Carina Viñuales sobresale por su empuje. Se lo percibe cuando habla y cuenta su proyecto de concretar la primera exportación luego de consolidarse en un mercado difícil como es el de los artículos exclusivos.
La moda cambiante en el uso de las pieles fue el inicio de la actividad para Carina Viñuales. De los tradicionales tapados y sacones de piel se pasó a pieles por dentro y el cuero por fuera, con un tratamiento especial. Esto le quitó peso a las prendas y desde hace seis años le permitió a Viñuales crecer en su negocio.
La venta puerta a puerta fue en un principio su fuerte (actividad que le llevo tres años), ofreciendo los productos de una firma del sur del país, hasta advertir que se debía contar con un especialista en la costura de pieles por las modificaciones que siempre era necesario hacer, lo que la llevó a contactarse con un peletero mendocino que vive en Salta.
"Ese fue mi inicio como diseñadora algo que siempre me gustó realizar, y que me permitió la confección de piezas únicas y según las necesidades de las clientas", señaló. Sin embargo, al momento de comprar las piezas la realidad fue distinta porque realizó un derrotero por distintas provincias que trabajaban el cuero pero no de la manera que sus productos necesitaban.
Eso motivó que las debiera importar desde Italia, Francia y España tanto en pieles de conejo como de zorros de Groenlandia.
"La diferencia estaba dada -dijo Carina- en los productos que se usan para el curtido del cuero, ya que en Europa utilizan productos que le dan un acabado casi como de tela", aclaró. Trabajar con una clientela de nivel alto la lleva a mantener un servicio de exclusividad y calidad que año tras año debe renovar.
Viñuales comenzó su trabajo con una inversión inicial de $4.000, superándose constantemente lo que le permite hacer una evaluación positiva del año que para otros sectores es considerado como una meseta.
La confianza es uno de los pilares de su negocio.
Como anécdota contó que en un invierno, una novia, le pidió una capita blanca un día lunes y esto debía estar listo para el sábado siguiente.
"No sólo dependía de mí sino también del importador. Sin embargo, el día de la iglesia, la novia contó con su artículo. Esa confianza es la que necesito y a la que me debo", señaló.
Agregó que su producción cuenta con camperas, tapados y carteras, algunos de los que tienen engarzadas piedras de onix o manijas de alpaca.
Son esos artículos los que está preparando para realizar su primera exportación, que se realizará a través de los contactos que desde ProSalta están proporcionándole. Entre sus metas de crecimiento se encuentran Tucumán y Jujuy como próximo paso a dar, o bien como sucursales o como franquicias.
Con orgullo muestra que conoce las prendas desde sus inicios, ya que ella elige la materia prima para cada artículo, lo diseña, lo vende, según el asesoramiento personal y se encarga de la caja.
"Yo no vendo por vender. Me gusta que quien se lleva una prenda lo haga porque se siente cómoda con la misma, pero sobre todo le sienta bien, por tanto la venta es una consecuencia del asesoramiento", destacó.
Corre Lola
Deán Funes 267
