Junio un mes en el que el peso argentino fue una de las monedas que más se devaluó en el mundo emergente, el comienzo de julio con otro abrupto salto del dólar empezó a generar tensiones en lo financiero.
En el Gobierno de Mauricio Macri conocen bien este efecto. Fue el ex ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, quien minimizó ese pase a precios de una devaluación a la salidadel cepo. Claro que el tipo de cambio saltó del ficticio $9,84que lo tenía amordazado el kirchnerismo al $13,38 en el primer día post cepo.
Prat Gay pensaba que debido a que muchos precios estaban pautados al dólar blue -que era más alto que el nuevo precio oficial liberado por ese entonces- no iba a haber una “recomposición de precios relativos” como se lo llama solemnemente a la remarcación que hacen los empresarios y formadores de precios. Obviamente le erró feo y la inflacióndel año pasado saltó a casi 38%.
En esta nueva película con el dólar, el billete escaló setenta centavos en mayo y otros cuarenta en junio. Y comenzó este nuevo mes con un alza de diecisiete centavos hasta el tocar un máximo de $17 en el circuito minorista. Después de la quietud en lo que iba del año, este salto de la cotización no sólo le quitó la “modorra” al dólar sino que ya genera polémica por el timing de la suba.
Varios economistas ya dejaron trascender en las últimas horas que la pauta inflacionaria tendría que ser revisada hacia arriba luego del cambio de tendencia del dólar y la suba de las naftas del sábado pasado, mayor a lo esperado.
Se presume que el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la encuesta que elabora el Banco Central entre consultoras que se conocerá hoy, no habrá captado de todo el impacto de los combustibles -que subieron 7% en lugar de 3% como se pensaba hasta hace una semana atrás-.
“No creo que hoy esté relacionado el aumento de precios con el tipo de cambio. Fijate que con la inflación que ya hubo desde diciembre del 2016, y la depreciación del tipo de cambio nominal, el tipo de cambio real multilateral prácticamente está constante. No veo que venga mas inflacion vía ese canal“, aseguró del Banco Central.
El funcionario acota que “no obstante ello, nosotros tenemosque asegurar que las expectativas se mantengan o bajen“. “Lo del dólar al día de hoy no lo veo como causante defutura inflación. Al revés, el tipo de cambio flotante es bueno que se mueva”, señaló a este medio.
Por lo pronto, lo que se estima para junio será mayor a lo que esperaban en el Central. Ya lo avisaron en su última reunión de política monetaria cuando mantuvieron las tasas por las presiones inflacionarias.
Ahora, por ejemplo, Elypsis calculó que junio dará un aumento de precios de 1,4% (mayor al mes pasado) lo que le pone un piso a julio también elevado. Dicen que el arrastre estadístico de junio para julio se ubica en 0,6%, superior al recibido de mayo.
En los primeros seis meses del año el aumento de precios habría llegado a 12,6%, superando la franja más baja de la meta que tenía Sturzenegger (de 12% a 17%).
Para julio, Elypsis espera una inflación cercana al 1,8%. Las subas programadas para este mes incluyen: prepagas (6%), naftas (7,2%) y gasoil (6%) y expensas (7%). “Estimamos que dichos aumentos tendrán una incidencia cercana a 0,5 puntos porcentuales en el índice general”, acotan.
Si bien en el Central descreen que la suba actual del dólarvaya a pegarle a los precios, no todos creen que así sea. “La clave es si se levanta el ancla de tipo de cambio se desancla la de los precios”, indicó el economista Amilcar Collante. “Creo que la suba actual del dólar es más por cuestiones internas (aumento incertidumbre). La clave es si tiene pass through asociado”, remarca.
Por ahora, la historia reciente le da la derecha al Central. El dólar subió por el efecto Trump, el efecto Temer en Brasil y por Brexit. En todos los casos (shocks externos) no hubo traslado a precios.
La suba actual, que se potencia por el clima político y la incipiente dolarización de carteras pre electoral, será la primera generada por cuestiones estrictamente locales.
En el Gobierno creen que, de todas formas, no hay mucho margen para que los formadores de precios empiecen a remarcar sin miramientos. Recuerda un funcionario de Casa Rosada que varios de los que remarcaron en el pasado terminaron perdiendo market share y perjudicando, finalmente, su rentabilidad.
“No creo que tengan demasiado para subir. Porque el consumo es incipiente y por sectores, no es parejo. Así, esa estrategia de aumentar precios porque sí tiene vida corta si no se convalidan los precios. Las cosas valen lo que se pagan, si nadie paga lo que pedís tenés que cambiar el precio”, decía.
Lo concreto es que, por primera vez, la economía tendrá que lidiar sin el ancla del dólar -por lo menos en forma tan notoria- y en medio de un proceso de mayor incertidumbre que- históricamente en la Argentina- se traduce en tomar más precauciones “por las dudas”.