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“Es necesario negociar una rebaja en los salarios”

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El economista Félix Piacentini dialogó con Dossier Empresario sobre sus perspectivas en torno a la epidemia, los efectos en la economía y los resultados inmediatos en la postpandemia. En una visión más optimista que algunos de sus colegas, Piacentini, especializado en economías provinciales, aseguró que no habrá efectos devastadores más allá de este año y se mostró confiado en la recuperación de las economías en base a la producción primaria. No obstante advirtió que es necesario un esfuerzo mucho mayor del sector público para achicar el gasto y un acuerdo salarial con los sindicatos. 

¿Piensa que el coronavirus le dio un golpe letal al capitalismo?

El supuesto fracaso que se le ha querido endilgar al capitalismo ante situaciones de emergencia mundial es una falacia. Por el contrario, yo pienso que el capitalismo no ha mostrado más que mejoras hacia la calidad de vida de la población mundial en los últimos 100 años. Entonces realmente yo no creo que esta situación de pandemia nos cuestione demasiado nuestra forma de cambiar bienes y servicios. Incluso no observo cambios de paradigmas económicos ni modelos una vez que esto pase. Por supuesto es difícil pensarlo ahora porque estamos en el medio de las consecuencias más negativas.

Quizás sí, ayude para perfeccionar un poco más la cuestión de trabajo a distancia. La educación a distancia. En esos puntos sí, creo que puede haber un perfeccionamiento adicional que ya se venía viendo como tendencia a algunas actividades que nos estamos dando cuenta que las podemos hacer desde casa; o incluso eliminar un montón de burocracia que antes estaba presente en más trámites que hoy. Por ejemplo a mí se me ocurre inmediatamente ahora con la cuestión de las recetas electrónicas digamos… Fuera de esas cuestiones, no creo que cambie demasiado una vez que esto se supere. Así que sin duda, por supuesto, habrá sectores que salgan. La gran incógnita es el pensamiento de los economistas es si la salida va a ser en V o en L o en U digamos, cuán rápido se va a recuperar la economía cuando la pandemia deje de tener las consecuencias o dejemos de estar en esta emergencia sanitaria y ahí por supuesto que habrá actividades que se recuperen inmediatamente y otras que no.

¡Cuales piensa usted que se van a recuperar más rápidamente?

 De las que quizás les cueste más por una cuestión de que va a quedar muy golpeada como actividad y además por ahí queda una desconfianza un tiempo más, será por ejemplo el turismo. Entonces ahí es donde se me ocurre que a Salta quizás le pegue más. Así como es una provincia muy productora de bienes primarios, que por ese lado la recuperación será muy rápida, quizás le cueste más recuperarse por el lado del turismo, hasta que los engranajes de las nuevas reservas, la confianza, el shock comiencen a funcionar nuevamente. Hay muchas cuestiones del manejo de la crisis sanitaria que por ahí quedan en el recuerdo de los turistas. Imagino el caso, no recuerdo exactamente, creo que era el de Iruya. Un intendente que puso turistas en un camión y los retiró del lugar. Eso mostró un trato bastante indigno a nuestros visitantes. Eso desde el punto de vista reputacional. Esperemos que no tenga consecuencias duraderas en el tiempo.

¿Qué escenario se imagina en el corto y mediano plazo en cuanto al mercado mundial, al comercio exterior, al mercado interno… como está viendo usted ese panorama?

Bueno eso hoy es muy difícil decirlo porque todo depende ya que cada día que pasa de cuarentena, es un día donde uno tiene que agregar una previsión mayor de recesión económica. Creo que hay un alarmismo en cuanto a que se habla mucho de que esto es como la crisis del 30, que en realidad la crisis del 30, fue una crisis que empezó en el 29 y duró varios años, por lo menos 3 o 4 años. Ahí ya se habla no de “recesión” sino de “depresión” económica en el sentido que dura más que una recesión. Este concepto no va a llegar a depresión ni siquiera a nivel mundial, sino va a ser una recesión que se va a ver plasmada en el primer semestre del 2020 más que nada. A partir de ahí en el segundo semestre seguramente todas las economías en general van a empezar a recuperarse y van a empezar a crecer nuevamente. Entonces en la Argentina se habla por ahora, porque claro, si mañana se decide que la cuarentena va a durar 2 meses más, el panorama será distinto. Por ahora se prevé una caída del PBI en el orden del 6 al 8 por ciento, que es sin dudas un golpe muy fuerte, pero también hay que tener en cuenta que en el caso de Argentina -no en el caso del mundo, pero si en Argentina- ya veníamos con una previsión de un crecimiento negativo del 2 por ciento, o sea ya sobre llovido mojado. Entonces quizás el golpe será mayor en nuestro caso que en el resto del mundo.

¿En este escenario es posible la reducción del gasto público?

Yo diría que hay dos cuestiones. Es imprescindible la reducción del gasto público. Lo que si no creo que suceda en términos nominales. Me refiero a que el gobierno nacional no ha ido en la dirección de seguir con la tendencia de la reducción del gasto público y de llegar al equilibrio prácticamente primario que quedó de la gestión anterior. Antes ya de la pandemia había una tendencia de mayor crecimiento de gasto de los ingresos. En un contexto como el de hoy, en el que ya antes de la pandemia preveíamos un crecimiento negativo, ya no teníamos un acceso a los mercados de créditos porque estamos a día de hoy esperando la reestructuración de las deudas del ministro Guzmán. Ahí las fuentes de financiamiento del sector público que quedan son: la suba de impuestos, que ya se hizo apenas asumió este gobierno. Se subió la retención a las importaciones, ahora incluso en esta crisis se está pensando en aumentar la alícuota de bienes personales que ya se había hecho antes de la pandemia. Pero mucho más no se puede seguir, salvo este caso de querer sacar como señal de supuesto “previsionismo” a la gente que más tiene una alícuota extraordinaria. La vida del aumento en la carga fiscal es muy corta, entonces a lo que voy con todo esto es que el otro canal de financiamiento que está aplicando este gobierno desde que asumió es la emisión monetaria.

¿Estamos condenados a la hiperinflación?

La emisión monetaria sabemos que quizás ahora, en el cortísimo plazo no provoque un aumento en la inflación porque estamos en el medio de una recesión muy profunda, pero en el mediano plazo va a tener un impacto fuerte en la tasa de inflación. Entonces en la medida que los sectores públicos, tanto nacional como los provinciales, sobre todo, aumenten salarios de sus empleados públicos en una proporción menor a la inflación, ahí va a haber un ajuste real del gasto público, que es seguramente lo que va a pasar. Las paritarias de los empleados públicos este año rondaban dentro de un 40% y ya la inflación como mínimo vamos a esperar un 50%. A esto me refiero que no va a haber un ajuste nominal. A mí no me van a bajar el sueldo; si yo gano 100 pesos, no me van a bajar a 90 pesos. Me lo van a ajustar en cuanto a que me lo van a aumentar menos que la inflación. Entonces mi capacidad de compra va a ser menor. Ahora en este contexto es la única forma de cerrar las cuentas dentro de todo el panorama negativo que existe hoy.

¿El fantasma de una reducción salarial efectiva está cerca?

En realidad hasta debería realizarse un ajuste salarial en muchos sectores públicos que no sean esenciales para cerrar las cuentas. Porque si no va a ser realmente un año muy complicado en el que ya las recaudaciones, tanto como la coparticipación y las recaudaciones de las provincias vienen con un golpe muy grande que va a impactar en abril. Incluso recuperándonos en junio, esa brecha financiera va a existir. Esperemos que solo sea el primer semestre pero incluso recuperándonos a partir del segundo semestre, vamos a tener que cubrir viendo todo el 2020, una reducción de ingresos muy relevante en el año. Va a ser necesario realizar un ajuste del gasto público en la medida que no pretendamos que todo se vaya a inflación. O sea si no hacemos ningún ajuste de gasto público, vamos a tener que emitir más dinero y esa mayor emisión de dinero nos va a volver por la otra puerta a través de más inflación con lo que estamos generando un problema mayor.

¿Piens que es el momento para un gran consenso sindical en la republica argentina?

Por supuesto. Hay que hacer un esfuerzo no solamente del sector privado sino también del sector público. Incluso en algunos casos el esfuerzo está justificado, porque la empresa si no trabaja desaparece. Pero también está justificada en el sentido que ya podemos decir que vamos a cumplir un mes en que la gente está trabajando desde su casa. Estoy hablando de sectores donde se puede hacer teletrabajo. En ese caso uno tiene menores costos de transporte para ir a la oficina, de alimentación por comer en la oficina, quizás si contrataste niñera para atender a tu hijo. Algunas empresas como General Motors, a la gente que se quedó en su casa haciendo teletrabajo le rebajó un 25% su sueldo. Me parece que es un porcentaje que uno teniendo en cuenta que se ahorra otros costos, puede manejar sin afectar la economía familiar sustancialmente. Lo mismo yo haría para el caso del empleado público de las provincias y de Nación o sea, para el caso de gente que está en las áreas de administración general, Justicia y legislativo, que están hoy trabajando desde hace un mes en sus casas. Yo les propondría un esfuerzo de poder rebajar un 20% el salario con esta lógica. O sea, vos no tuviste que afrontar ni el gasto de transporte, ni comida, ni niñera… entonces podes asumir ese costo ya sea para hacer un ahorro y para tratar de cerrar las cuentas lo mejor posible, o para retribuir a sectores que están demandando mayor inversión como es el sector sanitario.

¿Cómo se podría traducir esta rebaja salarial en términos macroeconómicos?

En este sentido, para poner un número a lo que estoy diciendo, si tomamos las 24 provincias argentinas, un 25% de los empleados públicos están en estas áreas (administración general, legislativo y judicial) haciendo hoy teletrabajo. Eso en números son 500mil personas. Si esas 500mil personas asumieran un esfuerzo de cobrar un 20% menos por estas circunstancias, el ahorro a nivel consolidado serían 9mil millones de pesos por mes, que serían recursos que podrían ir a reducir el gasto o ampliar la inversión para camillas, respiradores, prevención y combate de la pandemia. Y eso debería ser un esfuerzo que no implique, de nuevo, un daño demasiado grande, casi ninguno, a la economía familiar de estos 500mil agentes que están con un gasto menor. No solo los de  afuera sino, todos estamos con un gasto menor, por ejemplo no salimos a comer afuera porque no se puede. Hay un montón de otras cuestiones que ya las perdimos.

¿Esta fórmula se aplicaría para el sector privado? … (MAS INFORMACION EN LA EDICION IMPRESA DE DOSSIER EMPRESARIO ABRIL)

Revista Dossier Empresario


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