Con una inflación anual estimada por el Indec en 24% (entre mayo de 2016 y el mismo mes de este año), algunos productos de la canasta básica como leche, yogur, manteca y queso duplicaron y triplicaron esa cifra. Según un informe de la consultora Focus Market, la leche fluida (primera marca) aumentó un 38%, al pasar de $ 16,60 el litro en mayo de 2016 a $ 20,60 en mayo de este año.
Algo similar ocurrió con el yogur entero de litro, que pasó de $ 26,70 a $ 39,70 (50% de aumento), en el mismo período.
Un caso extremo fue el de la manteca, que se fue literalmente al techo: pasó de costar $ 26 en mayo del año pasado a $ 42 el mismo mes de este año, el paquete de 200 gr (marca Ilolay), un 83% de aumento.
Otros alimentos que subieron por encima de la inflación fueron las milanesas de soja (hasta 32 % de aumento interanual), sopas deshidratadas (28% de aumento), quesos untables (45%), dulce de leche (63%), alfajores (45%), flanes (hasta 55%), salsas y condimentos (entre 57% y 59% de aumento, respectivamente). Esta fuerte suba en alimentos básicos, afecta en mayor medida a los hogares de menores ingresos.
En el rubro bebidas, los vinos de mesa aumentaron 116%, los vinos de gama media 79% y el Fernet hasta 48%. En las bebidas sin alcohol, los amargos lideraron las subas con 46% interanual. Y en cuanto a los artículos de limpieza, los champúes y acondicionadores registraron un aumento interanual del 36%, y los limpiadores para el hogar hasta 40%.
Los datos surgen de un relevamiento que realizó Focus Market bajo el sistema Scanntech, utilizando scanners en la caja de los supermercados, para 129 categorías de productos en más de 500 puntos de venta de todo el país. El relevamiento no incluye frutas y verduras, y en cuanto a la carne, cuya suba de precio siempre es noticia, el último año se incrementó a la par del IPC.
“Al mismo tiempo que los precios de estos productos crecieron por encima de la inflación, se fue dando un desplazamiento hacia segundas marcas, y finalmente una caída en su consumo”, explicó Damian Di Pace, director de Focus Market. De este modo, mientras “el consumo de leche La Serenísima cayó 700%, la segunda marca de esa empresa, La Armonía, creció casi 1000%. Pero lo preocupante es que el consumo anual per capita bajó cuatro litros respecto a 2015”, ilustró.
“Esto tiene un correlato con la grave situación que atraviesa el sector lácteo, ya que el año pasado cerraron 450 tambos -apuntó Di Pace-. La crisis viene desde hace tiempo y se agravó a partir de 2009, cuando el gremio del sector, Atilra, solicitó a las empresas un “aporte solidario” de $ 3500 mensuales por cada trabajador, lo que resultó en una mochila de plomo, sobre todo para las pequeñas y medianas industrias lácteas. A partir de las negociaciones por el conflicto en Sancor, el gremio acordó con las cámaras CIL y Apymel, reducir esa cifra a $ 1500 para empresas grandes y $ 700 mensuales para las pymes. En tanto, la caída de la producción en la emblemática cooperativa provocó un desabastecimiento en el mercado local de manteca, al punto de que se está importando este producto desde Uruguay.
En cuanto a los vinos, otro producto tradicional de la mesa de los argentinos, el aumento del precio se debe a que “ya casi no hay sobre-stock, hubo una merma en la producción por malas cosechas, y lo poco que se produce se deriva a la exportación”.