En el período enero-agosto, la demanda para atesoramiento de dólares, ahorro en divisas transferido al exterior y turismo a otros países fue de 23.106 millones de dólares.
De acuerdo a las cifras que proporciona el anexo estadístico del balance cambiario del Banco Central, en el período enero-agosto, la demanda para atesoramiento de dólares, ahorro en divisas transferido al exterior y turismo a otros países fue de 23.106 millones de dólares. Si se agregan las compras de diciembre a partir del día 10, cuando comenzó la liberalización del mercado cambiario con la nueva administración, la suma trepa a 25.728 millones. Este monto es el principal indicador para evaluar la intensidad de la presión cambiaria en la gestión macrista.
Si se restan los ingresos de dólares contabilizados en esos rubros, el resultado neto sigue siendo igual muy elevado, al sumar 14.599 millones desde el inicio del gobierno de Mauricio Macri hasta fin de agosto. Así se desprende de un informe publicado este domingo en el diario Página 12, basado en el balance cambiario del Banco Central.
El organismo reafirma en el último reporte que las nuevas regulaciones establecen que las operaciones se pueden cursar sin la obligación de justificar con documentación cada una de ellas. Además que las compras de dólares dejaron de estar sujetas a un límite de monto y que se eliminaron las restricciones de acceso al mercado vinculadas a operaciones de derivados con contrapartes del exterior. También señala que se simplificaron las normas en materia de pagos de importaciones de bienes y de servicios, rentas, transferencias corrientes y activos no financieros no producidos y que se flexibilizaron las regulaciones en materia de ingreso y cancelación de deudas financieras.
Vale recordar que la desregulación del mercado cambiario está acompañada de una impresionante emisión de títulos de deuda Lebac equivalente a la totalidad de la base monetaria y que terminará devengando intereses por más de 200 mil millones de pesos en el año. El millonario costo financiero de las Lebac para desalentar la dolarización de activos, objetivo que apenas lo está logrando, tiene como resultado un acelerado deterioro patrimonial del Banco Central. La aceleración de la dolarización está poniendo presión sobre las reservas, que sólo se están alimentando de divisas que ingresan por vía de deuda.