Las excepcionales tasas por colocaciones financieras en pesos siguen complotando contra una suba del tipo de cambio. Este miércoles el dólar cede cuatro centavos en la City porteña, a $16,13 para la venta en el promedio de bancos, el mismo valor del 30 de diciembre pasado.
Con su tercera caída consecutiva, la divisa norteamericana acumula una pérdida de 1,4% en junio, desde los $16,38 con que terminó mayo en el segmento minorista.
El dólar mayorista o interbancario cedió un centavo, a 15,88 pesos. El volumen negociado en el segmento de contado (spot) ascendió USD 493,6 millones, mientras que en futuros se transaron USD 6 millones en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) y otros USD 271 millones en el ROFEX.
Por el contrario, el dólar marginal o “blue” avanzó en el reducido mercado paralelo a 16,51 pesos.
Entre los factores bajistas para el dólar en la plaza doméstica destacan las altas tasas en pesos que convalida el Banco Central por pases a siete días y por sus colocaciones de deuda, que se transmiten a todo el circuito financiero, así como los rendimientos de las emisiones coordinadas por el Ministerio de Finanzas.
La entidad que conduce Federico Sturzenegger mantuvo su tasa de política monetaria en 26,25%, aún cuando destacó que “las estimaciones y los indicadores de alta frecuencia de fuentes estatales y privadas monitoreados sugieren que en junio la economía continúa en el proceso de desinflación retomado en mayo”.
Quien apostó por inversiones en pesos obtuvo en el primer semestre de 2017 una ganancia superior al 10% en dólares
El BCRA subrayó que las variaciones interanuales del índice de precios de Gran Buenos Aires son de 24% para el nivel general y 24,6% para la inflación núcleo. Con una proyección de menor inflación en el futuro, hoy las tasas en pesos son claramente positivas.
En el mismo sentido, el Relevamiento de Expectativas de Mercado(REM), que confecciona el Central en base a un cotejo de estudios privados, estimó para los próximos 12 meses la inflación se ubicará en 17,9% a 17,4% para el nivel general y de 16,2% a 16% para su valores núcleo, que no contemplan el comportamiento de los precios regulados, como tarifas y combustibles.
Un segundo componente bajista para el dólar es el del ingreso de divisas al sistema por las colocaciones de deuda. Las emisiones soberanas, provinciales y corporativas por momentos saturan al mercado, al complementarse con el estacional ingreso de liquidaciones del agro, que se concentra en el período abril-julio.
Estos rendimientos en pesos, con un dólar estático, se traducen también en moneda dura. Ningún país del mundo ofrece semejantes ganancias en dólares. Quien apostó al peso obtuvo en el primer semestre de 2017 una ganancia superior al 10% en dólares, aunque en pesos apenas le hubiera ganado por un par de puntos a la inflación argentina.