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En pandemia los niños se reencontraron con los juguetes

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Luego de tres años consecutivos de bajas en las ventas, este día del niño fue diferente en la icónica juguetería Balodin, donde experimentaron un movimiento sostenido en la primera quincena de agosto. Se trata de una empresa familiar que hoy es conducida por Rubén Barrios, quien contó a Dossier Web no sólo su historia, sino cómo trabajaron en un día del niño atípico.

Sin dudas la Juguetería Balodin ha marcado la infancia de muchísimos salteños que de allí recibieron sus regalos por el día del niño, cumpleaños, reyes y cualquier otra ocasión que hoy compran sus productos para sus hijos. Barrios cuenta que este 2020 a pesar del difícil contexto social y económico debido a la pandemia de coronavirus, fue satisfactorio.
Las ventas iniciaron a principios de agosto de forma constante, despertando una vez más expectativas en un sector golpeado, ya que la infancia sufrió transformaciones y hoy los niños no juegan como antes, o al menos eso se pensaba; sin embargo los más chicos experimentaron un reencuentro con los juguetes y esto se ve reflejado no sólo en la cantidad de ventas sino en la diversidad de que demandaron.


“La demanda se vio muy diversificada, no como en otras épocas donde había un puñado de juguetes y la mayoría buscaba solo eso”.


Si bien reconoce que hay juguetes estrellas tanto para niñas como niños, se quedaron sorprendidos al ver la variedad de la demanda. Con 12.000 objetos en exposición hubo compras para todos los gustos.
Pero muchos se preguntan cómo nació Balodin, ese lugar que captó la atención de los más chiquitos que corren a sus vidrieras para mirar los nuevos juguetes y comenzar a imaginar todo tipo de aventuras.
Rubén cuenta que la creadora fue su madre, quien siendo empleada pública comenzó a vender juguetes a sus compañeras de trabajo, en el barrio y con sus amigas. Como la idea creció creó una sociedad son su madre y hermana, combinando las siglas de sus apellidos nació Balodin. Así funcionó por muchos años hasta que su abuela murió y el negocio terminó a manos de su madre.
En 1971 tomó forma y se concentró en un local comercial, Rubén participó ese año pero luego se fue a estudiar veterinaria en La Plata, donde se recibió y puso su propia clínica veterinaria, la cual trabajó durante 17 años.


“El año que viene la juguetería cumplirá 50 años, el sueño de mi madre hoy sigue siendo real, he trabajado para que así sea y ahora me acompaña mi hijo”.


Una complicación en la salud de su padre lo obligó a volver a Salta, donde estuvo dispuesto a ayudar a su familia y levantar la juguetería, a la que le dedicó 14 años de su vida de forma exclusiva. En 2004 armaron una nueva sociedad cambiando las estrategias de venta. Hoy, junto a su hijo continúan con ese legado.
Ahora en el 2020 tuvieron que enfrentar otra situación compleja, la cuarentena debido a la pandemia del coronavirus, que ha golpeado fuertemente el sector empresarial. Sin embargo lejos de desanimarse tomaron drásticas decisiones, cerraron las dos sucursales que tenían y abrieron una sola más grande.
“Tuvimos que reducir costos y esa fue la forma, durante años trabajamos en esta marca, hoy estamos en un local nuevo y más grande, no despedimos ni un solo empleado y tenemos a disposición 12.000 artículos. Siempre nos hemos enfocado en la calidad, confianza y precio de nuestros productos”.

Dossier Web


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