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Detrás de la carne, aumenta el precio de otro de los productos de la mesa de los argentinos

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Mientras el Gobierno apunta sus cañones contra el aumento del precio de la carne vacuna, con cierre de exportaciones incluido, hay otra proteína animal que ve subir su valor de venta al público: el pescado. La merluza, la variedad más consumida en el país, pasó de costar $368 el kilo en abril de 2020 a $561.50 en igual mes de este año, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Ese aumento, ya de por sí preocupante, podría abultarse aún más en los próximos días. Esto podría ocurrir si, tal como estiman en la industria pesquera, vuelve a haber un alza de 20%, impulsada, entre otras cosas, por el hecho de que los barcos para esta época se concentran en la pesca de langostino y dejan de lado la de merluza. Esto determina una disminución de la oferta e impulsa los valores.

En sintonía con lo que sucedió con la merluza, en la Semana Santa pasada se verificó un significativo incremento de precios en otras especies: por ejemplo, el salmón rosado aumentó 120,8% ($1420 por kilo), mientras que el atún en lata de 170 gramos tuvo un alza de 45% (pasó de $175 a $253).

En el caso del salmón y también, en parte, con el atún hay que tener en cuenta, indicaron desde la industria, que son especies que se importan, por lo que su precio está dolarizado y aumenta al ritmo de la cotización de la moneda estadounidense (que en abril tocó su mínimo en más de un año). “En lo que respecta al calamar y los langostinos, casi la totalidad de lo que captura tiene como destino la exportación, por lo que su precio también está ligado al internacional”, especificó Federico Angeleri, director de Grupo Veraz, empresa que lleva 30 años en la industria pesquera.

En un plano más general, el aumento de precios del pescado se explica por otras razones detalladas desde la Cámara Argentina Patagónica de Industria Pesquera (Capip), la Cámara de Armadores Pesqueros (Capeca) y el Consejo de Empresas Pesqueras (CEPA).

“Lo que sucede es que los costos de la industria se encuentran dolarizados, por lo que la cotización del dólar pega en el precio; además, producto del covid, hubo una baja oferta de materia prima, lo que provocó mayor suba de costos. A eso hay que sumarle que las paritarias del sector están por encima del promedio nacional por ser un negocio exportador”, señaló Claudio Guida, gerente general de operaciones pesqueras de Grupo Newsan y vicepresidente 1° de Capeca.

Los aumentos de sueldos

Las paritarias del sector pesquero se cerraron en abril con un acuerdo que implica un incremento de 33% en los salarios de los trabajadores del rubro. Mientras que, debido a diversos conflictos portuarios previos y a la situación generada por el coronavirus en algunos meses del último año no hubo actividad.

Hernán Virzi, gerente comercial de Fish Box, empresa que comercializa pescados y mariscos online, contó que en 2020 sus productos no tuvieron subas de precios, pero que a partir de este año se empezaron a encarecer todos los meses. “Más que nada lo que es el salmón rosado, que viene de Chile y copia el valor del dólar oficial. También aumentan al mismo ritmo los productos que se exportan, como el langostino. Además, todo lo que es pesca de Mar del Plata, también aumentó porque hay problemas con los pedidos para que se vacune a la tripulación, por eso no salen a pescar y hay menor oferta. Es más, en las próximas semanas muchas pescaderías se van a quedar sin merluza fresca”, contó el ejecutivo.

Sandra González, presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores (Adecua), comentó que observan que desde hace varios meses viene aumentando el pescado. “Nosotros medimos sobre todo el filet de merluza, que es lo que más se consume acá y que se encareció mucho; pero el resto de pescados y mariscos es directamente incomprable hoy. La verdad es que en este país llevar una dieta saludable es bastante complicado”, destacó.

Pero hay algo más que encarece los costos de la industria pesquera y que finalmente termina por repercutir en el precio que paga el consumidor final: la carga impositiva que sufre el sector. “Desde 2002 hasta la fecha, solo dos años no nos cobraron derechos de exportación. Con lo que pagué de retenciones desde 2002 hasta hoy, que suman US$75 millones, podría haberme comprado siete buques pesqueros nuevos”, enfatizó Antonio Solimeno, empresario pesquero de Mar del Plata, que actualmente construye un buque que le demandó una inversión de US$12 millones.

La industria paga actualmente 7% por derechos de exportación. “Eso hay que cruzarlo con el hecho de que Europa le pone a nuestros envíos un arancel de importación de 12%; es decir, que estamos 19% más caros que muchos de nuestros competidores, algo que nos deja directamente afuera del mercado”, remarcó Eduardo Boiero, presidente de Capeca.

El sector pesquero no es un eslabón menor en la economía argentina, puesto que en 2019 (último año de actividad normal) exhibió un superávit de US$1700 millones en su balanza comercial, ocupó la octava posición como complejo exportador del país, empleó a más de 23.000 personas en forma directa y exportó a más de 100 países, según datos de Capeca.

Pero, como se dijo, este industria también enfrenta obstáculos: la existencia de derechos de exportación, que restan competitividad; alta presión impositiva; falta de crédito; aumento de costos internos; plazos exiguos por parte del Banco Central (BCRA) para la liquidación de divisas, y demoras en el pago de reintegros y en la devolución del IVA, entre otros. “Si nos liberaran de estas complicaciones, podríamos exportar por US$3000 millones, casi el doble de lo actual”, concluyeron referentes de Capeca, CEPA y Capip.

Por: Carlos Manzoni
Fuente: La Nación


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