Ante la crisis financiera internacional, Argentina está “con menos margen” que en años anteriores para enfrentar el impacto del shock, debido a que a desaparecieron los superávits fiscal y comercial, advirtió un informe de Ecolatina.
Según la consultora, “la falta de una política económica estratégica (se estimuló la economía en momentos de bonanza reduciendo los márgenes actuales), nos deja entonces peor parados frente a un contexto externo que luce mucho menos favorable”. Ecolatina planteó que el impacto en la Argentina se debe analizar en dos planos diferentes: por un lado, el contagio en el mercado financiero local y, por otro, el posible efecto negativo en la actividad económica.
“El contagio en el mercado de capitales doméstico es automático. Cuando los Estados Unidos, estornuda, la Argentina se resfría. El Merval cayó 16,2% en el peor momento de la crisis”, indicó. En este sentido, sostuvo que el impacto económico dependerá de dos factores claves: el primero, la magnitud de la desaceleración de la economía americana y los Brics; el segundo, el colchón que tiene la Argentina para instrumentar políticas contracíclicas.
“Uno de los objetivos centrales de la política económica es suavizar los ciclos. Por ello, es clave aprovechar las épocas de bonanza para generar un colchón que puede utilizarse en momentos de necesidad. Lamentablemente, se han llevado a cabo políticas muy expansivas (estimular la demanda interna sin apuntalar significativamente la oferta) que han consumido el seguro interno”, evaluó.
Al respecto, remarcó que, a diferencia de 2006, el resultado fiscal es deficitario, el saldo de la cuenta corriente se volvió nulo y la salida de capitales se aceleró junto a la inflación, lo que se tradujo en un menor ratio reservas/PBI y una apreciación del tipo de cambio real (multilateral o bilateral). “Hoy, el único seguro que queda son las reservas internacionales acumuladas durante la bonanza”, advirtió.
Sin embargo, señaló que el stock de reservas es “elevado pero no ha crecido significativamente en los últimos años por la intensa fuga de capitales”. “Antes de la crisis del campo el país contaba con U$S 47.660 millones y tres años después las reservas apenas superan los 50.000 millones”, puntualizó.
A su criterio, la incertidumbre y desconfianza interna “han privado al país de incrementar el stock de dólares con precios récord de commodities agrícolas”. Asimismo, afirmó que “diversas medidas implementadas volvieron a afectar las expectativas reanimando la salida de capitales”. En este sentido, alertó que en 2011 “la fuga acumula a julio el mismo valor de todo 2010 y se espera que las reservas caigan por primera vez en muchos años”.
(DyN)