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El precio de ser clase media argentina

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Es el segmento más representativo de la sociedad. Sus integrantes debieron modificar hábitos de consumo para adaptarse al nuevo contexto. Un informe elaborado en exclusiva para iProfesional.com da cuenta del nivel de gastos promedio para una familia tipo. ¿Cómo es hoy la pirámide social de ingresos?

Con hábitos de compra diferentes y una lista de prioridades que cambió drásticamente, la clase media debió adaptarse a un nuevo escenario de consumo, que se gestó en 2009 y que seguirá en 2010, con desafíos distintos para aquellos que ya estaban acostumbrados a un determinado nivel de vida.

Logró mantener la adquisición de primeras marcas en la canasta de alimentos, redujo las compras mensuales y se adaptó a ir con más frecuencia al súper, para ir cubriendo las necesidades de la semana.

Trató de sacar rédito de las promociones en supermercados, buscando el día exacto en el cual le resultaba más conveniente comprar. Se acostumbró a tener en mente la “grilla” con los descuentos ofrecidos por cada punto de venta.

Las tarjetas de crédito pasaron a ser una especie de “commodity”, que le sirvió para acceder a las rebajas, sin que ello -necesariamente- genere una mayor fidelización con la entidad bancaria, a largo plazo.

Con la indumentaria hizo lo mismo. Eligió el shopping, el día y la marca con ofertas, logrando renovar su vestuario con precios hasta 35% más bajos que los que figuran de lista.

Y por último comenzó a pensar que, si le sobraban unos pesitos, no era mala idea la de adelantar algunos consumos postergados, embarcándose en la adquisición de algún bien durable o semidurable, ante una inflación de dos dígitos y frente a un dólar que esta vez no lo protege de la suba de precios.

Donde se empeñó en no ceder terreno fue en salud y educación, y aún con grandes aumentos de por medio, siguieron luchando por conservar la calidad de estas prestaciones.

"La gente dice en las encuestas que a sus hogares les va mejor que al país. Parecería que han encontrado la manera de sortear las dificultades, en algo ayudó el empujón que dieron al consumo las tarjetas con sus descuentos. Además reacomodaron sus hábitos: redujeron las frecuencias de salidas, que se alternaron por las reuniones en el hogar con amigos y achicó el tamaño de los productos adquiridos”, explicó Guillermo D´Andrea, profesor especializado en consumo del IAE.

”Mantuvo el gasto en educación –sobretodo la de los chicos-, por ser uno de los valores identificatorios de esta clase. Y la salud puede que se haya resentido con algunos descensos de planes, pero no la ha suspendido", resaltó D´Andrea.

De esta manera, con un nuevo escenario de consumo y con un manual de compras “hecho a medida”, el consumidor intentó adaptarse a este nuevo contexto, marcado por un poder adquisitivo alicaído, en comparación con el que supo tener otros años.

Sin embargo, la acuciante suba en los precios de bienes y servicios desdibujó y tiró por la borda parte de ese esfuerzo, marcado por un comportamiento más racional y por la disminución de las compras impulsivas.

Es así como el costo de la “canasta clase media”, medido en pesos, no paró de incrementarse. Y no sólo que cierra un 2009 con un número cercano a las cinco cifras sino que promete abultarse aún más apenas se inicie el 2010.

“Este sector fue el que más sufrió los aumentos de precios con una inflación de 18%, por encima de la que afectó a otros sectores sociales”, enfatizó Gabriel Caamaño, economista de Joaquín Ledesma y Asociados.

El precio de ser clase media

Pertenecer tiene sus beneficios. Pero también sus costos. Y cada vez más elevados.

Al respecto, y según un estudio que realizó la consultora Ecolatina sobre los gastos representativos de este segmento, da cuenta de que, mensualmente, necesitan cerca de $9.500 para poder hacer frente a las demandas que plantea el grupo familiar.i profesional.com

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