La crisis en la Argentina tienen un componente emocional. El impacto sobre el bolsillo, la pérdida de empleo y la inflación alta tienen consecuencias directas sobre las expectativas de las personas, y es por eso que, según una medición privada, tres de cada cuatro personas consideraron irse del país. La principal motivación es la inestabilidad económica recurrente, seguido de la búsqueda de mejores oportunidades en lo académico o lo laboral.
Dentro de ese 75% de personas que consideró irse del país, un 55% respondió que todavía lo está evaluando, mientras que un 20% reconoció haberlo pensado, aunque luego la idea no le resultó viable. Los resultados surgen de una encuesta realizada por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) a 1179 personas.
Fue un estudio realizado mediante encuestas online, con una muestra equitativa en cuanto a género y un promedio de edad de 32 años. “La encuesta estuvo principalmente enfocada a residentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires de nivel socioeconómico medio alto y alto”, resalta el informe que elaboró la entidad académica.
Los países más elegidos entre quienes consideran emigrar fueron España (41%); Estados Unidos (12%); Italia (10%); Australia (8%); Canadá (7%); Uruguay (4%) y Alemania (3%).
Con respecto a las motivaciones detrás de la decisión, un 31% destacó las crisis económicas recurrentes, un 26% la búsqueda de mejores posibilidades en lo académico o lo laboral y un 19% alegó “cuestiones de seguridad“. Siguen ” alta presión tributaria” y “motivos políticos” (cada una concentró un 11% de las respuestas) y motivos familiares (2%).
Con respecto a los motivos económicos que apuran la decisión, el informe preguntó si alguna medida reafirmaría la decisión de emigrar. “Un aumento en la alícuota del Impuesto a las Ganancias fue la opción que más rechazo generó: uno de cada cuatro (23%) consideró que tal medida reafirmaría su decisión de emigrar del país”, resalta el texto.
Sigue el restablecimiento de un impuesto a la compraventa de divisas extranjeras (20%), el aumento en la alícuota a Bienes Personales y la imposición de un nuevo impuesto a las propiedades, con el 16% y el 15% de las menciones, respectivamente.
¿Y qué pasa con los que se quieren quedar? Un 28% mencionó “motivos familiares”; un 16%, “estabilidad económica y laboral” y un 15% el “desarrollo de red de contactos y amigos”.
Aumento en los pedidos de visas y ciudadanías
Recientemente, LA NACION comprobó que detrás de la emigración argentina hay más que deseos: tras las PASO y debido a la crisis económica, crecieron los pedidos de visas y ciudadanías para residir y trabajar en otros países.
Por ejemplo, según los números de la embajada de España, en 2017 se solicitaron 35.494 pasaportes en total en sus cinco consulados en el país. En 2018, fueron 39.930 (un 12,5% más), mientras que en los primeros siete meses de 2019 hubo 25.258 pedidos.
Si bien el año aún no concluyó y eso dificulta la comparación, anualizar las solicitudes de 2019 puede dar una pista. Hasta ahora los pedidos cubren el 63,3% de lo que sucedió el año anterior, cuando en términos cronológicos debería cubrir un 58%. Además, si se prorratean las solicitudes mensualmente, los resultados son los siguientes: 2958 al mes en 2017; 3328 en 2018 y 3608 en 2019.
Las solicitudes de ciudadanía italiana también aumentan de un año a otro, de acuerdo con los datos de los servicios consulares del país europeo. En 2016 fueron 21.943; en 2017, 22.581 y en 2018, los últimos datos disponibles, 28.389, un 25,7% más que el año anterior.
Según indicaron voceros del Consulado en Buenos Aires, el aumento en la cantidad de solicitudes corresponde a “mejoras de gestión”. El crecimiento en 2018, señalaron, se debe a la introducción de la posibilidad de sacar turnos para hijos directos mayores de edad, un trámite más ágil y simple en términos de documentación.
Estados Unidos es otro de los destinos demandados por los argentinos que quieren irse del país. Las solicitudes de visas de inmigración, que incluyen las de empleo y las conyugales, fueron 497 en 2017, 638 en 2018 y 390 en los primeros siete meses del año. Nuevamente, prorrateado mensualmente, da como resultado 41,4 en el primer año, 53,2 en el segundo (un 28,4% más) y 55,7 en el tercero (un 4,79% más).