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¿Cuál es el impacto de la inflación en la compra y venta de productos y servicios?

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Una alta y creciente inflación preocupa, al generar una sensación de que cada vez alcanza menos para comprar lo que era cotidiano adquirir. Ante un escenario tan inestable el Ieral realizó un informe sobre cómo ha evolucionado el poder de compra de los trabajadores, cómo impacta en las ventas. Los resultados fueron compartidos con Dossier Web.

1 Menor poder de compra

A nivel nacional, se observaron dos grandes tendencias en cuanto al poder de compra de los asalariados privados formales. La primera, creciente, desde 2003 hasta 2013, y luego de caída gradual, con oscilaciones, y estancamiento. El panorama ha sido peor para el empleo informal, con mayor caída desde mediados de 2018.

¿Por qué se reduce el poder de compra? Observando las tendencias, daría la impresión de que cada vez que se produce un salto devaluatorio, disminuye la capacidad de compra de los asalariados. Por eso, se entiende el empeño del gobierno nacional por evitar dicho salto.

Sin embargo, la clave está en la producción de bienes y servicios. Los trabajadores cobran porque contribuyen a dicha producción. Si el PBI por trabajador (un indicador de su productividad) se incrementa, también lo hará el poder de compra de su salario.

Los datos muestran que, a nivel global, ese indicador de productividad viene disminuyendo desde 2012, cuando la economía se estancó (cayendo en años posteriores).

Es decir, el salto devaluatorio que reduce el poder de compra es sólo un síntoma de un problema mayor que enfrenta el país, con una economía estancada y cada vez menos productiva.

A nivel mendocino, el salario privado es inferior al promedio nacional. En esta comparación, también se observan tendencias. En periodo de auge, los salarios en Mendoza crecieron proporcionalmente más que el promedio nacional. Sin embargo, a partir de 2014, esta tendencia se revirtió.

¿Por qué en Mendoza los salarios son inferiores al promedio nacional?

Claramente, por su estructura productiva, en parte determinada por su dotación de recursos y por su localización. Provincias que tienen mayores salarios promedios se benefician al contar con recursos más rentables (soja y cereales en Córdoba, petróleo en gran volumen en Neuquén), y/o porque están localizados cerca de los puertos, constituyéndose en grandes centros de consumo (Ciudad de Buenos Aires).

¿Por qué en Mendoza, los salarios se han incrementado en un menor porcentaje que el promedio nacional, durante los últimos ocho años? Hay una serie de razones, una de las cuales se explica por el peor desempeño en sus productos que nos diferencian de otras provincias. Las exportaciones de vino se estancaron a partir de 2012, por pérdida de competitividad (dólar, cepo, aranceles, etc.), y la extracción petrolera continúa en baja, sin poder aprovechar por ahora la ventaja de Vaca Muerta (algo que sí hace Neuquén).

  1. Evolución de ventas comerciales

La sensación de que cada vez alcanza menos para comprar es señal de un deterioro del poder de compra de los trabajadores desde hace varios años. Por ende, comprarían menos bienes y servicios. ¿Qué dicen los datos en Mendoza?

Datos anuales: algunas tendencias suenan razonables. En el transcurso de casi diez años, la caída de ventas en supermercados ha sido menor que en otros rubros, lógico porque no dejamos de comer. Mayores fueron las disminuciones en centros comerciales y minoristas, y también fue mayor su recuperación en el periodo 2021/22 Hay dos puntos que son llamativos. Una es las menores ventas de autos 0 km, comparando con el año 2013. Hay varios factores que influyeron.

Por un lado, la disminución de los créditos prendarios, netos de inflación (a partir de 2018), que llegaron a un mínimo, y actualmente están a la mitad de hace cinco años atrás. Por otro lado, está el fuerte incremento de sus precios, aumentando más que la inflación global (en los últimos meses, ha mermado ese incremento). Los autos se habían encarecido notoriamente, en parte por mayores restricciones para importar, y al ser un bien de consumo postergable, a quienes demoran su compra, esperando tiempos mejores.

El segundo caso es el de las ventas de naftas. Aun con menores ventas de autos, se consume más de ese combustible. Un punto clave es que su precio viene aumentando por debajo de la inflación. Puede parecernos cara, pero en Chile está al triple.

  1. Perspectivas

Siguiendo datos mensuales (sin estacionalidad), llamativamente a fin del año pasado e inicios del presente se observaba cierta mejoría, tanto en ventas de autos, como en centros comerciales en nuestra provincia.

Aun así, para todo el año 2023, el panorama para el sector comercial no es alentador. Claramente, con la alta inflación (confiando que no se dispare), habrá una mayor puja por incrementos salariales. Sin embargo, los pronósticos apuntan a una caída de la actividad económica (-3%), lo cual implica una menor productividad.

Tampoco es probable que haya una recuperación sustancial en créditos, puesto que el Banco Central necesitará seguir recurriendo a la colocación de Leliqs (para controlar la inflación), lo que se traduce en menos créditos para el sector privado.

A eso se agrega la incertidumbre generada por la escalada del dólar blue, que motiva a ser más cautos a la hora de vender, porque no se sabe a qué precio se podrá reponer las mercaderías.

En este contexto, si no mejora el poder de compra, ni el financiamiento, lo más probable es que las ventas comerciales disminuyan, y más en aquellos que venden bienes de consumo durable (cuyas ventas se pueden postergar hasta que lleguen tiempos mejores). Habrá que esperar a tiempos mejores.


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