El 83,5% de los hogares modificó la forma habitual de compra de alimentos durante la pandemia de coronavirus, y un 90% adoptó medidas preventivas en relación con el acondicionamiento de las compras, según un estudio elaborado por el Instituto Tecnología de Alimentos (ITA).
El análisis, realizado en 14 provincias del país, indicó que el 60% de los consumidores manifestó sufrir inconvenientes en la adquisición de determinados alimentos en sus hogares, principalmente por la falta de comercios de cercanía. También se observó, en similar proporción, la imposibilidad o temor de salir a realizar compras, cuestiones económicas, el cierre de comercios específicos y otras causas no detalladas.
Una de las investigadoras, Trinidad Soteras, señaló que “la idea principal fue identificar qué inquietudes en torno de la cadena alimentaria podían llegar a tener las personas y lo que más nos llamó la atención es el temor que demostraba la gente hacia el contagio de la covid-19 a través de la manipulación de todo lo que tiene que ver con la cadena de alimentos y con el propio consumo de alimentos”.
Por otra parte, un 90% de los hogares encuestados adoptó medidas preventivas respecto del acondicionamiento de las compras, tendencia que mostró un aumento de menor a mayor rango etario.
Asimismo, el 23% de los encuestados que manifestó no sentir preocupación por el contagio a través de la cadena de distribución de alimentos, igualmente incorporó medidas preventivas para el acondicionamiento de sus compras.
La inquietud por los alimentos como posibles vehículos del virus se manifestó en un 58% de los encuestados, encontrándose presente en mayor medida en personas de entre 51 y 60 años.
En esta línea, los productos frescos para consumo sin cocción y expuestos sin envase en los puntos de venta (como frutas y hortalizas) fueron los que generaron más preocupación (más de un 30%).
En relación a los cambios en el consumo de alimentos en los hogares durante el aislamiento, el estudio indagó acerca de su aumento o disminución respecto del habitual, segmentándolo en diferentes grupos de alimentos.
Sobre esto se destacó un aumento neto del consumo de cereales y derivados (11%), infusiones (9%), frutas y hortalizas (7%), lácteos (5%), grasas y aceites (3%), bebidas alcohólicas (2%) y carne (1%).
La disminución de consumo más marcada se observó en los alimentos listos para consumir que cayeron 14%, seguidos por los productos congelados (-5%), snacks (-4%), bebidas gaseosas y jugos (-3), frutos secos (-2), dulces, conservas y quesos y fiambres (-1%).
Fuente: La Gaceta Salta