Se prevé que el sucesor del muy difamado sistema operativo Vista no llegue a los consumidores sino hasta el próximo año, pero más de un millón de personas ya están manejando versiones de prueba. Un par de bloggers que curioseaban con las características de operación se encontraron con algo que no habían visto antes: la posibilidad de desactivar Internet Explorer, el propio navegador de Microsoft. La empresa perdió una prolongada batalla con los reguladores antimonopolio de la Unión Europea en 2007 sobre la manera en que se integraba su paquete de programas, que incluía el reproductor de sonido y video dentro del sistema operativo de Windows.
El problema se acababa de resolver cuando se presentó una acusación similar, ahora sobre el lugar del Internet Explorer dentro de Windows.
Opera Software, un competidor noruego, sostuvo que la práctica le daba al navegador de Microsoft una ventaja injustificada.
En una decisión tentativa en enero, la UE aceptó. Desde entonces, otros navegadores como Firefox y Google, que ingresó al mercado hace pocos meses, han ofrecido brindar mayor evidencia de que Microsoft obstaculiza la competencia.
En la pugna sobre el reproductor de audio y video, la UE multó a Microsoft y le obligó a que venda su versión de Windows sin el programa instalado por omisión. En esta ocasión, Microsoft ahora ofrece un casillero como la opción para llegar a un resultado similar.