Tomás Iakub, de 27 años, no es chef, pero en 2018, junto a su socio, ideó un emprendimiento gastronómico que despuntó en pandemia. Se llama Simpleat y se trate de un e-commerce de comidas saludables ultracongeladas y envasadas al vacío que se hacen en menos de 5 minutos en el microondas o en agua hirviendo.
En 2019 vendieron 10.000 platos, pero el año pasado cuadriplicaron su proyección y llegaron a comercializar más de 200.000 entre la Argentina y México, y recibieron una inversión de US$600.000 con la que buscan expandirse.
“Cuando arrancamos con mi socio Kenneth Sly teníamos 24 y 25 años y ambos veníamos de multinacionales, pero teníamos ganas de emprender y, de hecho, ya lo habíamos hecho antes. Entonces nos pusimos a pensar en cómo resolver la rutinaria pregunta que muchos se hacen que es qué comemos hoy y veíamos dos tendencias: que la gente estaba cada vez más acelerada sin tiempo para cocinar y que quería comer saludable”, comentó Iakub en diálogo con LA NACION sobre los orígenes del proyecto.
Otras dos cosas que tuvieron en cuenta fueron que el emprendimiento naciera online para que pudiera tener escalabilidad y que cambiara el concepto de comida congelada. “La imagen es que no tiene mucho sabor o es de dieta, por lo que pensamos en comida casera envasada al vacío y ultracongelada, de manera que los consumidores puedan tener todas las opciones en el freezer y bajar lo que quieran y hacerlo en poco tiempo”, explicó.
Inicialmente invirtieron US$85.000 y en el primer año vendieron 10.000 platos. Para 2020, pensaron en llegar a 50.000, pero la pandemia aceleró su crecimiento y terminaron en más de 200.000 vendidos entre la Argentina y México. Para este año el objetivo es llegar a 400.000 platos vendidos en el país (equivalentes a $200 millones de facturación) y 100.000 en México, así como duplicar la cantidad de empleados de 40 a 80 trabajadores.
La expansión es posible gracias a una ronda de inversión que tuvieron a fines del año pasado en la que levantaron US$600.000. Entre las firmas que concretaron la inyección de capitales externos se encuentra el fondo mexicano NOA Capital, dueño de la segunda entre las cadenas de supermercados más grandes de México; Angel Ventures, el fondo corporativo de Nestlé; el fondo argentino Glocal Ventures, el fondo chileno Alaya Capital e inversores privados como Guilherme Bonifacio, co-fundador de Mercê do Bairro e iFood, y Diego Libanio, co-fundador de Zé Delivery y Mercê do Bairro.
“Vendemos solo a través de nuestra página y entregamos los pedidos al día siguiente sin intermediarios. El delivery nunca fue tercerizado y esa fue una de las grandes cosas que hicimos, porque no dependemos de otros jugadores. En pandemia, le otorgamos una solución al cliente final que está en su casa y también se sumaron muchas compañías que le querían solucionar el tema de la comida a sus empleados estuvieran en la casa o de vuelta en la oficina”, describió.
Sin embargo, crecer cuatro veces más de lo esperado fue un reto enorme en cuanto a la logística por lo que sumaron a una head de operaciones entre otros empleados.
El plato más barato parte de $490, aunque el costo puede variar según el pack que se compre: a mayor cantidad de comidas, baja el precio.
“En general, la gente compra packs para olvidarse del tema de la comida. Yo como fundador soy un cliente perfecto. No sé cocinar. Trabajo y entreno y no tengo tiempo y tampoco puedo pedir delivery todos los días. Es un mercado gigante porque no solo hablamos de quiénes no saben cocinar, sino de aquellos que sí saben, pero no tienen tiempo y quieren comer más saludable”, cerró.
Por: María Julieta Rumi
Fuente: La Nación