Aunque cada vez hay más conciencia de la necesidad de generar más oportunidades laborales y mejorar las condiciones de empleo de las mujeres, en estos tiempos del “ni una menos”, existen muchos otros colectivos que tienen diferentes “barreras laborales” a los que hay que mirar. Y no sólo por cuestiones de humanismo y justicia, sino porque todo ello puede formar parte de un círculo virtuoso para la economía en general y para las empresas en particular.
Anahí Tagliani no sólo dirige una pyme de salud llamada Viviendas Asistidas, que ofrece rehabilitación psicosocial a personas con enfermedades mentales y que emplea en su staff personas que pertenecen a distintos colectivos vulnerables, sino que asesora a otras pymes en la promoción de la diversidad e inclusión laboral.
Lo primero que hay que decir, apunta, es “todas las pymes tienen diversidad y no lo saben. Porque en realidad no hay espacio para que las personas expresen abiertamente su diversidad funcional” y señala “lo que hay que hacer es romper el hielo, porque después los beneficios se ven. Y como los resultados los tenés, después te sumás a ese camino y lo naturalizás”.
Es una de las pocas pymes del país con certificación B, es decir que es una empresa sostenible e inclusiva. Además, recibieron diversos premios a nivel nacional y mundial por sus trabajos en inclusión y por la excelencia de sus productos.
Gustavo de Freitas, su presidente, corrobora que abrir oportunidades a personas con barreras laborales baja mucho los niveles de ausentismo. “Tenemos un 90% de satisfacción en el trabajo. Nos ha pasado que al hablar con gente con discapacidad que pensábamos que no podían desarrollar determinado trabajo lo hicieron de manera excelente. Lo mismo sucedió con personas transgénero que pensábamos que íbamos a tener problemas con discriminación. Fue todo lo contrario”, remarca.
“Se puede ser inclusivo, tener diversidad y al mismo tiempo ser una empresa exitosa“, pero enfatiza “no hacemos beneficencia, somos una empresa que busca rentabilidad”.
“Si tenemos un costo alto para producir”, comenta, “no es porque somos una empresa inclusiva, sino porque en la Argentina hay un 50% de empleo no registrado y eso nos resta competitividad”.
De Freitas plantea la necesidad de que así como hay una ley de medioambiente, se plantee una “ley de inclusión” que contemple a todas las personas con barreras laborales. Además, dice, “el medio ambiente no está disociado de la inclusión. El triple impacto tiene que ver con eso”.
ROMPER BARRERAS
Nahual IT también es una empresa con certificación B. Ofrece servicios de tecnología inclusiva. Fernando Waisman, uno de los socios, cuenta que comenzaron hace 14 años con clases de software a chicos de sectores vulnerables, lo que con el tiempo se transformó en cursos de salida laboral y después se extendió a personas con otros problemas para conseguir trabajo, como discapacitados.
Al momento de la creación de Nahual IT, ya tenían a 700 personas egresadas de sus cursos trabajando. Hoy la empresa emplea 84 personas, el 74% mujeres, de las que el 95% son egresados de sus cursos.
Waisman señala que “la tecnología permite romper barreras ” y se enorgullece al señalar que emplean a nueve personas con algún tipo de discapacidad y una de ellas, que es ciega, lidera un área.
El empresario es enfático al dar cuenta de los beneficios que trae. “Son proactivos y jamás llegan tarde. Es increíble”.
“Hay mucha gente que se victimiza por tener algún tipo de discapacidad, pero de lo que se trata es hacer que no se apoyen en eso, que cumplan objetivos iguales que todos”, cuenta.
Una de las quejas más importantes es la falta de apoyo oficial. A pesar de que hay diversos programas para personas con distinto tipo de problemas. Lo cierto es que no hay una ley integral. “Por una personas con discapacidad nos cobran el doble o el triple la obra social“, se queja Waisman.
Incluyeme.com es una bolsa de empleo especializada en la inclusión sociolaboral de las personas con discapacidad en toda América latina. También con certificación B y atendieron a 500 empresas en estos años.
Clara Popeo, Project Manager Regional, plantea que es una buena señal que las empresas se interesen más en el tema inclusión, aunque esto tiene mayor peso en las empresas grandes.
Sin embargo, según la OMS en la actualidad el 75% de las personas con discapacidad se encuentra desempleada. “Existimos porque las personas con discapacidad enfrentan múltiples barreras para acceder al empleo y a la educación. El 15% de las personas en el mundo tiene algún tipo de discapacidad, y de ese porcentaje el 80% se encuentra en edad laboral”, alerta Popeo.
Desde Incluyeme.com también trabajan en la inclusión laboral de inmigrantes y alertan que en estos últimos tiempos se registró la llegada de 180.000 inmigrantes de Venezuela, muchos de ellos discapacitados a los que se les dificultará aún más el acceso al trabajo.
PERSPECTIVA DE GÉNERO
Son la mitad de la población, pero históricamente se las ha relegado a roles secundarios. Pero el siglo XXI avanza con cada vez mayor igualdad para las mujeres. La inclusión de género es un tema que en el mundo laboral comienza a saldarse de a poco, aunque tiene aún un recorrido largo.
Irini Wentinck es Presidenta de la Comisión de Género y Diversidad de la UIA y directora de Wentinck Conductores Eléctricos y señala que si bien es cierto que en las pymes crece cada vez más el concepto de diversidad como valor positivo y que se está trabajando mucho al respecto, son las empresas más grandes las que avanzan más rápido.
Como gente de la industria, uno de los proyectos en carpeta es de generar espacios en los parques industriales para lactarios o guarderías infantiles tanto para madres como para padres, de manera que facilitar el acceso al trabajo y permitir el cuidado infantil.
“Desde las asociaciones de representación empresarial“, señala, “estamos trabajando al respecto para que haya cada vez mayor acceso de la información y las pymes se puedan adaptar“.
Hoy hay líneas de créditos subsidiados con perspectiva de género que impactan positivamente en que haya cada vez más mujeres dirigiendo empresas. “Muchas empresas familiares deciden poner a mujeres al frente del directorio para acceder a los beneficios”, cuenta.
Wentinck cuenta que, la Red Mujeres de la Industria Argentina (RED MIA), ya involucra a mujeres de todo el país y se está convirtiendo en una herramienta central para motorizar el proceso de transformación del rol de la mujer en la industria. Para acceder a la red proponen contactar a info@redmia.ar.
Autor: SERGIO LANZAFAME
Medio: El Cronista