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Plazos fijos siguen cayendo y preocupa la demanda de pesos

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Los plazos fijos en pesos del sector privado cerraron noviembre en un valor de $ 3,429 billones. Crecieron un 1,25% nominal desde finales de octubre, lo cual deja una caída en términos reales del 2,1%, según un informe de la consultora LCG.

Esto implica la segunda baja mensual consecutiva de este tipo de depósitos, en contraposición con lo que sucede con aquellos a “la vista”, que crecieron por séptimo mes consecutivo en términos reales.

“La caída de los plazos fijos en noviembre estuvo explicada tanto por el desempeño de las colocaciones mayoristas, que marcaron su mayor caída real desde el mes de diciembre de 2020 (1,1%), como por las colocaciones minoristas, que marcaron el cuarto mes consecutivo de caída, con un 5% mes contra mes real en noviembre, su peor desempeño desde abril de 2020, al inicio de la pandemia”, consignaron desde LCG.

En ese contexto, Matías De Luca, analista de esta consultora, destacó: “Con estos registros inflacionarios y la actual inestabilidad cambiaria, es entendible la baja robustez de la demanda de dinero. Los depósitos a plazo siguen la tendencia contractiva y en especial los UVA”.

Respecto de esto último, De Luca agregó que, en un contexto de fuerte atraso cambiario, brecha intervenida por el Central e inflación arriba del 3% mensual, “apostar por los UVA podía ser una jugada inteligente para preservar el poder adquisitivo”. No obstante, indicó el economista, “luego de las elecciones este ciclo cambió”, ya que “las tasas negativas continúan, pero se espera un mayor ritmo de devaluación”.

Por su parte, el director de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez, sostuvo: “Es muy difícil ver cuál es el nivel de demanda de pesos con el cepo, pero hay varios indicadores de que no pasa por un buen momento. Uno es la brecha y el otro lo que le pasa a los plazos fijos en términos reales. La liquidez vuelve a crecer en relación al PBI y eso es preocupante”.

En cuanto a la liquidez, Caamaño resaltó: “El M2 en términos reales y con ajuste estacional viene creciendo fuerte en los últimos meses. Estamos cargando de nuevo el tanque de nafta al proceso inflacionario para los próximos meses”.

Respecto de lo que señala el director de Ledesma, cabe señalar que la demanda de circulante frenó el ajuste real de los tres meses previos, reflejando una suba del 0,7% mensual en noviembre, en tanto que la de M2 privado consolidó un aumento del 2,5% mensual real en el mes. 

En este aspecto, el informe de LCG subraya: “En la comparación anual, todavía se observan tasas negativas (8% en circulante y 2% en M2 privado año contra año a real) influenciadas por las bases altas que dejó el período del ASPO 2020, elevando la tenencia precautoria de pesos. En términos del PBI, los niveles ascienden a 4,7% y 13,2 por ciento”. 

En tanto, el director de Ansker Latinoamérica, Martín Vauthier, mencionó que la demanda de pesos “ha estado muy débil durante todo este año” y que “eso se combina con que la oferta de pesos que ha crecido significativamente en 2020 / 2021, por el déficit fiscal”.

Vauthier consideró que esta situación “ha generado un deterioro significativo en el balance del Banco Central”, que se plasma en la brecha cambiaria.

“Es importante que haya señales positivas de un acuerdo con el FMI  y un programa económico que sea creíble, para anclar expectativas. Mientras eso no llegue, no va a mejorar la demanda de pesos, salvo algún repunte estacional”, apuntó Vauthier.

En tanto, el director de la consultora Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, expresó que “la demanda de dinero suele subir, estacionalmente, a fin de año, pero luego se revierte en enero y febrero”. Y resaltó: “Los plazos fijos no vienen bien. La misión al FMI generó algo de expectativas, pero el Banco Central no termina de cerrar la sangría de reservas”.

El informe de LCG advierte también que la demanda de dinero, medida en términos del circulante, parece estabilizada  en un nivel muy bajo, asimilable con la de finales de 2018, momento en la economía presentaba inflación elevada y creciente inestabilidad cambiaria. “En este contexto, difícilmente el Banco Central pueda revertir su política de esterilización de los excedentes“, alerta la consultora.

Hay que recordar esta política de esterilización a la que se hace referencia se lleva adelante mediante Leliq y pases y que los intereses generados por estos últimos alcanzaron $ 1,2 billones entre enero y noviembre. Es decir, la emisión endógena es la segunda fuente de expansión de la Base Monetaria después de las asistencias al Tesoro. 

Por: JUAN PABLO ALVAREZ
Fuente: El Cronista


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