El “veranito” que vivió la city en enero trajo como consecuencia una fuerte baja en las tasas. La Badlar –el interés que pagan las entidades por un plazo fijo de más de un millón de pesos a 30 días– se desplomó de 26% a 12% desde diciembre hasta ahora. Esa caída fue trasladándose poco a poco a la tasa de plazos fijos para individuos y luego tuvo su efecto en los intereses que se le cobra a las empresas para financiarse. Ahora, está comenzando a sentirse también en los costos de los préstamos a individuos, aunque en una magnitud mucho menor. De hecho, a principios de febrero los bancos recortaron las tasas de los créditos para el consumo entre 300 y 400 puntos en promedio. Además, desde las entidades de primera línea confirmaron a El Cronista que se está evaluando una nueva reducción hacia fines de marzo.
De todos modos, financiarse en la Argentina sigue siendo caro. Un crédito personal a 5 años de plazo tiene un costo promedio por encima de 40%, mientras que la financiación por tarjetas de crédito se aproxima a 35%. En tanto, las empresas de primera línea deben pagar 22% para tomar un préstamo.
“Las tasas de interés activas, en particular la Prime –la que pagan las empresas de primera línea–, continúan altas como reflejo de este comportamiento de los bancos de no prestar y tomar prestado”, indicó la consultora Abeceb en un estudio.
Aún así, la tasa de préstamos a empresas de primera línea ha bajado desde 28% a 22% desde fines de diciembre hasta ahora, y había llegado a ubicarse en 40% en noviembre del año pasado. Menos pronunciado fue el recorte que mostraron los intereses de créditos a individuos. Según tres entidades de primera línea consultadas por El Cronista, el sistema bajó, entre 300 y 400 puntos las tasas de los préstamos para consumo entre fines de enero y principios de febrero. “Las tasas para individuos también están declinando pero con menor intensidad que las de empresas. La demanda de financiación con tarjetas de crédito, préstamos personales o de garantía real son menos elásticas al nivel de tasas y, además, en general son a plazos más largos”, dice un estudio de Econviews. En la misma línea, desde el área de créditos de un banco privado explicaron que mientras la banca de empresas maneja tasas más flexibles y que están ligadas directamente al comportamiento de la Badlar, en la banca de individuos los cambios son más lentos.
Además, los expertos creen que los bancos tienen liquidez pero, ante la incertidumbre económica, no bajan las tasas porque prefieren “sentarse sobre el dinero hasta que pase la tormenta. “Las tasas activas no han descendido lo suficiente con lo cual el crédito en pesos no se recupera, cayendo $ 450 millones en enero”, dice un informe de Abeceb.
“Es posible que haya alguna otra baja de tasas, pero va a ser entre marzo y abril. Lo que es seguro es que no habrá aumentos en el corto plazo”, indicaron desde una entidad de origen extranjero. Y mientras los bancos coinciden en sostener que bajarán los costos del crédito, desde las consultoras creen que para que eso ocurra tienen que darse varios factores. Uno de los temas a monitorear es el nivel de morosidad de las carteras: “mientras que el aumento en la morosidad aún no estaría repercutiendo en el costo de originación, será un factor al que habrá que prestarle atención”, indicaron desde Econviews.
Fuente: El Cronista