Uno de los mayores desafíos para las compañías en “tiempos revueltos” es -sin duda- elevar el nivel de productividad de sus empleados para hacer frente a la coyuntura, pero un contexto macroeconómico amenazador cultiva la impaciencia y los nervios.
Son tiempos difíciles. En las empresas, la incertidumbre es reina. Los ejecutivos no saben cómo hacer para bajar los costos, frente a una inflación que no se esfuma. Los trabajadores, a su vez, temen por las suspensiones y el riesgo de perder sus puestos. En el medio está la productividad que, de una u otra manera, termina siendo la más perjudicada. Las crisis llenan de dudas a muchas empresas, pero pueden ser también un aliciente para unir a aquellos equipos de trabajos separados por la fiebre del ascenso. Sobre todo cuando las dificultades son extrínsecas a las compañías. “Como en casi todos los aspectos de la vida, cuanto más poderosa es una amenaza externa, más sirve para unir a los colaboradores puertas adentro, más allá de sus diferencias del día a día. En otras palabras: el que antes era un enemigo ahora se vuelve un aliado”, explica Constanza Larry, directora de la consultora Setting RRHH.
Uno de los mayores desafíos para las compañías en “tiempos revueltos” es -sin duda- elevar el nivel de productividad de sus empleados para hacer frente a la coyuntura, pero un contexto macroeconómico amenazador cultiva la impaciencia y los nervios. En lugar de crear un clima en el que aflore el talento, se hace lo contrario. Según Larry, más allá de la unión de los colaboradores ante esta situación, se necesitará que las cabezas de las empresas hagan lo siguiente en términos de liderazgo y comunicación:
• Crear un liderazgo fuerte y preparado: trasladar un mensaje realista de la situación, pero tranquilizador. Un mensaje franco, que en términos de comunicación requiere un tono de voz neutro y un lenguaje corporal sobrio, que muestre control y firmeza. El liderazgo debe ser más colaborativo y hay que saber ensamblar los fracasos.
• Brindar un plus de humanidad: el tipo de liderazgo requiere, al mismo tiempo, firmeza pero una especial atención a lo afectivo. Será necesario brindar contención cuando los resultados no se consigan y mantener estimulado al equipo. Los directivos tienen que mostrarse más humanos para contrarrestar un estrés que, indefectiblemente, se incrementará.
• Fortalecer la comunicación formal: para incrementar la productividad de los colaboradores, es imprescindible que el empleado conozca la situación de la empresa y del entorno. Esto requiere comunicación clara y oportuna, enfocada en transmitir lo que ocurre, el plan de la empresa para lograr sus objetivos, y lo que se espera de cada colaborador. También saber calma la ansiedad para que la persona puede enfocarse en sus tareas en lugar de tener la mente ocupada proyectando escenarios futuros amenazantes o, peor aún, compartiéndolos con sus compañeros y avivando rumores.
• Crear confianza estando cerca de la gente: más allá de lo formal, la comunicación tiene también un aspecto relacional, que hace a los vínculos humanos, al saberse parte de un equipo, al reconocerse como un integrante de un todo. Para que un trabajador sea eficiente es necesario que se sienta cómodo y parte de un proyecto. Que se identifique con la empresa y sus compañeros. Este aspecto relacional se logra con la comunicación personal, estando cerca de la gente, escuchando sus miedos, sus necesidades laborales y personales.
Ante una crisis, cada parte debe aportar lo suyo. Si la empresa hace su máximo esfuerzo, puede pedirles lo mismo también a sus colaboradores. “Es fundamental que el equipo comprenda que toda crisis es una crisis para la empresa y también para los empleados. Si a la empresa le va mal -apunta la consultora-, a la gente que trabaja en ella también”. Según Larry, a la metáfora de ponerse la camiseta se le puede dar una vuelta de tuerca: “si bien ahora se dice que los colaboradores ya no se ponen la camiseta de las empresas, creemos que eso se puede revertir si los empresarios se comportan verdaderamente como hinchas de sus colaboradores”.
Claves para los colaboradores
Cómo salir de los momentos difíciles en la empresa
Generalmente, cuando se perciben problemas, los empleados se bloquean. Sin embargo, las crisis también pueden ser un motor impulsor para el crecimiento profesional, indica María Laura Colque, de Escencial Consultores. ¿Qué deben hacer los colaboradores en tiempos turbulentos? Aquí algunas sugerencias:
• Analizar, organizar, priorizar y tomar decisiones. Si lo que pasa en la empresa afecta mi vida personal, con más razón debo poner un paño frío en la ment. Hay que analizar lo que tengo, quiero, puedo y lo que necesito.
• Organizar mi “mochila”, la mente y las circunstancias; priorizar por dónde puedo empezar y tomar decisiones para ponerme en marcha. Este ejercicio lo debe realizar por su cuenta; lleva mucho esfuerzo y puede ser frustrante.
• Plasmar en una hoja las acciones y perspectivas personales a seguir nos obliga también a ordenar las ideas y a clarificar el camino.
• No tomarse nada personal: es un factor clave para los colaboradores. Generalmente en las empresas que pasan por esta etapa, se observa mucha gente que piensa que es un tema personal, con algún jefe o gerente. Esto nos lleva a generar historias donde no hay nada más que un problema estacional y una crisis que toda empresa, en algún momento de su existencia, la pasa. Entonces, hay que ser consciente de que pasará.
• Tener un criterio realista de uno mismo. Poder analizar nuestros puntos débiles nos ayuda a trabajarlos y aplicarlos en la oficina.
Hay que romper con el círculo vicioso del “sigo mal y no puedo hacer nada”
El miedo siempre paraliza y, por eso, pareciera que la gente flota. En este sentido, Julio Bresso, director ejecutivo de la consultora que lleva su nombre, dice que, en estos tiempos, es fundamental mover el avispero, despertarse, poner el hombro, “no como frase hecha, sino como proyecto de trabajo”. En un contexto como ese, los empleados siquiera no están instalados en su zona de confort, porque la plata no les alcanza, ya que la inflación come sus salarios, destaca a DINERO el especialista en desarrollo de estructuras organizacionales. Las compañías, a su vez, dejan de ser un espacio de seguridad porque no pueden responder a las realidades que se les plantea, porque las crisis suelen trascenderlas.
“Creo que los ejecutivos deben generar conciencia de transparencia; es el mejor remedio”, indica. En ese aspecto, Bresso considera que hay que generar espacios de catarsis y de contención, en forma de reuniones de grupos, focus group o charlas individuales. A su criterio, la quietud es la peor aliada en tiempos turbulentos para los ejecutivos. “Por eso tienen que accionar, tienen que mostrar que empatizan con el otro y que les preocupa lo que les pasa”, sugiere. De esa manera, la discusión, la reflexión y el análisis son imprescindibles dentro de cualquier organización, ya que, de otro modo, será difícil romper con el círculo vicioso interno del “estoy mal -no trabajo- me pongo peor- la empresa deja de producir- me trae inseguridades- sigo mal…”. “Así, no se puede avanzar”, finaliza el especialista en Management y Recursos Humanos.
Fuente: La Gaceta Salta