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General Motors continuará operando normalmente en la Argentina

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GM solicitó a las autoridades correspondientes de los Estados Unidos iniciar los procedimientos del "chapter 11" para lanzar una compañía renovada y altamente competitiva, construida exclusivamente sobre las partes más sólidas del negocio, pero ninguna de las subsidiarias de la compañía en Latinoamérica ha sido incluida en dichos procedimientos, por lo que GM Argentina continuará con sus operaciones normalmente en el país. Mediante un comunicado, GM Argentina precisó es una entidad legal distinta, con solvencia económica y financiera gracias a que sus operaciones mantienen un sano equilibrio en la región y cumple completamente con todos sus compromisos financieros.

De este modo, GM Argentina seguirá comercializando su amplio portfolio de vehículos y servicios a través de su sólida red de concesionarios. La filial argentina reiteró asimismo su compromiso de inversión en el país, desarrollando un nuevo modelo compacto en su planta industrial de Rosario, con el objetivo de iniciar su comercialización y exportación a los mercados de la región a partir del último trimestre de este año.

"GM tiene más empeño que nunca para lograr que la compañía sea una empresa competitiva, rentable y autosustentable en el largo plazo y en el mejor interés de sus clientes, empleados, proveedores y concesionarios", señaló por último el comunicado. 

La opinión de Barack Obama

La solicitud de protección forma parte de un plan del gobierno de Barack Obama para reducirla a un tamaño sostenible y darle al gobierno estadounidense una participación mayoritaria de propiedad.

Obama dijo a propósito de esta decisión que el paso de GM por un proceso de bancarrota mejorará su situación y lo calificó como "un plan viable". Al hablar al mediodía sobre el futuro de GM desde Washington, el presidente destacó que el nuevo plan le permitirá a GM lograr un crecimiento por primera vez en tres años.

El mandatario -en lo que The Wall Street Journal calificó como "apuesta de alto riesgo para el gobierno estadounidense" por "irrumpir en un territorio inexplorado"- defendió la continuidad de la intervención de la autoridad estatal en la industria automotriz -como el año pasado lo hiciera George W.Bush-, alegando que el colapso de GM y Chrysler hubiera tenido un efecto devastador para los trabajadores estadounidenses y para la economía. La compañía dijo que tiene en EE.UU. 172.810 millones de dólares en deudas y 82.290 millones de dólares en activos.
 
El gobierno tendrá una participación del 60% en la empresa y un papel sin precedentes en su reorganización. Asimismo el gobierno canadiense asumirá un 12,5%, mientras que el Sindicato Automotriz recibirá un 17,5% de acciones y los dueños de bonos no asegurados recibirán el 10%. Los actuales accionistas de GM al parecer sufrirán pérdidas.

Obama dijo que su política ayudará tanto a General Motors Corp. como a Chrysler Llc a que sobrevivan después de un proceso de reestructuración y de bancarrota. Agregó que su gobierno no tiene otra opción más que intervenir, en una "posición nada halagüeña" al tener una participación financiera en las empresas.

Poco después habló el director ejecutivo de GM, Fritz Henderson, en una conferencia de prensa desde Nueva York. Aseguró que la nueva GM será una compañía adelgazada y más rápida que se enfocará más en sus clientes y sus productos. Añadió que la empresa se construirá a partir de las partes más fuertes de su negocio, incluyendo sus mejores marcas y productos.

La compañía, importante puntal de la economía estadounidense por un siglo, planea enfocarse en cuatro marcas: Chevrolet, Buick, Cadillac y GMC, y piensa librarse de otras cuatro: Pontiac, Saturno, Hummer y Saab.
Funcionarios del gobierno que pidieron no ser identificados dijeron que se prevé que el proceso bajo el tribunal de bancarrota dure de 60 a 90 días. De ser exitosa, GM será reflotada como una empresa más sostenible, aunque con menos trabajadores y menor número de plantas y de concesionarios de venta.

En efecto, además de cerrar 11 plantas (una de las plantas inactivas será adaptada para fabricar un pequeño vehículo que GM planeaba producir originalmente en China), la compañía proyecta recortar 21.000 empleos, casi 34% de su fuerza laboral y eliminar a 2.600 distribuidores. GM nombrará además al comprador de su división Hummer.

Los préstamos gubernamentales para GM provendrán del fondo de rescate de 700.000 millones para el sector financiero establecido por el ex presidente Bush el año pasado, que ya ha servido para estabilizar bancos y sostener a American International Group y a Chrysler.

Por su parte, Alemania accedió finalmente a prestar 2.000 millones de dólares a Opel -propiedad de GM en ese país- como parte de su adquisición por un fabricante canadiense de repuestos automovilísticos. 


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