La entrevista comienza a las 14. Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina, está en su planta de Zárate, que reabrió el lunes luego de 40 días de cuarentena obligatoria. “Ya llevamos 216 camionetas fabricadas”, dice, mientras mira en su pantalla el minuto a minuto. En un turno normal, que termina a las 15, se producen 294. El 80% se exporta.
“Es imposible de pensar que uno va a vivir toda su vida en cuarentena”, afirma el contador, que además es presidente de FIEL, vicepresidente segundo de IDEA y miembro de AEA. “De esta crisis se sale por derrame del sector privado”, agrega el ejecutivo, que sustenta su afirmación diciendo que el Estado argentino no tiene los mismos recursos que los que pueden inyectar EE.UU o Alemania, entre otros.Ads by
Herrero cuenta que el arranque en la fábrica de Zárate fue desordenado, pese a que sólo están asistiendo al trabajo 2300 de las 6300 personas que forman parte del equipo (el promedio de edad es de 25 años). El personal administrativo sigue haciendo home office. Se toma la temperatura a quienes viajan en el transporte privado a la planta, se asignan asientos por DNI -para que los trabajadores vayan y vuelvan sentados en el mismo lugar- y, se evitan trabajos de riesgo y también a empleados que viven en zonas de muchos contagios.
“Por la cadena de valor, tenemos que mover unas 12.000 personas en cinco provincias y 42 municipios. Hay algunas en las que aún no tenemos autorización y eso complica los stocks de bienes intermedios”, dice, y agrega que espera la “ayuda” de algunos municipios para que los proveedores de la industria automotriz puedan empezar a funcionar.
-¿Cómo vivió la empresa la cuarentena obligatoria?
-El ingreso fue cero y tuvimos que mantener una estructura. Es complicado, y más en nuestro caso en el que pensamos en la continuidad del negocio e intentamos asistir a la cadena de valor para evitar el impacto a la hora de volver a arrancar. Vemos que hoy cada uno (de los proveedores en la cadena) tiene necesidades y situaciones distintas a la hora de hacer un protocolo. Nosotros tuvimos la experiencia de otras partes del mundo, y ayuda de Smata y del Gobierno. Además, vemos que cada uno de los 42 municipios tiene su realidad y sus requerimientos a la hora de un protocolo. Vivimos situaciones muy especiales, una nueva realidad. Y todo esto, se va a quedar un tiempo.
-¿Hay temor a una “segunda ola” de contagios y una vuelta atrás en la apertura?
-Es imposible evitar el riesgo. Lo podés minimizar, pero lo tenés. Si se respeta el protocolo, las posibilidades de contagio son mínimas, pero no sé si ese protocolo es el mismo en un proveedor del tercer anillo de la provincia. En la medida que tocás una población tan grande, las posibilidades son infinitas. Entiendo que es probable que tengamos algún caso. Hay que estar preparado para manejar esa circunstancia. Si pasa eso, se desinfecta y se verá cómo se vuelve a arrancar. Pero es imposible pensar que uno va a vivir toda su vida en cuarentena. Sí, hay cosas que van a cambiar. Vemos que los mercados que salieron primero de esto, como China, ya tienen una demanda de autos por encima del plan original antes de la pandemia. La gente que pensaba en usar autos compartidos antes del Covid-19 ahora quiere su propio auto.
-¿Qué previsiones locales tienen para la producción y exportación?
-Desde el punto de vista nuestro o asimilable a quienes produzcan pick-ups (Hilux) son un poco mejores. El agro está funcionando de manera normal. Lo mismo, la minería. El petróleo viene un poco mas tranquilo, pero esos negocios siguen funcionando. Vemos una reducción de la producción para este año en nuestro caso de 35% y una recuperación plana para segundo o tercer trimestre del año que viene. Los planes nuestros siguen adelante y no planeamos reducción o achicamiento.
-¿Preocupa la brecha cambiaria? ¿Cómo afecta la venta interna y las exportaciones?
-Nuestro mix de negocio es sustentable. Podés ganar más o menos, pero no es algo que nos este preocupando. Hay en el mercado de autos una demanda genuina y una especulativa, que se basa en el refugio de valor. Pero es aprovechada sólo por un segmento de los consumidores argentinos.
-Pero un dólar atrasado, ¿no complica a una firma como Toyota que exporta mucho?
-Si lo mirás en el corto plazo, puede ser. Pero la Argentina siempre ha tenido períodos con un dólar creciendo abajo de la inflación y otros en los que estuvo muy por arriba. La serie, en el largo plazo, se compensa. En la filosofía de Toyota de largo plazo no nos preocupa (el dólar). Sí pensamos en aumentar el volumen de producción. Tengo el convencimiento de que de esta crisis se sale por derrame de las empresas privadas. El sector público no tiene las herramientas de Alemania. Es el momento de articular el esfuerzo siendo responsables. Hay que volver de manera segura a la producción respetando las distintas realidades.
-¿Van a existir descuentos o planes de financiamiento agresivos para vender mas?
-Va a seguir siendo agresivo y la pelea va a seguir estando en la medida que sea un mercado competitivo. En diciembre inauguramos un canal de ventas digital. En ese momento, cuando lo estrenamos, pensábamos en el futuro y hoy veo que es un canal que me dio un montón de ventas durante la pandemia. Ese canal indica que hay formas distintas de comercialización y hay gente que hoy querría hacer todo online y que al final sólo le dejen el auto en la puerta de su casa.
-¿Cómo está la situación de Brasil? ¿Hay un desacople entre la crisis sanitaria y política, y la situación de la actividad económica?
-El mercado está afectado. Hay similitudes con la Argentina. Las pick-up van para arriba. Pero el tema sanitario es más delicado que en la Argentina. Y hay bastante desentendimento en cómo el poder central y los estados manejan la crisis. No había pasado que un 60% del total de la red de Toyota estuviera funcionando y un 40% no. Es difícil. La demanda de pasajeros está más tranquila.
-¿Cómo ve la situación del Mercosur y los cortocircuitos de los últimos días?
-Brasil es el socio estratégico por excelencia. No hay dudas. En un foco más optimista, creo que hay mucho de fuego de artificio. En el fondo hay un sentido común. De manera ordenada, se puede abrir la economía. No se puede hacer a mansalva. No estaríamos competitivos, ni nosotros ni Brasil. Hay que pensar en común e ir hacia adelante.
-¿Se puede trabajar en la competitividad en medio de la crisis de la pandemia?
-Hay que seguir trabajando el tema. No lo podés dejar. La competitividad en términos de infraestructura, burocracia y logística hay que seguir trabajándola. La Argentina puede ser un país industrial y exportador.
-¿Y el tema impositivo?
-Soy honesto. Hay impuestos distorsivos que no existen en el mundo. Ingresos brutos, por ejemplo. O el impuesto al cheque. Las tasas de Seguridad e Higiene. Pero si hoy tenés el problema de déficit no se puede ir a gritar por algo que no se puede corregir. No tiene demasiado sentido a pesar de que el 55% del valor de venta de un auto son impuestos. Y eso está mal. Quizás lo bueno es saber que está mal y pensar cómo en el futuro lo vamos arreglar. Los impuestos son parte de los deberes, pero antes hay que tener ingresos de otros lados. Le pedimos al Gobierno que dé más de asistencia económica, pero sabemos que la frazada es corta.
-¿El acuerdo entre la UE y el Mercosur debe mantenerse?
-Si se aplica de manera adecuada, ordenada y con los plazos que les permita a todos los países adecuarse de una manera equitativa. Las fronteras van a ser más tenues en el futuro. No se puede hacer mañana, pero si el acuerdo no lo hacés vos lo va a hacer otro.
-¿Qué impacto puede tener la negociación de la deuda? ¿Qué cree que ocurrirá?
-Soy optimista. Están dadas las condiciones para llegar a un acuerdo. Como presidente de una compañía multinacional con inversiones en la Argentina, si hay arreglo tendré que explicar algo menos y me agrandaré un poco más para la siguiente inversión. Llegar a un acuerdo es la mejor solución para todos.
Unos 40 minutos después, Herrero cierra la entrevista. “Ya llevamos 234 unidades producidas, unas 14 más en la bolsa”, dice el presidente de la empresa japonesa mirando su pantalla, feliz de haber vuelto a producir, todavía a medias en Zárate.
Fuente: lanacion.com.ar