Este miércoles se cumplen siete años desde la puesta en marcha, por parte del entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, de las medidas que luego se conocerían como "corralito financiero".
En un intento por frenar la fuga de capitales que redujo las reservas monetarias a u$s19.600 millones, el lunes 3 de diciembre de 2001 comenzaron a regir el decreto 1570/01 y el comunicado 42.059 del Banco Central por el cual se estableció "un nuevo marco para el desenvolvimiento de las entidades financieras, a fin de consolidar su posición y posibilitar el normal desarrollo de las actividades económicas".
Las restricciones se anunciaron con un carácter "transitorio" y de expansión de la bancarización, ya que su validez se imaginaba por un lapso no superior a tres meses, hasta la finalización de la fase externa del canje de deuda pública que se hallaba en curso.
Según establecía la circular del Central, "las extracciones de fondos en efectivo podrán efectuarse por importes que en cada semana no superen 250 pesos o dólares, por titular o por titulares que actúen en forma conjunta o indistinta de la totalidad de las cuentas en cada entidad".
Se permitía además, para posibilitar el uso pleno de los fondos depositados en las entidades financieras, "efectuar transferencias electrónicas en forma gratuita hacia otras cuentasen la misma u otras entidades y a favor de igual titular o de otras personas, a través de las redes de cajeros automáticos y otros mecanismos alternativos que se establezcan".
También se autorizaba el pago de consumos o gastos mediante el uso de tarjetas de débito, libramiento de cheques, débitos automáticos, y los resultantes de saldos de tarjetas de crédito.
El 1 de diciembre Cavallo justificaba las medidas alegando que era "muy probable que en estos próximos 90 días estemos sometidos a nuevos ataques especulativos".
"Si permitíamos que la gente retirara grandes cantidades de dinero en efectivo habría una desestabilización del sistema financiero y se pondrían en peligro los ahorros de todos", explicaba.
El ministro insistía en que la restricción para los retiros en efectivo del sistema bancario era "beneficiosa para todos los ahorristas" y le convenía a los consumidores porque se les iba a devolver el 5% del IVA por las transacciones efectuadas contarjetas de débito.
Once días después de la entrada en vigencia del corralito, comenzaron los primeros "saqueos" en supermercados de la ciudad santafesina de Rosario, fenómeno que se repitió en Capital Federal, el conurbano bonaerense, Santa Fe, Entre Ríos, San Juan, Santiago del Estero y Mendoza.
El 19 y 20 de diciembre el conflicto social estalló y la represión policial, amparada en el estado desitio decretado por el entonces presidente Fernando De la Rúa, causó decenas de muertos y centenares de heridos.
Finalmente, el "corralito" trajo la renuncia del presidente radical en medio de masivos "cacerolazos", el default de la deuda pública y el fin de la convertibilidad.