Los bancos centrales existen básicamente para los siguientes fines: diseñar e implementar la política monetaria y preservar la estabilidad del sistema bancario. Con el objeto de regular la liquidez, es decir, la cantidad de dinero que circula en la economía, disponen de ciertos instrumentos. Los principales son: las denominadas operaciones de mercado abierto, que consiste en la compra o venta de bonos que emite el propio Banco Central con el fin de expandir o reducir la cantidad de dinero en la economía.
Estas operaciones, además, impactan en los niveles de las tasas de interés. Así, cuando hay abundante liquidez, la tasa de interés se reduce, lo contrario sucede cuando el Banco Central absorbe liquidez de la economía.
Otro instrumento el nivel de encaje bancario. Consiste en que el Central, determina un porcentaje que los bancos deberán inmovilizar sobre el total de depósitos. Si el porcentaje de inmovilización se eleva, se reduce la capacidad prestable de los bancos, por lo que pueden destinar menos fondos para préstamos.
Dado que disponen de menos fondos disponibles provenientes de los depósitos, al tiempo que se achica el efecto multiplicador monetario. Esto se hace con el fin de reducir la expansión monetaria en la economía y bajar las presiones inflacionarias. Lo contario sucede si el Banco Central decide disminuir la tasa de inmovilización de los depósitos.
Es decir, que el Banco Central, dispone de ciertos instrumentos para ampliar o reducir la cantidad de dinero en la economía, con repercusiones en la inflación y en las tasas de interés. Otro instrumento, no ya de regulación monetaria, sino que persigue preservar la estabilidad del tipo de cambio, es el nivel de reservas internacionales. Es decir, activos constituidos en monedas extranjeras, metales como el oro y títulos denominados en divisas.
El mayor o menor nivel de reservas internacionales determina en gran medida la estabilidad del tipo de cambio. Por ejemplo, en Argentina, al implementarse el esquema de convertibilidad, se tuvo en cuenta el nivel de reservas internacionales de las que disponía el Banco Central.
La ley de convertibilidad establecía que, en todo momento, la base monetaria, es decir el circulante de dinero, estaría cubierto con reservas. Eso hizo que el peso ganara credibilidad y cumpla con las funciones del dinero, de servir como depósito de valor, unidad de cuenta y medio de cambio. Por eso la política monetaria, durante la convertibilidad, dependía del nivel de reservas existentes.
Las volatilidades
Otra de las funciones, que cumplen las reservas internacionales, es la de tener un resguardo ante las volatilidades de la economía internacional. Por ejemplo, ante un shock externo, los agentes económicos tienden a cubrirse comprando monedas extranjeras.
En la Argentina, es frecuente, que ante un incremento de la incertidumbre, empresas y particulares, compran dólares. Si el Banco Central tiene una posición débil de reservas, puede producir una fuerte devaluación que impacte en la inflación. Por lo tanto, también las reservas contribuyen con la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional.