La crisis sanitaria derivada de la pandemia por covid-19 obligó a la mayoría de los gobiernos en el mundo a decretar medidas con las cuales limitar al máximo el contacto humano, con el fin de contrarrestar el contagio de esta enfermedad entre sus habitantes. Así, estrategias como las cuarentenas, o aislamientos obligatorios, se hicieron populares en casi todo el planeta esperando que esta herramienta permitiese salir de la pandemia en el menor tiempo posible.
Ahora bien, si el virus no se detenía en todo el orbe, tampoco lo podían hacer las industrias. Aunque las personas se vieron obligadas a quedarse en sus casas, la economía no daba espera, por lo que se debió recurrir a nuevas alternativas para continuar con las labores empresariales; por supuesto, la virtualidad fue la mejor opción.
De acuerdo con un informe del Foro Económico Mundial (FEM), antes de que la OMS decretara al covid-19 como pandemia, tan solo el 4 % de la población empleada tenía teletrabajo, o trabajo remoto, como opción para desarrollar sus labores en al menos el 50 % de su calendario laboral. Tras la llegada de la pandemia esta cifra se elevó un 24 %, pues el estado de emergencia en la mayoría de los países obligó a las empresas a implementar esta forma de trabajo, alcanzando un 28 % en todo el mundo.
Sin embargo, esta cifra es alta, teniendo en cuenta que no todo el mundo puede teletrabajar. “Según la última encuesta de población activa de 2019, solamente el 21,6 % de los trabajadores podría desempeñar su actividad profesional desde casa. Este porcentaje incluye a profesionales, técnicos, directivos o funcionarios y, en circunstancias como las actuales, también a profesores, investigadores o maestros”, explicó el FEM.
Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hizo un balance similar para América Latina y el Caribe (ALC), informando que en esta región tan solo uno de cada cinco trabajadores podría tener este “lujo”.
“En promedio, en los países de ALC, sólo el 20 % de los trabajos se pueden realizar desde el hogar, lo que acentúa las preocupaciones sobre la resiliencia económica a nivel macro y micro durante el covid-19”, indicó el PNUD.
Asimismo, detalló que, “los resultados para 13 países de América Latina y el Caribe revelan que el promedio de los trabajos teletrabajables varía entre el 14 % de Honduras y el 27 % de Uruguay. A modo de comparación, la participación es del 41 % en los Estados Unidos”.
La seguridad en medio del teletrabajo
No obstante, el único problema existente con el teletrabajo en medio de la pandemia, no es solo la facilidad que tiene una u otra persona para poder laborar con ayuda de este, sino los problemas de seguridad que se han derivado del mismo. Así lo expresó el informe Rebellions & Rejections publicado por HP Wolf Security, en el que se explica, de forma detallada, los conflictos en los que se han visto envueltos los equipos de TI (Tecnologías de la Información), encargados de la ciberseguridad de las empresas, y los empleados que actualmente trabajan desde sus casas.
“Los resultados muestran que los equipos de TI se han visto obligados a comprometer la seguridad para favorecer la continuidad del negocio en un momento en el que las amenazas están creciendo. Para empeorar las cosas, sus intentos por aumentar o actualizar las medidas de seguridad de los trabajadores remotos han sido rechazados con frecuencia. Esto es particularmente cierto para la fuerza laboral del futuro entre los 18 y los 24 años de edad: nativos digitales que se sienten cada vez más frustrados por la seguridad que se interpone en el camino de las fechas de entrega, y que hace que muchos evadan los controles”, explicó HP por medio de un comunicado.
Según el documento, al menos el 91 % de los encargados de la seguridad de una compañía se encontraron en un lío moral cuando se les presionó para descuidar la seguridad de la información dentro de sus empresas, con el objetivo de mantener a flote el negocio.
“El hecho de que los trabajadores estén evadiendo activamente la seguridad debe ser una preocupación para cualquier jefe de seguridad de la información (CISO), así es como se originan las vulnerabilidades”, comentó Ian Pratt, jefe global de seguridad para sistemas personales de HP Inc.
Pensamiento similar es el que tiene Joanna Burkey, jefa de seguridad de la información de HP Inc., quien aseguró que, “los jefes de seguridad de la información (CISO) están lidiando con ataques cada vez mayores en volumen, velocidad y gravedad”, y que para “crear una cultura de la seguridad que sea más colaborativa, debemos comprometer y educar a los empleados sobre los crecientes riesgos de ciberseguridad, mientras que los equipos de TI necesitan comprender mejor la forma en que la seguridad impacta los flujos de trabajo y la productividad. A partir de este punto, la seguridad debe ser revaluada con base en las necesidades tanto de la empresa como del trabajador híbrido”.
Fuente: Infobae