En este 25 de mayo, celebramos el paisaje y la creatividad nacional con una visita a esta maravillosa casa ambientada con lo más granado del diseño salteño actual por las hermanas Malena y Ana López Sanabria.
El panorama deslumbrante de los cerros salteños que se disfruta desde las galerías de esta casa. Crédito: Daniel Karp
Llegamos de noche. (El panorama deslumbrante de los cerros lejanos sería una sorpresa de la mañana, frente al desayuno servido en la galería, como todas las comidas durante el verano). Lo único humanamente posible de notar fue el estruendo de las chicharras no bien se abrió la primera puerta del auto.
Con el sol, apreciaríamos en su esplendor transparente la casa de Malena; de su marido, Martín, y de sus hijos. La construyeron hace pocos años en lo alto de un terreno donde los padres de ella todavía tienen su casa de campo, lo que habilita las subidas y bajadas para verse sin demasiada excusa y las reuniones familiares permanentes. Amplia y sin divisiones, ésta es la elegida cuando el número de visitantes escala.
Como la tuvimos toda para nosotros, pudimos admirar en detalle la ambientación pensada por las hermanas y socias, que comparten el entusiasmo por hacer y el mismo código frente a la vida: “Lo demos todo”, como dicen ellas.
Con sentido perfecto de la proporción, “Las López” crearon en su estudio de diseño muebles ajustados al espacio. Además de incorporar obras de talentos locales y una estricta edición de lo hallado en sus viajes de exploración a Buenos Aires.
Mesas bajas (Monogiraud). Alfombras de cuero de vaca y de telar (Elementos Argentinos). Junto a la chimenea, cuadro de Eduardo Hoffmann. Sillones con funda y almohadones (Malena Ana). Crédito: Daniel KarpNo hay sombras en esta mesa larga cuando se encienden las lámparas colgantes (Iluminación Agüero). Crédito: Daniel Karp
Paralela a la que se colocó junto a la parrilla, la mesa de comedor se hizo a partir de un lote de pino tea de demolición y está en comunicación directa con la cocina. Amplitud con todo a un paso.
Tras la puerta de vidrio está la cocina, bien campera pero llena de delicadezas. De sus cajones salieron decenas de textiles, lienzos y repasadores de la colección de Malena. Crédito: Daniel KarpEl Arq. Alfredo André propuso una suerte de galpón apoyado en un basamento de piedra del lugar. En un principio, la idea fue cubrir los techos con chapas de demolición, pero para los fines prácticos se usó chapa nueva, “envejeciéndola” con un fondo blanco con una capa de color óxido. Crédito: Daniel Karp
La galería tiene cinco metros y medio de ancho: lugar de sobra para instalarse todo el día y para gozar de las noches templadas también, después de un asado hecho por la mano maestra del dueño de casa.
Galería con comedor y living exteriores. En el living, sillón realizado por Matías Cornejo. Crédito: Daniel KarpIzq: Ana y Malena López Sanabria frente a una obra de Verónica García, artista que difunden en su local de Salta. Der: Sillas de tiento (Malena Ana) con almohadones de Hilandería Warmi y mesas de una feria artesanal de Salta. Al fondo, sillones ‘Cuenco’ del estudio cordobés En Bruto. Crédito: Daniel Karp
No me gusta la globalización; me gusta la identidad. En decoración, para mí significa combinar los objetos autóctonos: los tradicionales y los estilizados con diseño.Malena López Sanabria, diseñadora y dueña de casaVista de la casa en la que se aprecia el basamento hecho con piedra del lugar y los techos con chapas tratadas para dar un efecto añejo. Crédito: Daniel Karp
Calma y cobijo
El respaldo de cama tapizado en picote tejido en telar en verano se cubre con una funda de tussor para hacerlo más fresco. Sueño cumplido: tener las sillas ‘Eutopia’. Sin clavos y con un peso de solo 1800 gramos, son una creación del consagrado diseñador salteño Francisco Gómez Paz. Crédito: Daniel Karp
El cuarto de Malena y Martín está vestido en una sobria gama de colores neutros. La riqueza está en las texturas y en los objetos queridos que eligieron para acompañarlos.
Junto a la salamandra, canasto de rama de poleo, una artesanía exclusiva de la provincia. Sobre el banco rústico, ponchos del tejedor Luis Choque. Crédito: Daniel KarpSobre las camas con respaldo de tiento, almohadones de barracán azul (todo de Malena Ana). Crédito: Daniel Karp
Como los varones son grandes y estudian lejos, este cuarto también se les convida a los huéspedes.
Frente a las camas, una escalera sostiene mantas y ponchos que se llevarán a la galería para extender las veladas si refresca. Obras en birome del artista salteño Sergio Guillermo Díaz. A la derecha, el baño principal, con una pileta hecha en obra iluminada por una tulipa antigua y sutil. Crédito: Daniel KarpEn el cuarto de Malenita, sillas materas de los Valles Calchaquíes. Crédito: Daniel Karp
Para ambientar el cuarto de la más pequeña de la familia, Malena y Ana tomaron como disparador un género floreado de su abuela con el que hicieron dos de los almohadones. Linaje femenino que sabe crear belleza.
La galería posterior permite ir cambiando de escena con el recorrido del sol, algo que se aprecia sobre todo en invierno. A la naturaleza no hay momento que perderle. Crédito: Daniel KarpPantallas hechas con palanganas de zinc, viejo mueble de panadería y alfombras (todo de Malena Ana). Crédito: Daniel Karp