Debido a la suba de costos superior al precio pagado por los supermercados, la industria del sector muestra números de recuperación.
En los tres primeros meses del año, la Argentina logró colocar en el exterior unas 49.000 toneladas de carne avícola, lo que significó un crecimiento del 18,9% contra el primer trimestre de 2016. La apertura de nuevos mercados, como China o Rusia, logró torcer una tendencia a la baja que se venía dando desde 2014, acrecentada principalmente entre 2015 y 2016, producto del derrumbe de las compras de Venezuela.
La pérdida de dicho mercado fue un punto de inflexión para el sector avícola exportador, ya que en 2014 llegó a representar un 42% del total de lo exportado (en valores). “Ante la pérdida del mercado venezolano, se ha comenzado una campaña para la apertura de nuevos mercados por todo el mundo, sobre todo en el sureste asiático, Oriente Medio y África subsahariana. Aún así, el 2016 terminó con caída del 13,8% en lo exportado”, afirmó en su informe del sector la consultora IES (Investigaciones Económicas Sectoriales).
En cuanto a valores, representaron u$s 69 millones en el primer trimestre del año (crecimiento interanual del 26,5%), siendo el principal destino China, que representó el 37,2% del total, seguido por Rusia (9,8%), Chile (8,9%), Sudáfrica (6,5%), Emiratos Árabes Unidos (3,9%) y Brasil (3,8%). Con respecto a las cantidades, también China ocupó el primer lugar con el 29,8% del total, seguido por Sudáfrica (12,8%), Rusia (9,8%), Chile (7,3%) y Angola (5%).
Los mayores envíos estuvieron sustentados en una mayor producción. La misma trepó a 474.000 toneladas (de enero a marzo), un 8% por encima de igual período de 2016. Se faenaron un total de 173 millones de cabezas (+4,7%), según IES. El sector también viene experimentando un crecimiento de la demanda interna, así como de las importaciones. En los tres primeros meses del año, el consumo de carne aviar se incrementó un 5,5%, con 433.000 toneladas frente a las 410.000 de igual período del año previo. En tanto, el consumo per cápita llegó a 40,5 kg.
La explicación hace hincapié en la desaceleración de los precios minoristas del pollo, que sólo aumentaron un 6,4% en el primer trimestre, por debajo de aumentos de la carne vacuna (11,1%) y porcina (27,1%).
La baja en la rentabilidad es la principal queja de los productores de pollo, que reclaman por las subas en salarios, combustibles y servicios.