En Salta está una de las propuestas de excelencia con que cuenta el país respecto a turismo y vinos. Cerca de Molinos, estancia Colomé ofrece bodegas modernas, viñas centenarias y un museo de la luz. En Colomé, el terruño es esencial. Se fermenta el vino con levaduras indígenas y se minimiza la intervención en todos los procesos.
Se trata de “el” lugar elegido por todo aquel que quiera hacer enoturismo de alto vuelo: Bodega Colomé. A 2.300 metros sobre el nivel del mar, dista 25 kilómetros de Molinos, 111 de Cafayate y 70 de Cachi, sobre una ruta cuidada y de buen acceso. Toda la estancia es una gran inversión autosuficiente en energía y recursos, que en el país ha logrado imponer sus vinos y el espacio que ha creado entre las montañas. Se fundó originalmente en el año 1831 y en 1854 se introdujo en Colomé las vides francesas Malbec prefiloxera y Cabernet Sauvignon. Tres viñedos de 4 hectáreas cada uno, los cuales datan de aquellos tiempos, aún producen uvas que van a formar parte del vino Colomé Reserva.
La estancia perteneció a las familias Isasmendi-Dávalos a lo largo de 170 años. En 1969, la familia Rodó adquirió la finca y bodega y la conservó durante 13 años. Raúl Dávalos, descendiente directo de la familia Isasmendi-Dávalos, recuperó la antigua granja de la familia en el año 1982 y la conservó hasta que el Grupo Hess la adquirió en el 2001.
Donald y Ursula Hess visitaron por primera vez los Valles Calchaquíes en 1998. Estaban buscando el terroir perfecto y el clima ideal para hacer vinos y lo que encontraron fue mucho más que eso: encontraron un segundo hogar. Actualmente las viñas llegan a las 140 hectáreas distribuidas en cuatro fincas. También se edificaron nuevas instalaciones para las bodegas, con la última tecnología y equipamiento. Se construyeron un hotel rural boutique y el exclusivo “Museo James Turrell”.
En la actualidad, Bodega Colomé es un referente de los vinos de calidad y alta gama en Argentina: cosecha y elabora más de medio millón de litros y exporta sus vinos a más de 25 países en todo el mundo. Los viñedos se ubican en la zona alta de los Valles Calchaquíes, considerada la región vitivinícola de mayor altura en el mundo: Colomé (2.300 mts) cuyos viñedos están alrededor de la bodega, El Arenal (2.700 mts) y Altura Máxima (3.111 mts), en Payogasta, y finca La Brava (1.750 mts) en Cafayate. La altitud impacta en la calidad de la uva ya que a mayor altura hay una mayor exposición a rayos ultravioletas, logrando que la uva genere piel más gruesa y oscura, lo que luego otorgará al vino una mayor intensidad en colores, aromas y sabores. Facilitan también un desarrollo homogéneo y equilibrado de azúcares, polifenoles, ácidos y sabores.
Malbec, Pinot Noir, Merlot, Syrah; Torrontés, Sauvignon Blanc y Chardonnay son las variedades que se cultivan en Colomé, a través de un sistema presurizado por gravedad en línea de goteros equidistantes, alimentado con agua de montaña conservada en represas. Un espacio, en definitiva, que se puede saborear.
Portafolio de vinos
El enólogo de Colomé es el francés Thibaut Delmotte, y el asesor enológico el norteamericano Randle Johnson. Entre ambos han elaborado un portafolio de vinos enfocado en las variedades insignias para resaltar las características únicas y diferenciales de la región.
Así, consta de cuatro vinos: Colomé Torrontés, Colomé Estate Malbec, Colomé Auténtico Malbec y Colomé Reserva Malbec.
En la estancia se ofrece una selección de lotes especiales que no están en las góndolas.
Fuente: El Tribuno