Las cámaras de Tabaco de Salta y Jujuy cuestionaron el proyecto impulsado por el PRO para crear un nuevo impuesto para gravar la producción tabacalera por considerar a esta medida como “centralista y de falta de visión territorial”.
“Es el cultivo con mayor rentabilidad en explotaciones de pequeña escala y en zonas donde otros cultivos no resultan viables o tan rentables”, remarcó Pedro Pascuttini, presidente de la Cámara de Tabaco de Jujuy respecto a la propuesta del PRO.
También Esteban Amat Lacroix, titular de la Cámara de Tabaco de Salta, manifestó que “lo más incomprensible es que la Argentina cuenta con una ley sólida el control del tabaco, la cual posee restricciones por encima de la mayoría de los países más avanzados del mundo”.
Desde el sector tabacalero se rechazó la decisión de diputados del PRO, partido que encabeza Mauricio Macri, de promover la creación de un nuevo impuesto para los productos de tabaco, lo que implica incrementar la carga fiscal a casi el 90 por ciento del precio que pagan los consumidores (actualmente se paga un 70 por ciento de impuestos).
Para el empresariado tabacalero, esta iniciativa llevaría al sector a la “quiebra”, hecho que tendría “devastadoras consecuencias para las economías regionales de las siete provincias tabacaleras”.
“El cultivo de tabaco -según Amat Lacroix- es el principal demandante de mano de obra por unidad de superficie del sector agropecuario, con alrededor de 70 a 120 jornales por hectárea según zonas, supera de manera rotunda otros cultivos como la soja, el trigo o el maíz que necesitan 0,44 jornales por hectárea”.
Según el empresario tabacalero de Salta, “desde el punto de vista socioeconómico y productivo, al igual que sucede en el resto de los países productores, es el cultivo con mayor rentabilidad en producciones de pequeña escala y en zonas donde otros cultivos no resultan viables o bien tan rentables”.
En tanto, Pascuttini agregó: “analizando el tabaco desde el aporte a las arcas fiscales nacionales, encontramos que es un gran contribuyente, que suele ubicarse entre los primeros tres junto con el impuesto a los combustibles líquidos, y el impuesto sobre Bienes Personales”.
Por ello, para el sector tabacalero la iniciativa de legisladores del PRO “claramente carece de un diagnóstico integral de su impacto en las provincias productoras” y estiman que este tipo de acciones podría afectar la situación del empleo en el sector.