La Corte de Apelaciones del segundo circuito de Nueva York dictó ayer la anhelada medida de no innovar que suspende transitoriamente el pago de u$s 1.330 millones a los fondos buitre y despejó así el desembolso del Cupón PBI que el Gobierno debe realizar el 15 de diciembre y que amenazaba con derivar en un default técnico. Convocó a las partes a una audiencia para el próximo 27 de febrero.
El tribunal dictaminó nostra sponte es decir, por voluntad propia y no a pedido de las partes un cronograma de presentaciones que terminará el 27 de febrero a las 2 de la tarde con una audiencia. La Argentina debe presentar documentos el 28 de diciembre; los demandantes, el 25 de enero; el país podrá efectuar un contra-alegato el 1 de febrero y las partes interesadas tienen que presentarse el 4 de enero.
La orden del juez de primera instancia Thomas Griesa queda suspendida hasta entonces. El magistrado había obligado a la Argentina a constituir un fondo de garantía, o escrow account, por el 100% del reclamo de NML Capital (u$s 1.330 millones) antes de efectuar el pago del Cupón PBI (unos u$s 3.300 millones). Caso contrario, obligaba al fiduciario Bank of New York Mellon y a las cámaras compensadoras a no girar el dinero de los pagos que debía hacer el país por su deuda reestructurada. El fallo, según los expertos, hubiera derrumbado la figura del fideicomiso con la que se efectuaron las dos instancias del canje de deuda, en 2005 y 2010. La Argentina, los compensadores y la Fed de Nueva York entendieron que eso pondría en riesgo al sistema financiero en su conjunto.
La cámara revisora, además, aceptó que los fondos de inversión con bonos de deuda argentina reestructurada puedan ser partes interesadas en las demandas que los tenedores de bonos en default llevan adelante contra la Argentina. Y convocó a las partes a una audiencia para el próximo 27 de febrero, lo que da al Gobierno tres meses de aire para rever la estrategia contra los fondos buitre NML Capital, Blue Angel y Aurelius y los trece bonistas individuales argentinos que reclaman por su deuda en default.
La Corte no resolvió la cuestión de fondo ni se expidió sobre la decisión de Griesa de pagar el 100% de los bonos en default en efectivo. El tribunal ya había dictaminado que la Argentina debía pagar y había pedido a Griesa que definiera cómo y cuánto. Pero el stay, o no innovar, despejó la posibilidad de un default técnico inminente, un día después de que la calificadora Fitch rebajara la nota de los bonos argentinos al nivel de basura. Todas las cuestiones vinculadas a la causa están pendientes de la orden de esta Corte, dictaminó. El tribunal definirá la forma de pago luego de la audiencia del 27 de febrero.
En la apelación que elevó el lunes a última hora, el Gobierno contempló la posibilidad de reabrir el canje de deuda para dar un tratamiento igualitario a los bonistas que no ingresaron. Fue una respuesta, tardía, a Griesa, que consideró que igual trato significaba pagar la deuda sin quita y en efectivo y señaló la falta de voluntad de pago por parte del país. Fuentes oficiales afirmaron que la reapertura del canje sigue siendo una posibilidad y no será inminente. Si no hay señales previas que motiven acelerar los plazos, esperarán que la Corte de Apelaciones siente posición, a fines de febrero.
En los despachos del Ministerio de Economía calificaron de excelente noticia la decisión del tribunal. Más allá de la cuestión de fondo, la Argentina se jugaba todo al no innovar que despejara el pago de la deuda reestructurada. Anoche, el ministro Hernán Lorenzino se reunió con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.