Una de cada 4 personas valora más el buen ambiente de trabajo que el sueldo. Estrategias para tener mayor bienestar a pesar del contexto tóxico.
El clima laboral es el medio ambiente en el que las personas desarrollan sus tareas. Incluye lo físico (espacio, oficinas, luz natural, mobiliario, distribución) y lo humano: políticas, metas, objetivos, estructura organizacional, formas de vinculación, recompensas, reconocimientos, estímulos, cercanía entre los líderes y colaboradores, entre múltiples aspectos.
De su adecuada combinación se genera la satisfacción de las personas, lo que conforma un sistema organizacional complejo, donde cada uno hace su parte, apoyando eso que genéricamente se llama la cultura empresarial.
Según estadísticas de Universia, 1 de cada 4 personas valora el ambiente laboral por encima de cualquier otro aspecto, incluso el salario. Y en estudios más recientes sigue creciendo la consideración del llamado ‘salario emocional’, es decir, de todos los aspectos que no son retributivos en el bolsillo del trabajador y que igualmente se perciben asociados a un mayor bienestar.
Desde siempre hay empresas y organismos con mejor y peor clima laboral. Las condiciones cambian según los entornos, los directivos, los momentos del país y la actitud del trabajador hacia su prestación de tareas. Este aspecto es clave y decisivo en el clima organizacional, ya que depende de cada uno cómo se comportará el conjunto.
8 estrategias para mejorar el clima interno
En el trabajo, como en la vida, hay personas que suman y otras que restan. Entonces, ¿qué hacer cuando trabajás en una empresa con mal clima laboral? La opción es cambiar de trabajo o bien plantearse algunos objetivos individuales para contribuir -desde lo individual- a mejorarlo:
1. Buscá cambiar algo.
Si bien la mayoría de las personas se niega a esta posibilidad, es factible mejorar tu entorno directo, mejorar tus sistemas de feedback con las personas en situaciones que te desafían o son molestas, y hacer aportes de valor por si la empresa desea considerarlos. Este ajuste en tu mirada individual te ayudará a sobrellevar mejor todos los momentos, incluso si el entorno no cambia.
2. Cuidá tu actitud.
En climas laborales ‘desafinados’, otro recurso válido en lo individual es enfocarse en la mejor actitud posible. Una vez más, la masa de colaboradores tiende a asumir una posición negativa, sin siquiera considerar la opción intermedia si no se puede actuar en positivo: la neutralidad. Observar cómo se dan las cosas, cómo se intercambia o restringe la información, y las telarañas del poder que no se ven a simple vista te ayudará a entender mejor las cosas -y no necesariamente a justificarlas.
3. Buscá confirmar los hechos.
Las empresas van cambiando con sus expansiones, despidos, fusiones, adquisiciones y cambios de directivos. Muchas de ellas no se caracterizan por tener una buena estrategia de comunicación interna. Así surgen los rumores y trascendidos. Hacete cargo de tu parte: no compartas información si no está confirmada y acudí a las fuentes: tendrás mayor claridad y menor ansiedad.
4. Deshacete de la mala costumbre del chisme.
No sólo que te aleja de aportar valor, sino que drena energía negativa dentro tuyo y la propaga a los demás. Evitá ser el chismoso del entorno laboral y poné freno cuando quieran venirte con cuentos que empeoran las cosas.
5. Evitá la queja que no suma.
Otro aspecto esencial es aprender a gestionar la queja, una actitud muy extendida en todo tipo de organizaciones y personas. La queja entretiene, pero no construye: carcome tus mejores intenciones y te deja sin fuerzas para asumir una mejor actitud.
6. Cuidá tu energía.
En las empresas con mal clima laboral las personas sueltan sus ‘vómitos emocionales’ en cualquier momento y lugar. Actúan en automático y, sin esperarlo, podés ser víctima de esos torrentes de negatividad que te dejarán exhausto.
7. No al ‘estrés sobreactuado’.
Este comportamiento frecuente sucede en todos los niveles, y se manifiesta con una aparente sensación de que todo el mundo está sobrepasado de actividades y siempre al límite de sus posibilidades… incluso el que hace lo mínimo indispensable. Expresiones como “estoy extenuado”, “vivimos siempre al límite”, “no llego con todo lo que tengo que hacer”, “estoy hasta las manos” te impiden organizar tu tiempo y tomar decisiones conscientes que te ayuden a mejorar el clima interno.
8. Construí un espacio de contención neutral.
Como herramienta de apoyo, buscá fuera del trabajo un encuentro con un amigo sincero o con tu pareja para expresar tus emociones. Esa escucha neutral y empática te ayudará a canalizar parte de la tensión y desazón que vivís en tu trabajo. De esta forma, podrás observar las cosas en perspectiva y hasta tener otros puntos de vista, quitándole la emoción dominante (generalmente, desánimo, frustración y decepción). Seguramente obtendrás técnicas de afrontamiento que pueden ayudarte a mejorar el clima laboral, al menos desde vos mismo y en tu entorno directo de compañeros.
Fuente: cronista.com