La temperatura de la primera Asamblea de la UIA tras la asunción de Daniel Funes de Rioja como nuevo presidente estuvo muy por encima de lo esperado. El descontento del diputado del Frente de Todos y titular del BICE, José Ignacio de Mendiguren, que pretendía ocupar un lugar en el consejo de la entidad, generó momentos de tensión, con pases de facturas y tonos elevados incluidos.
“No hace falta que muestre nuestros intercambios sobre tu compromiso conmigo y no cumpliste“, lanzó De Mendiguren contra Funes de Rioja, entre quienes, según el funcionario, habría existido un acuerdo para que fuera incluido en el listado de directivos de la entidad.
Al respecto, durante la conferencia de prensa que brindó anoche el flamante titular de la UIA minimizó esta situación, y sostuvo que “no hubo veto de ninguna naturaleza. Hubo elecciones de los miembros, nada más”.
Además, apuntó que “De Mendiguren es miembro de la Junta Directiva de la UIA, como en los últimos seis años”, tratando de dejar en claro que, si hubiera habido alguna animosidad, esto no hubiera sido posible.
“Puede haber expresiones o sentimientos de alguien que entienda que debería estar acá, pero no más que eso. La elección fue de una lista de unidad y no hubo objeciones”, afirmó Funes de Rioja.
Según acusó el empresario textil, en el hecho de haber quedado de lado de los primeros lugares en la Unión Industrial tuvo mucho que ver Techint, que pasó a ser uno de los grupos empresarios con mayor presencia en la central industrial.
Esto le valió, incluso, un fuerte cruce con Cristiano Rattazzi, presidente de FCA Argentina, quien lo trató de “impresentable” ante las acusaciones que lanzó, y le recriminó su participación en algunos programas de televisión, donde sostuvo que no estaba de acuerdo en que un abogado, por Funes de Rioja, presidiera la UIA, y no un empresario. Mientras tanto, Miguel Ángel Rodríguez, secretario de la UIA y titular de Sinteplast, negó esa posibilidad.
“La influencia de Techint es la misma que la que tiene cualquier otra empresa. Buscamos darle la mayor participación a todos, y la lista quedó conformada de esta forma”, dijo Rodíguez.
Más allá de su cuestión particular, la visión de De Mendiguren -según lo que planteó en ese encuentro- es que, con estos movimientos, la nueva cúpula industrial tiene como objetivo quitarle representatividad a la UIA, para que el interlocutor de los empresarios pase a ser la Asociación Empresaria Argentina (AEA).
De este modo, sostuvo De Mendiguren, se crearía un frente opositor.
En este sentido, durante el encuentro también hubo espacio para el pase de facturas hacia la anterior gestión, encabezada por Miguel Acevedo. Se acusó a la anterior directiva de tener una postura demasiado frágil respecto de la visión hacia el Gobierno, por lo que entienden que ahora, aunque intentando el diálogo, se deberá contar con una postura más dura.
Autor: Matías Bonelli
Medio: El Cronista