En el cierre de la conferencia de la UIA, varias de las presentaciones y de las críticas de los industriales giraron sobre la política monetaria del BCRA y la falta de crédito productivo.
El auditorio estaba casi vacío, pero cerca del escenario principal de la conferencia industrial aún charlaban Eduardo Eurnekian (Corporación América), Gustavo Weiss (Cámara de la Construcción) y Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio). “¿Ustedes creen que las tasas de interés del Banco Central son muy elevadas?”, los sorprendió LA NACION con la pregunta. “Están cerca de bajar”, aventuró Gabbi, mientras Eurnekian se escabullía tras el pedido de una empleada de la organización de vaciar el salón. “Pero Federico Sturzenegger estimó que se viene un verano de tasas altas”, retrucó este medio. “Es lo que él puede decir”, interpretó entonces Gabbi. “Si bajan ganamos todos”, apuntó Weiss a la distancia, y cerró, en tono de broma: “Menos en la Bolsa. Ellos hoy ganan plata”.
Las altas tasas y su impacto en la economía, un debate que también se da dentro del Gobierno, fue ayer -luego de los pedidos de algunos sectores de cambios en la reforma tributaria- el eje de la crítica de los industriales al oficialismo.
“El futuro recordará como errores la «tablita» de Martínez de Hoz, el «uno a uno» de Cavallo y las Lebac y las tasas exorbitantes de Sturzenegger”, tuiteó a las 11.54 de ayer, desde de la conferencia en la UIA , “Teddy” Karagozian, dueño de la textil TN&Plátex. “El Banco Central es quien alimenta la inflación por las altas tasas. Sube el costo de invertir, el de financiar la venta, el costo de comprar a plazo, el costo unitario por no usar las máquinas a full y ya no hay stocks sobrantes, por lo que no se producen ventas a precios bajos de liquidación”, dijo luego el empresario a LA NACION, y criticó: “Las tasas no las ponen ellos, sino los tenedores de Lebac, por lo que el BCRA no es independiente”.
“En 2018, el Central dice que la inflación va a estar en el 12% y las Lebac están en un 29%. El diferencial es enorme”, se quejó el presidente de la UIA, Miguel Acevedo, ante la consulta de LA NACION. Acevedo ya había anticipado anteayer a este medio, en la primera jornada de la 23» Conferencia Industrial, que la “relación más difícil” hoy para los empresarios del sector manufacturero es con Federico Sturzenegger. Además se había quejado de la falta de crédito productivo. “Otro aspecto a tomar en cuenta es el actual contexto de tasas de interés elevadas con restricciones específicas de financiamiento para las pymes. La eliminación de la línea de crédito productiva se verá reflejada en los costos y profundizará aún más la balanza comercial deficitaria”, había sentenciado Eduardo Nougués (de la azucarera y papelera Ledesma y presidente de la conferencia) en la apertura del encuentro.
“Tenemos un crédito comercial de un país africano y un índice de desarrollo humano medio alto. Tenemos tasas altas que no frenan la inflación y se eliminan las líneas de crédito a las pymes”, cuestionó Diego Coatz, director ejecutivo de la UIA y economista jefe. Coatz fue el protagonista del primer round con Sturzenegger por las tasas hace exactamente un año y en el mismo ring. Pero el presidente del BCRA volvió a ratificar su mirada sobre la tasa y los créditos subsidiados hace sólo unos meses en una visita a la entidad fabril. Allí dijo que considera esos préstamos “distorsiones” del sistema porque provocan una baja en el ahorro. Además, explicitó que la eliminación de esos créditos es gradual. Con respecto a las tasas elevadas, como explicitó el Central en sus últimos informes, esos niveles se mantienen con el objetivo de bajar la persistente inflación y amortiguar las subas de tarifas en los servicios públicos.
“En el corto plazo, la tasa de interés afecta”, reconoció el secretario de Industria, Martín Echegoyen. “Pero estamos potenciando el BICE y es cierto que a largo plazo sirven para bajar la inflación”, agregó.
En otro de los paneles de ayer, el economista Martín Rapetti, director de Desarrollo Económico del Cippec, se preguntó sobre la consistencia del modelo actual de gradualismo. Pese a las críticas de los economistas más ortodoxos, defendió el paso más lento en materia fiscal, pero se preguntó si no habría que “repensar la estrategia de desinflación”. Para el director de la Maestría de Economía de la UBA, “es difícil bajar la inflación tan rápido como lo propuso el Gobierno”. Argumentó que, en general, otros países tardaron varios años en reducirla, dijo que ninguno tenía que corregir precios de tarifas y que todos los que impusieron metas de inflación ya tenían una baja inflación. “No digo que no funcionen, pero es un experimento novedoso”, aclaró el experto, que criticó la suba de tasas como herramienta por el pequeño sistema financiero que tiene la Argentina, y porque “golpean la inversión en el sistema productivo y mantienen un tipo de cambio atrasado”. Es una crítica similar a la que realizó el ex ministro Alfonso Prat-Gay hace unas semanas.
Reforma impositiva
“¿Hay posibilidades de reformas impositivas de segunda generación?”, le preguntó LA NACION a Marcos Peña, jefe de Gabinete. “Reformismo permanente, reformismo permanente”, respondió Peña usando las palabras del presidente Mauricio Macri cuando bajaba del escenario principal. Sus dichos daban ciertas esperanzas a la cúpula de la Asociación de Fabricantes Argentinos de Coca-Cola (AFAC), ejecutivos que anteayer habían caído en la desilusión por la negativa de Nicolás Dujovne de revisar el aumento del impuesto interno a las bebidas azucaradas.
Otro dato generaba ilusiones en ese sector: varias empresas industriales y petroleras creían ayer haber logrado frenar el impuesto al CO2 en el artículo 137 de la reforma tributaria que “amenazaba” inversiones en Vaca Muerta, algo a lo que el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, se negó ayer a responder frente a la consulta de LA NACION.
Fuente: Diario La Nación