. Pero la Argentina se mantuvo a tono -al mismo tiempo- con las similares regulaciones que impulsó Holanda, la Unión Europea, Brasil y España. Todos ellos en 2014.

Zero Rating, el problema local

El principio de la neutralidad podría verse amenazado por el zero rating o tarifa cero, una práctica que realizan las operadoras móviles para no cobrar a sus clientes por el uso de determinados tipos de servicios a Internet a través de sus redes. Visto de otro modo: se exonera de cargos en el paquete de datos a determinados servicios.

Compañías como Facebook y Google utilizan este principio para hacer penetrar sus productos. Por ejemplo, en la Argentina algunas compañías de telefonía celular no cobran a sus usuarios por utilizar Whatsapp -el mensaje de Facebook- como parte de su estrategia comercial.

Sin embargo esta promoción beneficiosa para los usuarios podría ser cuestionada, dado que la perjudica las condiciones de competencia de sus aplicaciones rivales, como Telegram, Google Hangout, Messenger u otras.

Chile resolvió esta cuestión el 1 de junio de 2014, cuando su subsecretaría de telecomunicaciones determinó que regalar datos para beneficiar a una aplicación violaba el principio de neutralidad.

Si bien existe legislación suficiente, siempre está el temor al efecto contagio. Por ahora los defensores presionarán al Congreso para que actúe en busca de algún cambio de rumbo.

Fuente: Diario Clarín


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