Según datos oficiales, las exportaciones e importaciones volvieron a caer estrepitosamente. Así, avanza a paso firme el fantasma de la recesión. En este oscuro contexto, la Presidenta instruirá a 100 embajadores para que potencien las ventas al exterior
Si enero generó preocupación y caras largas entre los funcionarios que circulan por los despachos de la Casa Rosada y del Ministerio de Economía, los datos de febrero referidos a la performance del comercio exterior están destinados a prolongar el temor.
Al respecto, mientras que en enero las exportaciones e importaciones habían registrado en enero caídas del 36 y 38%, respectivamente –las mayores bajas en cerca de 20 años-, las cifras del mes pasado, si bien mostraron algunos matices, estuvieron muy lejos de cambiar la peligrosa tendencia.
Según datos oficiales a los que accedió en exclusiva iProfesional.com –y que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dará a conocer el 27 de marzo, el comercio exterior padeció otro mes realmente negro:
* En efecto, las ventas al exterior el mes pasado totalizaron una magra suma de u$s3.900 M.
* Esto implicó un desplome del 25% con respecto al mismo período de 2008.
* Como contrapartida, las importaciones apenas alcanzaron los u$s2.744 M.
* Dado que el mismo mes del año pasado las compras externas habían totalizado u$s4.208, la caída fue del 35 por ciento.
* Por último, un dato destacable es que el saldo de la balanza comercial, por la mayor caída de las importaciones, mostró una tasa de variación positiva, algo que no sucedía desde octubre.
Exportaciones: los sectores más castigados
En el plano exportador, un dato clave es que de los principales 20 productos vendidos por la Argentina, 16 mostraron caídas y tan solo cuatro registraron tasas de variación positivas, un escenario que coincide con el golpe que recibió gran parte de la estructura productiva por factores externos y climáticos.
En primer lugar, la mayor caída correspondió al trigo: de ventas al exterior por u$s1.528 en el período enero-febrero, se pasó a tan solo u$s399 M, lo que implicó un desplome del 74 por ciento.
Esto se explica por el inédito nivel de embarques que se registraron en el primer bimestre de 2008, con la apertura de la exportación por parte de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), y con la actual sequía, que dejó un pobre saldo exportable de este cereal.
En segundo lugar, se destacó la caída de los envíos de aceites de petróleo destilados, del orden del 71%, que coincide con el achicamiento paulatino de la matriz energética.
Finalmente, en tercer lugar, se encuentra el sector automotriz: las ventas al exterior de autos se desplomaron un 66%, al pasar de u$s343 M a tan solo u$s117 M.
Al respecto, Marina Dal Poggeto, economista del Estudio Bein & Asociados, explicó a iProfesional.com que “lo que tenemos por el lado de las exportaciones es que estamos ante un mundo donde se derrumbó el comercio a nivel mundial, algo que impacta de lleno en las exportaciones de manufacturas industriales argentinas”.
Importaciones: luces de alerta
Por otra parte, en lo que respecta a las compras externas, los especialistas no disimularon sus temores.
Según Dal Poggeto, “la economía está frenada y todas las empresas se dedicaron esta primer parte del año a reducir stocks a una velocidad bastante alta. Esto repercutió en las importaciones”.
Al analizar los productos más golpeados por una menor demanda, se destaca la caída de las compras externas de camiones y camionetas (-54%) y de vehículos (-51 por ciento).
Le siguieron los tractores (-46%), por la histórica sequía, las motos (-44%) y las autopartes (-43 por ciento).
Sin embargo, el abanico de bienes golpeados por la caída del consumo, la actividad productiva y la inversión, es enorme, y abarca a aparatos de telefonía, computadoras, impresoras y turbinas, entre otros.
Por su parte, en diálogo con iProfesional.com, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional y miembro del comité académico de la Fundación Standard Bank, alertó que “este primer bimestre del año indica que vamos camino a una recesión, de eso no hay ninguna duda”.
Para ello se basa en lo que se conoce como “multiplicador de importaciones”. Esto significa que, si el Producto Bruto Interno (PBI) sube uno, las importaciones se deben multiplica por tres.
De este modo, según Ochoa, “si se está cayendo 30% en importaciones, el 7% que teníamos de PBI está tendiendo a cero, esto es muy claro”.
En la misma línea, tal como explicó recientemente Tomás Bulat a iProfesional.com, “una caída muy fuerte de las importaciones por encima del 35% como vimos en enero, implicaría una caída superior al 10% del PBI, lo cual hablaría de una desaceleración de la actividad económica muy preocupante”.
El especialista agregó que es una señal alarmante porque, de continuar este indicador a lo largo del tiempo, “puede ser que esté adelantándonos el fuerte impacto que puede tener la crisis internacional en la economía argentina”. (Ver nota: Derrumbe de las importaciones refleja un desplome superior al 10% de la economía argentina)
Al respecto, el economista Marcelo Lascano, que apoyó el modelo económico en los inicios del kirchnerismo e integró el Plan Fénix, sostuvo recientemente que la Argentina está "ingresando en recesión. Cuando se empiezan a suspender horas extras, se adelantan vacaciones, se suprimen turnos, se cierran restaurantes, es una señal clara".
Perspectivas poco alentadoras
De cara al resto del año, Ochoa pone sus fichas en la evolución de Brasil, el mercado más importante para las empresas argentinas y que no exhibe perspectivas sumamente favorables: “Toda reactivación depende de este socio comercial”, señaló el especialista.
El problema está en las bajas estimaciones de crecimiento. Según un sondeo del Banco Central brasileño entre un centenar de analistas, la previsión para el crecimiento del PIB este año permaneció en 1,5%, mientras para el próximo se redujo a un 3,5, desde un 3,6 por ciento.
A esto se suma un tema que desvela a los directivos de las automotrices locales, y es el debate por la prórroga del recorte del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI), que impulsó el gobierno del presidente Luis Inácio Lula da Silva para favorecer especialmente a la industria automotriz.
Según Ochoa, “para la Argentina es vital que se prorrogue esta medida porque tenemos estructuras complementarias y una caída del consumo en Brasil es sinónimo de una caída de las exportaciones argentinas”.
Los números lo confirman: según datos difundidos esta semana por la Asociación de Fabricantes de Autos (ADEFA), de los 16.747 vehículos que se exportaron en febrero, casi 13.000 fueron enviados a Brasil, es decir, el 77,5 por ciento.
Sobre la continuidad de la medida, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, Miguel Jorge, sostuvo el jueves que existe un 50 por ciento de posibilidades de prorrogar la reducción del impuesto que incide sobre el precio de los automóviles y otros bienes industriales.
Más allá de esta decisión, con respecto a la performance del comercio exterior para todo 2009, las proyecciones de los especialistas no son muy optimistas:
* Exportaciones: para la Fundación Standard Bank, de mantenerse el precio de la soja en u$s350 la tonelada, se prevé un nivel de ventas totales de entre u$s55.000 M y u$s57.000 M. Esto implicaría que la caída se movería en la franja que va del 19 al 22 por ciento.
En el caso del Estudio Bein & Asociados, prevén una caída mayor, del 24 por ciento.
* Importaciones: la Fundación estima una baja de entre el 18 y el 22 por ciento.
En la misma línea, Dal Poggeto prevé que la variación sería del orden del 19 por ciento.
* De este modo, el saldo de la balanza comercial para el año que viene se movería en torno a los u$s8.000 M y u$s10.000 M, según los especialistas. Este valor contrasta con los cerca de u$s4.000 M que pronosticaban algunas consultoras hace algunos meses.
Esto tiene que ver con el fuerte desplome que están experimentando las importaciones y que obligó a sacarle punta al lápiz para volver a trazar las proyecciones. Cumbre en Cancillería para impulsar el comercioSegún información difundida este jueves por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Presidenta abrirá el próximo lunes 9 un encuentro inédito que tiene como objetivo potenciar el trabajo de las embajadas nacionales para que profundicen la promoción de nuestros productos en todo el mundo, tomando a la crisis financiera internacional como una oportunidad para el sector productivo local“Esta reunión -que no tiene precedentes en nuestro país- fue decidida por Cristina Fernández de Kirchner a principios de enero. Ya fueron convocados y deberán estar presentes los casi 100 representantes, entre embajadores, jefes de misión (a cargo de las embajadas) y los 10 responsables de los Centros de Promoción Comercial que funcionan en diez consulados generales con sede en algunas de las principales ciudades del mundo”, explicaron desde la Cancillería.“Potenciar con una mirada estratégica una diplomacia que se involucre aún más en la promoción de nuestros productos en todo el mundo es uno de los motivos por los cuales la Presidenta convocará en Buenos Aires a los jefes de las representaciones de la red consular argentina en el exterior”, agregaron.Por último, explicaron que “se analizará el papel de las embajadas y el perfil del servicio exterior, a fin de dotarlo de los mecanismos e instrumentos necesarios para optimizar su papel de facilitador y potenciador de las exportaciones argentinas”.
Al respecto, Ochoa explicó que “como intención es válida”. Sin embargo, sostuvo que para que esto funcione también “tiene que haber una coordinación entre política comercial, industrial y agropecuaria”, una cuenta pendiente para la Argentina.
Fuente: IProfesional